128

118 13 0
                                    

Abrí los ojos, estando algo cansada.

-¿Cómo está mi sirenita?- me preguntó Thanatos, entrando a nuestra habitación.

-Me duele aquí- dije, acariciando los lados de mi frente.

-Luego de que cumpliéramos con el ritual tantas veces, creería que es algo normal- dijo, divertido y me sonrojé por el recuerdo, sintiendo como se intensifica el dolor-. ¿Estás bien?

-¿Cómo llegué aquí?- pregunté.

-Te traje en brazos- me dijo y me alzó-. ¿Vamos a comer algo? Ya es de noche.

-Vamos- dije, sonriendo.

Lo abracé y salimos de la habitación.

Me sentí algo extraña incluso en mi propia casa, pero ignoré ese sentimiento.

-¿Podemos ir a visitar a la manada? Hace mucho que no vamos- dije.

-Está bien, pero primero vamos a comer- dijo.

Me transformé y bajé de sus brazos para caminar juntos. Preparamos algo rápido y tras comer, nos cambiamos.

-Ve a la entrada, yo ya voy- me dijo mi vampiro y obedecí.

Thanatos sacó un vehículo realmente gigante de vaya a saberse dónde, se ve espacioso y es alto, de color negro y muy largo. Parece más grande que una limusina, aunque más corta de cola.

-¿Desde cuánto hay un auto aquí?- le pregunté, sorprendida, en cuanto bajó la ventanilla para poder hablar.

-Nos lo regaló mamá- dijo.

-¿Por qué es tan grande?- pregunté.

-Para poder hacer una pequeña piscina para ti, así nadas mientras manejo- dijo.

-¿Sabes manejar?- pregunté, sorprendida.

-Aprendí a conducir una carroza en mi primer año de vida; tengo 127 años, esto no es nada. Hunter me enseñó a conducir cualquier tipo de vehículo motorizado; inclusive motos y tractores- dijo, riendo-. Sube.

Me subí en el asiento del copiloto y empezó el viaje.

Este vehículo es enorme, tiene una fila de asientos detrás nuestro y de ahí para atrás hay una pequeña piscina.

-¿Por qué vamos en auto, sabiendo que puedes ir super rápido y llegar en poco?- pregunté.

-Porque se que te hace mal tanta velocidad- me dijo, acariciando mi pierna con una mano, aún con la vista fija en la carretera.

-Puedo acostumbrarme a eso- dije, sonrojada por todo lo que hace por mi siempre.

-Eres mi sirenita favorita; te trataré como la reina que eres para mi- dijo y sonreí.

Le di un besito en la mejilla y miré el camino.

-¿Cuánto tardaremos?- pregunté.

-No mucho- dijo-. Si quieres puedes meterte a la piscina un rato.

Me quité el cinturón de seguridad y con algo de rapidez, siendo apurada por el ruido del vehículo pidiéndome que me ponga la seguridad, fui a los asientos de detrás, para luego meterme a la piscina, transformándome para nadar con tranquilidad.

-Esto es bonito- dije, viendo como pasan los árboles mientras nado en círculos.

-¿Te gusta?- me preguntó mi vampiro, aún conduciendo, mirándome por el espejo retrovisor.

-Mucho- dije.

Es diferente ver los árboles desde el vehículo; pasan más rápido que cuando voy caminando, y es visible a comparación de cuando Thanatos me lleva sobre su espalda a largas distancias.

Un pequeño sonido de olas chocando contra la arena llegó a mis oídos y miré hacia adelante, donde Thanatos está configurando algo en una pequeña pantalla, donde se ve como se está reproduciendo una canción. Es tranquilizante, me agrada.

Cerré los ojos, disfrutando del bello sonido.

Me empezó a doler la cabeza, pero intenté ignorarlo, sumergiéndome completamente, escuchando el suave sonido que logré hacer que me duerma.

_-_-_

En cuanto desperté, la música ya había acabado y Thanatos me está secando el cabello con cariño.

-Hola, mi sirenita- dijo Thanatos-. Llegamos a la manada, pero no quería despertarte ni que dejaras un rastro de agua desde aquí hasta dentro de la casa de nuestros amigos, por lo que te estaba secando el pelo.

Sonreí y me transformé, estando completamente seca.

-Eso es más fácil, pero no quería despertarte- dijo y reí.

Caminamos juntos hasta la zonas de las casas, ya que el estacionamiento está algo alejado para evitar la destrucción de estos en caso de locura de alguno de los individuos de la manada.

Al llegar, un gran felino se le lanzó encima, tirándonos al suelo.

Otra pantera saltó, quitando a la que tengo encima, empezando a jugar entre ellas. Una tercera más pequeña se unió, lamiendo mi cara con emoción.

-Jack... Deja a Mari en paz- dijo Ikaris, acercándose de a poco, para tomar en brazos a su pequeña pantera.

Reí y me levanté, limpiándome la cara con un pañuelo que me dio Thanatos, que posee una mueca entre asco y diversión.

Jack se tranformó, aún en brazos de su vampiro, quien en un rápido movimiento se quitó su remera y se la colocó a su pequeña pareja, haciendo que este parezca aún más pequeño ante la enorme remera.

-Hola Mari- me dijo-. Estaba muy contento de verte. ¿Cómo está Ka...?- fue interrumpido por su vampiro quien le dio un beso.

-¿Quién?- pregunté, sin entender a quién mencionó.

-¿Cómo estás?- me preguntó Ikaris-. Hace bastante que no nos veíamos.

-Estoy bien- dije, sonriendo-. ¿Y ustedes?

-Todo bien por aquí- dijo Jack-. ¿Vamos a jugar?

Sonreí y asentí.

-Veo que sigue con la misma emoción y energía- dijo Thanatos.

-¿Cómo la pasaste en tu cumple?- le pregunté al pequeño-. Perdón por no venir, estaba en una montaña con cascadas.

-Fue genial; hicimos pizza, comimos helado, incluso hicimos guerra de agua con unas pistolas de plástico- dijo.

-Lamento no haber venido- dije.

-Ven, ven, vamos a jugar- dijo.

Caminamos todos juntos con las otras dos panteras por detrás.

-¿Por qué usas remeras de Thanatos?- me preguntó Jack.

-Porque son cómodas- dije, caminando abrazada de mi vampiro-. Además de que me recuerdan a él incluso cuando estamos lejos.

-A mi no me dejan usar remeras de Ikaris- se quejó el menor.

-Porque te quedan enormes- dijo ikaris, riendo.

-Ni tanto- dijo el pequeño, escondiéndose en la ropa.

Sonreí y le di un beso en la mejilla a mi vampiro.

Escuché unos himplidos y miré hacia atrás.

-Rebecca también quiere jugar con nosotros- dijo Ikaris, divertido-. Pero Steven le recordó sus tareas.

Reí y me acerqué a las panteras, acariciando las cabezas de ambas mientras aún caminamos hacia el claro.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora