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Tras terminar de comer, dejé el tupper en el cual me trajeron mi comida en la superficie, viendo a America y a Hunter comer tranquilamente unos sándwiches.

-Hola- me saludaron y sonreí.

-¿Estaba rico?- me preguntó America.

-Muy- dije, feliz-. Gracias por eso.

-Si quieres ve a nadar un rato más... Hasta que los chicos no vuelvan, nos quedaremos aquí- dijo Hunter y asentí con la cabeza.

Volví a sumergirme. No hay mucha vida vegetal, pero he visto diversos peses pasar por aquí, a pesar de no ser tantos como en donde vivía antes.

Me coloqué contra el fondo, para descansar un rato bajo el agua.

En cuanto estaba por dormirme, un fuerte ruido de un chapuzón me despertó, poniendo mis pelos de punta, adoptando una postura de defensa lista para defenderme.

-¡Hola!- dijo Thanatos, para luego salir rápidamente a tomar aire.

Salí hacia la superficie, dejando ver solo mi cabeza, con mis branquias cubiertas ya que así respiro más fácilmente que con estas fuera del agua.

-¿Qué hacías ahí abajo?- me preguntó el vampiro, acomodando su cabello hacia atrás.

-Estaba descansando un poco- dije, con una pequeña sonrisa-. ¿Te gustaría acompañarme allí abajo?

-Me encantaría, pero no puedo hablar debajo del agua, ya que no tengo branquias- dijo, mirando mi cuello.

-Pensé que podías estar sin respirar bajo el agua- dije, viendo como él sale, sentándose en la orilla.

-Puado aguantar la respiración, pero para hablar requiero aire y por eso no puedo- explicó.

De un segundo a otro, un oso se lanzó sobre Thanatos, hundiéndolo.

-¡Jueguen con cuidado!- gritó America.

Sonreí, para luego volver a sumergirme. El agua es mi ambiente natural, por lo que puedo moverme sin problemas.

Fui hacia donde Luciano y Thanatos peleaban, ambos en una zona algo profunda en donde están completamente sumergidos.

-¡Holaaa!- dije y me miraron, para salir a tomar aire y volver-. ¿Quieren jugar conmigo?

Thanatos señaló hacia arriba y sacamos la cabeza para que respiren.

-Enséñanos como es que juegan las sirenas- dijo el vampiro y sonreí.

-Lo simple... Carreras y tocada- dije-. ¿Quieren jugar una carrera?

El pequeño gran oso emitió un ruido que se me hace raro.

-Él dice que quiere ir por tierra, ya que es más rápido- tradujo Thanatos-. Yo iré por la orilla, no quiero arriesgarme a ahogarme o algo.

Reí.

-Les daré algo de ventaja- dije-. El agua es lo mío, sería lo justo.

Luciano volvió a gruñir, caminando hacia la tierra, para sacudirse y esparcir agua por todos lados, quedándo más esponjoso de lo que por si es.

-Si claro. Ni creas que traduciré eso...- dijo y se preparó-. Ida y vuelta, hasta la raíz sobresaliente de aquel árbol de allí- señaló dicho árbol-. 3... 2... 1... ¡YA!

Dicho eso, inició la carrera. Les di 5 segundos de ventaja, para luego empezar a nadar a máxima velocidad.

Sin darme cuenta, ya me estaba por aproximar a la rama, por lo que me impulsé y salté como si fuera un delfín, dando un giro en el aire, para caer suavemente y nadar de vuelta.

Al llegar, miré hacia los lados.

-Que rápida eres- dijo America, con una sonrisa.

-Gracias- dije, devolviendo la sonrisa.

Poco después, se escuchó un fuerte gruñido de oso, por lo que me asusté.

Thanatos llegó pocos segundos después con Luciano en su forma humana, desmayado y desnudo.

-Hay cazadores. Le dispararon un dardo sedante- dijo y Hunter rápidamente tapó a su hijo con una toalla grande-. Mar, vamos. Esto es peligroso.

Me acerqué a la orilla y me levantó en brazos.

America me colocó una toalla sobre mi.

-Vayan al auto. ¡YA!- gritó America y Thanatos empezó a correr como nunca antes, conmigo en brazos.

Cerré los ojos, para aferrarme a él con miedo.

Llegamos al auto, en donde me subió, dejándome recostada en el asiento del acompañante, tapando mi cuerpo con una toalla.

-Ya estamos a salvo- dijo, para luego sentarse en la parte de atrás.

-¿No estás mojado?- le pregunté, confundida.

-Con la velocidad que he corrido, me sequé- dijo, en un tono divertido.

Hunter llegó poco después con el pequeño Luciano en brazos.

Lo dejó en el asiento trasero, apoyando su cabeza en las piernas de el vampiro, hecho un sushi dentro del toallón.

-America ya viene. Se quedó a juntar todo para que sea más discreto- dijo el adulto.

Él se sentó en el asiento del conductor.

Minutos más tarde, llegó America, con todas nuestras cosas en mano.

-Listo, volvamos a casa- dijo, estando tranquila, sentándose detrás, acariciando la cabeza de su hijo-. Si es que llegan a preguntar algo, nosotros no sabemos nada sobre que hay alces y osos pardos en la zona.

Todos asentimos con la cabeza.

Hunter empezó a conducir hacia casa.

-¿Cómo estuvo la comida?- preguntó Hunter.

-Nada mal... ¿Quién ha donado esta vez?- preguntó Thanatos.

-Una duquesa que se alimenta a base de sangre tipo A+- respondió America, con una sonrisa.

-¿No es lo mismo que la sangre que tomas siempre?- pregunté, sin entender.

-Esa sangre es de otro vampiro...- dijo y le miré confundida-. Al consumir alimentos humanos además de la sangre normal, necesito equilibrar mi sistema... Por lo que hay ciertos vampiros que realizan donaciones para otros como yo, y así nos mantenemos.

-Oh... Ya entiendo- dije.

-No quiero alimentarme de tan solo sangre humana u animal, me sentiría muy culpable- dijo, algo triste.

Mis piernas volvieron, y junto a eso, toda mi ropa. Me quité la toalla, para estar más cómoda.

-Pero bueno... Todo irá bien. Llevo años así- dijo el vampiro.

-¡Cazadores!- gritó Luciano, despertando de golpe.

America lo abrazó.

-Tranquilo, mi pequeño, ya estamos a salvo- dijo, limpiando las lágrimas del pequeño.

-¿Por qué lo hacen?- dijo, llorando asustado.

-Estás a salvo, no te preocupes- dijo ella, acariciando su pelo y por detrás de las orejas, para calmarle.

_-_-_

Ni bien llegamos a casa, nos turnamos para bañarnos y cenamos todos juntos.

Por suerte en el colegio no habían dejado tanta tarea, por lo que fue fácil terminar todo tras cenar.

Y así, finaliza un día más en mi vida.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora