82

147 18 0
                                    

En cuanto volví a abrir los ojos, seguía contra el pecho de Thanatos, pero esta vez en su cama, ambos tapados con las suaves mantas. Estoy vestida con una remera suya y él solo en ropa interior.

-Buen día- me dijo y le miré a los ojos.

-¿Qué hora es?- pregunté.

-No te preocupes por eso, tenemos todo el tiempo del mundo; además, recién amanece. Juana vino a desearnos un bello descanso hace tan solo unos momentos- dijo, acariciando mi cabello-. ¿Quieres ir a comer algo?

-¿Quieres comer tú?- pregunté-. No recuerdo haberte dado de comer desde hace tiempo y me preocupa que te pase algo.

-Estaba esperando a que lo digas- dijo y le miré enfadada-. ¿Por qué me miras así? Solo quería que ambos disfrutemos de momento.

Me subí sobre su pelvis, besándolo, dejando que sus colmillos me pinchen y sangre. Es una manera en la que no me queda absolutamente nada de dolor luego ni en el momento, además de que es algo romántico.

Dejé que mordiera mi labio y extraiga un poco de sangre, ya que de ahí no se puede sacar mucho.

Luego de largos instantes, nos sentamos en la cama y me giré, dejando que muerda mi clavícula, pero en cambio mordió mi nuca.

Otro de esos sonidos que no estoy acostumbrada a producir salió de mi. Y eso activó lo que se le llama "celo" en la mayoría de las especies.

-Oh, mira que sorpresa- dijo, mientras acaricia mi abdomen.

-Joder...- murmuré, para luego taparme la boca-. Lo siento.

Rió y me besó.

-Creo que deberemos terminar lo que acabo de iniciar- dijo, sonriendo con la misma expresión que hace al tomar mi sangre.

Besó mi cuello de vuelta, causándome escalofríos de esos que tan solo él puede provocar en mi.

Me quitó la remera y ahí todo volvió a suceder, aunque tuvimos que suprimir algunos ruidos por respeto.

-Ven, vamos a la piscina...- dijo, alzándome en brazos, antes de tomar dos batas y salir casi volando de allí.

.-.-.

Una vez que terminamos el proceso y me desperté de dormir una siesta, decidimos levantarnos de la cama. 

-Buenas noches- dijo Juana, en cuanto llegamos al comedor.

Los hermanos mayores se mostraban algo incómodos, los padres estaban sonriendo de una manera extraña para mi y el más pequeño de todos era el único normal en esa mesa.

Todos estaban comiendo una especie de morcilla bebiendo sangre en vasos. Hay dos asientos vacíos, con platos listos para ser consumidos.

-Acompáñenos en esta cena, por favor- dijo la mujer y obedecimos.

Nos sentamos en nuestros respectivos lugares y unas sirvientas quitaron las tapas dejando ver nuestros desayunos. Thanatos tiene la misma comida que sus familiares y en mi plato hay un elegante tarro de vidrio con helado verde con lo que se perfectamente que es alimento balanceado de peces tropicales y junto a esto, un vaso con un jugo anaranjado.

-Esperamos que el desayuno sea de sus agrados- dijo Juana.

-Tiene una pinta maravillosa- exclamé.

-Me alegra, querida- dijo ella.

Empezamos a comer y realmente estaba rico. El helado para ser hecho a mano y sin toda la cosa rara que le agregan los productores a grandes escalas, estaba rico.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora