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-¿Ya estás mejor, sirenita?- me preguntó mi vampiro, en cuanto desperté.

-Me duele un poquito aquí y por ahí, pero estoy bien- dije, entre divertida y adolorida-. ¿Tu dices que se nota mucho?

-No mucho, solo está... Un poco colorada, no es tanto- dijo, acariciando mi cuello con cuidado-. ¿Duele mucho?

-No tanto- dije-. Gracias por evitar tocar mis branquias.

-Nunca te haría daño- dijo, besando mi frente-. ¿Crees que puedas transformarte?

-No lo creo- dije, divertida-. Me gusta estar así.

-Entonces te traeré algo de comer- dijo-. No puedo dejar que gastes tanta energía y luego no recompensarte.

-Está bien- dije y me transformé.

-Al final si podías- dijo y me alzó en brazos.

Se paró en frente a su espejo y me dejó en el suelo, abrazándome por detrás.

-Tengo algunas marcas- dije, divertida, viendo como al rededor de mis branquias, mis muñecas y parte de mis piernas tengo una tira de piel algo colorada.

-Ahora te colocas un vestido suelto largo y solucionado- dijo.

-¿Podemos ir a desayunar primero?- pregunté.

-Sería mejor cenar- dijo.

-Entonces vamos a cenar- dije-. ¿Podemos ir al restaurante de ayer?

-Claro, aunque tendré que buscar algo para tapar tus marcas- dijo-. Tengo una idea, tu ve a proponérselo a los chicos y luego ven.

-Está bien- dije.

Salí de la habitación y encontré a la pareja en el living, estando ambos sentados uno al lado del otro en el sillón.

-¿Qué te pasó?- me preguntó Luciano, preocupado.

-Nada importante- dije, sonriendo-. Chicos, ¿les gustaría ir con Thanatos y conmigo a un restaurante? Es al que fuimos ayer y estuvo muy bueno, así que, quería invitarlos a ustedes también.

-¡Claro!- dijo Luciano, emocionado.

-Si mi osito va, yo también- dijo Fernando.

-Perfecto, nos cambiamos y volvemos aquí- dijo Luciano.

La pareja fue a la habitación de Luciano y yo fui a la habitación de mi vampiro.

-¿Te gusta?- me preguntó, mostrándome un vestido-. Lo acabo de hacer.

Es ajustado en la parte del pecho hasta la cintura, donde de ahí es suelto hasta la rodilla, de un color rosa suave muy bonito con algunos detalles en blanco.

-En cuanto a cubrir las marcas, puedes usar maquillaje- dijo.

-¿Me podrías el maquillaje? Nunca usé- dije.

-No hay problema- dijo.

Me coloqué el vestido y con cuidado fue maquillando las marcas.

-¿Te pica o algo?- me preguntó.

-Para nada, solo que se siente extraño- dije.

-He de suponer que eso es normal, ya que sería la primera vez que lo usas- dijo y giró, para seguir maquillándome las muñecas-. En cuanto a las marcas a la altura de las branquias, no quiero colocarte maquillaje por miedo a que te haga mal, así que, tan solo mantén tu pelo libre, no te lo acomodes y eso será suficiente... Y ya estás.

Él se colocó un pantalón corto de color blanco y una remera de la misma tela que mi vestido.

-Vamos- dijo.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora