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Tras toda la desventura, los días volvieron a ser normales.

Hunter hizo un pase permanente al colegio, para colocarme como su hija real y no una estudiante de intercambio. Por suerte, la noticia no fue expandida por todo el colegio, por lo que evité muchas preguntas que no se si sabría responder.

Cada día me junto con Celestina y Nerea durante las clases, y con Susana en los recreos.

Por primera vez, me animé a salir del aula para acompañar a Susana al baño, ya que tenía una urgencia.

Me quedé sosteniendo su puerta, ya que las trabas están dañadas y no sirven.

-Listo- dijo, para luego salir-. ¿Quieres que vayamos a comprar algo de comer antes de ingresar a la prisión?

-El colegio no es tan malo- dije, divertida y me miró.

-Eres rara- dijo y sonreí-. Bueno, ¿vamos o no?

-Vamos- dije, para empezar a caminar juntas.

-Y... ¿Qué cuentas del dios de la destrucción?- preguntó en un tono bajito, mientras bajábamos las escaleras.

Reí de nuevo ante el apodo. Nunca iba a dejar de causarme gracia.

-Pues nada- dije-. No hay nada nuevo. No tiene novia, no se relaciona con nadie, no le pasa nada nuevo en su aburrida vida cotidiana.

-Es fantástico. No es necesario que haga algo para que sea genial- dijo con un tono de enamorada, por lo que reí divertida.

Llegamos a donde se vende la comida, es lo que llaman "kiosco" pero parece más una jaula del calabozo, por la cantidad de personas amontonadas que hay.

-Este colegio es una basura- dijo, enfadada-. Y más con esta tremenda bola de personas.

-Podría ser peor- dije, divertida.

-Nunca digas esa frase, algo malo sucederá- comentó, con una expresión de miedo.

-No lo creo- dijo.

Nos acercamos un poco más a la montaña de personas para que nos atiendan. No se que clase de organización tan extraña tienen pero no es muy poco eficiente.

Una persona sin querer me empujó para salir del montón, pero me mantuve firme para no caerme, pero haciendo que el chico caiga hacia atrás.

-Lo lamento- dije y le ayudé a levantarse-. ¿Estás bien?

-Si, claro- dijo y me miró con un extraño brillo en sus ojos verdes amarillento, para luego levantarse-. Soy Steven, Steven Phantom.

-Marina Briseida, un gusto- dije, sonriendo y estrechamos la mano.

-¿Hace muchos estás en el colegio? No recuerdo haberte conocido antes- dijo él y negué con la cabeza.

-Soy nueva, aunque ya llevo algunas semanas aquí- dije.

Sentí un aura extraña detrás de mi y me giré a ver. Thanatos estaba ahí, con su mirada de "te voy a matar".

-Hola- dije, con una sonrisa.

-¡Natos! Mi amigo, te presento a Marina- dijo él, abrazándose por los hombros a mi hermano.

Él simplemente avanzó y la montaña de personas hizo un lugar para que le atiendan primero. Compró una cajita de jugo y se fue con su cara de molestia, golpeando el hombro contra el de Steven.

-No te preocupes, ese galán es buena gente- dijo Steven, y reí.

El timbre sonó, así que, todos nos empezamos a esfumar de allí, corriendo hacia nuestros salones.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora