En cuanto desperté, sonreí. Aún sin abrir los ojos, sentía como un suave vaivén de agua golpeaba con delicadeza en mi aleta. Se sentía relajante.
Abrí los ojos, mirando mi al rededor. Estaba en el mar, al frente de casa. Thanatos esta detrás de mi, apoyando mi cabeza en sus piernas, acariciando mi cara.
-¿Cómo estás, bella durmiente?- dijo él, sonriendo.
-¿Por qué estamos aquí?- pregunté, algo confundida-. No recuerdo haberme transformado en algún momento.
-Una vez que has entrado en el suelo profundo, te transformaste, por lo que pensé que te gustaría despertarte aquí- dijo.
-¿Alguien me vio transformada?- pregunté, asustada.
-No, nunca dejaría que algo así suceda- dijo, sonriendo.
-Gracias- dije, sonriendo.
-No hay de qué- dijo-. ¿Quieres ir a casa? Ya va a ser la hora de cenar.
-Está bien- dije, transformándome.
Nos levantamos y fuimos a a cenar.
_-_-_
-Se que no debo abusar de esto, pero... ¿Me dejarías tomar un poco de tu sangre? Poquitito no más- dijo Thanatos, una vez que estábamos en mi habitación.
-Cuando quieras, no tengo problema- dije, para luego recostarme en mi cama, mientras Thanatos se sentaba en el suelo-. ¿No quieres venir sobre la cama?
-Es más cómodo así- dijo.
Extendí mi mano hacia él y mordió sobre el resto de las marcas.
Me relajé, pensando en que debería de tener la mente en blanco para relajarme... Pero aún así, estaría pensando en algo y el objetivo es no pensar nada. ¿Cómo hago para no pensar mientras pienso todo eso? Aún si es que lo dijera, lo estaría pensando, por lo que seguiría en la misma.
-Que confuso todo- dijo Thanatos, lamiendo la última gotita que salía, para luego volver a colocarme la muñequera.
-Si quieres tomar más, hazlo- dije, dejando mi mano quieta.
-No es necesario- dijo, acostándose a mi lado.
De la nada, mis piernas desaparecieron, dejando a la vista mi aleta, en un extraño color gris.
-¿Mar...?- dijo Thanatos, con preocupación.
-Esto no es normal...- dije, con miedo.
-¿Te duele algo?- preguntó y negué con la cabeza-. ¿Alguna vez te ha pasado?
-Nunca en mi vida- dije, empezando a respirar rápidamente.
-¡Mamá!- gritó Thanatos, haciendo que ella entre rápidamente a la habitación.
-¡Mi aleta está gris!- dije, invadida por el miedo, soltando algunas gotas por los ojos.
-Tranquila, mi bebé- dijo ella, abrazándome-. Llamaré a Didac.
Hunter entró a la habitación rápidamente, con el teléfono fijo en su mano.
-Didac acaba de llamar- dijo él y me miró-. ¿Qué te pasó?
-¡¿Qué dijo Didac?!- pregunté, asustada.
Él me pasó el teléfono.
-Marina, querida, no te asustes- me dijo Didac desde el otro lado de la linea-. El rey ha muerto y todos los que estábamos bajo su reinado estaremos de duelo, por lo que la aleta de cada uno cambiará de su color original a un gris. ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...