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Me desperté de mi pequeña siesta, aún sentía el viento chocar contra mi cuerpo, por lo que se que sigo pegada contra Thanatos quien aún corre. Me mantuve con los ojos cerrados.

-Sigue durmiendo si quieres- murmuró y me aferré a él.

-¿A dónde vamos?- pregunté.

-Al terreno de las panteras- dijo-. Solo has dormido unos segundos.

-¿Por qué vamos hacia allí?- pregunté.

-Para solicitar una orden de alejamiento entre esa loca y tu- explicó.

-No es necesario- dije, abriendo un ojo para mirarle-. No veo la razón, además, es mi amiga.

-Tan solo pediré que le den algo para las hormonas. No quiero que llegue a lastimarte a ti o a alguien por intentar defenderte- dijo.

-Con decírselo a Steven es suficiente- dije.

-Tranquila, no pasará nada malo. No dejaré que te hagan daño, si es que eso es lo que te preocupa- dijo-. Además, tengo amigos allí.

-Está bien- dije.

Sentí el paso detenerse y me separé un poco para ver.

Estamos en lo que parece ser una selva, pero con árboles arañados por todos lados.

-Aquí vive un amigo mío que su pareja es un licántropo- dijo-. Él tiene ya 358 años, se llama Ikaris Sersi.

-¡Thanos! Hasta que te dignas a aparecer, hermano- dijo un chico pelinegro saliendo de entre los árboles.

-Mar, te presento a Ikaris- dijo, señalando con una pequeña sonrisa al chico que está frente a mi.

Debe de tener unos 30 años o por ahí, usando de referencia la edad humana. Su cabello negro es corto por los lados de la cabeza, pero largo en el medio, llevándolo hacia atrás. Sus ojos son azules como los de Thanatos.

-Llámame Ika, si quieres- dijo, con una sonrisa-. Me alegro que al fin consigas novia. Chica, ¿qué se siente ser la pareja de ese niñato?

-Somos hermanos- dije, algo incómoda por la situación.

El chico rió.

-Ya me parecía raro que ese tenga pareja- dijo y Thanatos rió.

-Ganaré nuestra apuesta, no te creas tanto- dijo Thanatos y le miré confundida-. Apostamos una gran cantidad de sangre a que llegaría a los 200 sin pareja.

-¿Ok...?- dije.

-Es raro verte aquí. ¿Necesitan algo?- preguntó y me bajé, pisando suelo por primera vez en mucho tiempo.

-¿Y tu enano? Es raro no verlo aquí pegado contigo- dijo Thanatos.

-Esta durmiendo un rato. Quedó destrozado de jugar- explicó con una sonrisa extraña y mi hermano rió-. Solo jugamos a las peleas, no creas otra cosa, que te conozco, pervertido.

-Ya, si claro- dijo y se puso serio-. ¿Puedo hablar con el líder?

Ikaris cambió su expresión facial a una seria.

-¿Qué sucedió? Sabes que hablar con el líder no debe de ser por una broma- dijo.

-Quiero pedir una orden de alejamiento y tratamiento hormonal para una de las integrantes para que deje de acosarla- dijo mi hermano, señalándome.

-Vamos...- dijo, empezando a caminar.

Caminamos a paso apresurado entre los árboles. Para mi, vamos en círculos, pero supongo que el vampiro sabe a donde va.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora