En cuanto volví a abrir los ojos, una pantera y un vampiro estaban peleando frente a mi, empujándose entre ellos para derribar al otro, en mi habitación. Esta todo hecho un desastre, cosas tiradas en todos lados y una silla rota tirada a un lado.
-¿Qué está pasando aquí?- pregunté, confundida y me miraron, deteniéndose.
-Esta loca te quiere violar- se quejó el vampiro.
-Este loco estaba sobre ti- se quejó la chica, ya en su forma humana.
Sin entender nada, me coloqué en mi forma humana, levantándome de la cama. Me coloqué ropa y salí de la habitación.
-¿Está todo bien ahí adentro?- me preguntó America, quien se encontraba en el living, tomando café y leyendo un periódico.
-Claro, no te preocupes- dije-. Solo es una pelea tonta. Iré a nadar.
Salí de la casa y empecé a caminar hacia el lago, a paso lento.
En cuanto llegué a la orilla de la parte profunda, miré el alrededor. Rebecca y Thanatos estaban allí, mirándome desde las sombras.
Me transformé, dejándome caer de espaldas sobre el agua, para dejar que me arrastre hasta las profundidades lentamente.
Me sentía extraña. Miré mis brazos, mi aleta y me di cuenta que tenía aún el agujero en mi estómago. Toqué mi nuca, recordando la extraña sensación.
Cerré mis ojos y acaricié las algas del fondo.
Abrí los ojos y vi una sombra pasar por encima de mi a gran velocidad.
Me asusté y me quedé alerta, analizando la situación.
Volvió a pasar por detrás de mi, tocando mi nuca, presionando levemente, para rodearme con todo su cuerpo.
-¿Qué...?- dije, sin entender, al ver frete a mi, un tritón de cabellos y aleta negra.
Su rostro era extraño, como deformado y tenía algunas escamas podridas.
-Hola azulina- dijo, en un tono coqueto.
Me asusté y salí nadando lo más rápido que pude de allí, sintiendo como una y otra vez intenta seguirme el paso, rasguñando mi aleta sin cuidado alguno con sus largos dedos puntiagudos, como si fueran garras de algún animal.
En cuanto llegué a la orilla, me quedé fuera del agua, aún asustada.
Al segundo alguien se lanzó sobre mi y me lamió la cara, para cambiar de ser una mancha negra a una chica desnuda.
-Te extrañé- dijo, abrazándome, restregando su cabeza contra mi pecho.
-Azulina, regresa- me llamó la misma voz y lancé a Rebecca a un lado.
-¿"Azulina"?- repitió Thanatos, acercándose a mi.
Me coloqué en mi forma humana y retrocedí unos pasos.
-Significa "hermosa"- dije-. Las aguas azulinas son las más lindas.
-¿Quién es este?- preguntó.
El tritón se arrastró hacia mi por la arena y retrocedí un poco, alejando a Rebecca quien estaba detrás de mi gruñendo, colocando un brazo frente a el vampiro que estaba por avanzar.
-Es un exiliado- dije, mirando sus ojos completamente negros.
Abrió su boca, soltando un ruido, preparándose para cantar.
-Mierda...- susurré, viendo como de su garganta sale un brillo negro extraño.
Cerré los ojos, para no ver como nos posee y hace lo que quiera con nuestros cuerpos, pero eso no sucedió.
Tan solo escuché un golpe seco y abrí un ojo, viendo la cabeza rodar por el suelo, desapareciendo poco después entre polvo, junto a su cuerpo que se convirtió en espuma.
-¿Qué fue eso?- preguntó Rebecca.
-Acabas de matar a un exiliado...- dije, sorprendida, viendo como la espuma desaparece.
-¿A qué se debió que aparezca?- preguntó Thanatos-. ¿Sabías que había de esos aquí?
-Nunca lo vi antes...- dije.
-¿Por qué tienes un agujero ahí?- me preguntó Rebecca, abrazándome por atrás, tocando la zona.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y de nuevo apareció esa sensación, haciendo que suelte un ruido que no sabría identificar.
-Oh, ya veo- dijo ella, en un tono extraño.
-¿Qué sucede?- pregunté al ver como de a poco sus manos se transforman en garras.
Thanatos me alzó en brazos, alejándome de la pantera que le brillaban aún más los ojos.
-Creo que esto no es bueno- dijo el vampiro.
Aún conmigo en brazos, empezó a correr hacia dentro del bosque, con la pantera persiguiéndonos.
A la distancia vimos a un adulto jugando con una pequeña pantera y los reconocí con rapidez; Ikaris y Jack.
-¡Busca a Steven!- le gritó Thanatos y la pareja salió corriendo.
Miré hacia atrás y la vi allí, preparándose para saltar.
En un momento, se decidió a saltar y me lancé de los brazos de Thanatos, empujándolo para que caiga hacia un lado, mientras que la pantera me abraza, restregándose contra mi.
Le acaricié detrás de las orejas, escuchando un pequeño ronroneo.
-¿Qué pasó ahora?- dijo Steven, acercándose con rapidez-. Rebecca, deja a Marina... Esperen un momento, ¿qué es ese olor?
-¿Qué olor?- pregunté, confundida, sintiendo una pequeña presión sobre el agujero de mi ombligo.
-Se está intensificando...- dijo el licántropo, oliendo el aire-. Becca, para ya.
Él se agachó a la altura nuestra y la miró a los ojos.
-Oh oh... Esto es malo- dijo-. Espera aquí.
Salió corriendo y no me quedó otra que quedarme así mismo, sintiendo una corriente extraña en el cuerpo.
Mi ser cambió de forma, siendo de nuevo una sirena.
-Hey, ¿te sientes bien?- me preguntó Thanatos.
Lo miré, viendo un brillo rosado en sus ojos, junto a sus colmillos relucientes.
-¿Tienes hambre?- le pregunté.
-Para nada- contestó y miró hacia otro lado-. Lo siento, te ves muy apetecible, pero no se que está pasando.
-Ni yo...- admití.
Steven llegó y le inyectó algo a Rebecca que hizo que se desplomara dormida sobre mi.
El vampiro quitó la pantera de encima mío y me cargó en brazos.
-Te la dejo en tus manos... Tengo asuntos que resolver- dijo Thanatos, mirando a Steven, antes de partir corriendo a una rápida velocidad.
En cuanto llegamos a casa, no había nadie.
Me dejó sobre mi cama y el vampiro se retiró, argumentando que iba a buscar alguna nota o algo que explique dónde está la familia.
Poco después oí un ruido proviniendo de la puerta de la entrada y pasos apresurados a dentro de la casa.
La puerta de mi habitación se abrió y pasaron Thanatos y Didac.
-Oh, ya veo...- dijo Didac, al verme y luego miró a Thanatos de forma reprochora-. Le has mordido detrás del cuello, ¿verdad?
-Puede que si...- dijo él, avergonzado.
-Pues ahora debes hacerte cargo- le respondió Didac-. Una vez iniciado el rito de apareamiento no se puede detener, debes completarlo.
-Así que... ¿Cómo se hace eso?- preguntó Thanatos y me sonrojé.
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...