-Kira- una voz masculina me despertó y abrí los ojos con rapidez, al no identificarle-. Hola Kira. Al fin despiertas.
Le miré, no reconozco quién es, a pesar de que tiene rasgos muy parecidos a los de mi hijo, como su cabello, los ojos, aunque con dientes más pequeños, sobresaliendo nada más los colmillos y rostro más delgado.
-Soy Kiato- dijo, al notar mi confusión-. Estuviste dos semanas dormida.
-Lo siento mi pequeño- dije, levantándome con cuidado.
Mi cabeza aún da vueltas y es algo molesto.
-¿Quieres beber mi sangre?- preguntó y negué.
-Solo requiero comer algo y estaré bien- dije, apoyando mis pies en el suelo-. ¿Dónde está tu padre?
-Salió hace un rato para ir a buscar las almas en la casa de los reyes- dijo-. ¿Quieres que te traiga la comida a la cama? Papá dejó preparado sushi casero con un licuado especial.
-Puedo levantarme- dije, impulsándome para levantarme, pero caí hacia atrás.
-Quédate aquí Kira, ya regreso- dijo, besando mi frente antes de salir de la habitación.
Le vi salir y me fijé en su silueta. A pesar de tener tan solo un año y medio, parece de 16 años; incluso se ve mayor que yo. Muchas veces cuando salimos a pasear, nos preguntan si somos hermanos.
Kaito volvió a entrar a la habitación con una bandeja en mano y la dejó sobre mi regazo.
Me dio de comer hasta que recuperé mi fuerza y pude comer por mi misma.
-Gracias pequeño- dije, en cuanto retiró la bandeja.
-¿Puedo dormir una siesta contigo?- pidió y asentí.
Se acostó a mi lado y al instante se durmió.
Acaricié su cabello con cariño, viendo un hermoso rosa brillar en mis uñas.
Recordé todo lo que paso antes de que me durmiera por largo rato; Kaito conoció a un chico amigo de Napomuceno, hijo bastardo de un rey de vaya a saberse donde. El chico se peleó con mi niño y terminó muriendo. Las almas guardianas fueron eliminadas al proteger la vida de mi hijo, que se mantuvo ileso. Cuando estuvieron a punto de atacarle, salté desde la ventana para ponerme en frente y proteger a mi familia.
La madre de esta criatura bastarda apareció, protegiendo a su cría. Ella me atacó y me tuve que defender con mis poderes. Incluso hice una burbuja protectora para mi niño, aunque se que puede defenderse solo, pero no quiero que sufra ningún daño.
Thanatos salió volando desde la ventana, con otra de las sirvientas del rey intentando arañarle, mientras él pacíficamente le pide que se detenga. Al ver como estamos nosotros, la mata sin dudarlo arrancándole la cabeza y se acercó a mi para defenderme, pero usando gran fuerza para que el chico no rompa mi burbuja con magia y a la vez la loca se muera, le arranqué la cabeza con mis negras y largas garras, para ir a por el menor, quien al ver su madre muerta enfureció y me lanzó mil y una maldiciones, que fueron repeladas por el poder de Mikael que llegó a tiempo, pero esto no evitó que se lance sobre mi y me arañe, a la vez que le arranco la cabeza.
En el momento que se tiró sobre mi, me debilité tanto que no pude mantener la burbuja y Thantos atajó a nuestro bebé en el aire.
Entramos a casa y tras comprobar de que no tenemos heridas mayores, fui a la cama a dormir un rato ya que me sentía cansada. Y por lo que me acaban de contar, mi descanso se prolongó más de lo pensado.
Escuché la puerta abrirse y giré mi cabeza con rapidez, lista para atacar, pero al ver a mi vampiro favorito, tan solo sonreí.
Me levanté de la cama y di un paso hacia él que se acercó con rapidez a mi para besarme, abrazándome por la cintura. Crucé mis brazos detrás de su cuello.
-Te extrañé- dijo y sonreí contra sus labios, besándolo de nuevo.
Kaito suspiró y me giré para verle. Sigue dormido pero parece tener un mal sueño.
-Yo lo soluciono- dijo Thanatos, acostándose al otro lado de Kaito-. Viene teniendo malos sueños desde que no lo abrazas al dormir. Así que, suelo meterme en sus sueños para que lo salvemos juntos.
Me acosté también en la cama y lo abracé, dejando que me abrace y apoye su cabeza contra mi pecho, tranquilizando su respiración.
-Creo que no hará falta de mi ayuda- dijo Thanatos.
-Dale un sueño bonito- dije, sonriendo con cariño.
-Está bien- dijo.
-Luego te daré toda la sangre que tu cuerpo demande- dije.
-Buenas noches- dijo, acostándose, tomando la mano de nuestro pequeño para morder con cuidado uno de sus dedos, y uno de su propia mano, para unir las sangres y cerrar los ojos, haciendo que una pequeña luz aparezca en la unión.
Sonreí y me acurruqué también, para seguir durmiendo. Pero antes me quedé viendo a mis dos niños; mi pequeño hijo parece mayor de lo que es y crece de una manera rapidísima. Mikael me había dicho que es posible que crezca hasta cierto tiempo y luego se mantenga en esa edad para siempre, pero no se en qué momento va a ser.
Thanatos se ve igual que siempre, no hay casi cambios en su apariencia, es un eterno adolescente, o por lo menos hasta que cumpla 200 años y recién ahí es cuando toma una apariencia más adulta pero aún joven.
Aunque pasen miles de años y tengamos los tres el cabello blanco y las marcas de la vejez, para mi siempre serán mis pequeños favoritos; mi pareja con su actitud tan alegre y encantadora, y mi hijo será por siempre mi bebé, mi pequeña alegría, mi niño pequeño. Serán por siempre mis consentidos, incluso cuando llegue a los misteriosos 150 años y vea que tenga que hacer de mi vida, pero mientras tanto, disfrutaré al máximo con las criaturas que más feliz me hacen.
![](https://img.wattpad.com/cover/180722228-288-k417010.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...