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Tras unas buenas horas, al fin se me acabó lo que en los licántropos se llama "celo" y Thanatos me dejó dormir unas cuantas horas más, entre sus brazos, en el mismo lugar en donde proclamamos nuestro cariño.

_-_-_

En cuanto desperté, Napomuceno estaba a mi lado a la igual que Thanatos. Ambos despiertos pero cada uno concentrado en lo suyo. El menor lee un libro y el mayor tan solo acaricia a mi cabello con cariño.

-Buenas noches- me dijo mi pareja y sonreí-. ¿Ya estás mejor?

Asentí y me senté en la cama, estirando mi aleta que suele estar enrollada mientras duermo ya que es bastante larga.

-¿Tienes hambre? Ayer tuviste mucha acción- dijo mi vampiro y reí.

-No tanta, pero me intriga saber qué hacemos aquí- dije, mirando el techo de la extensa habitación.

-Hay un grupo que cree que la muerte de Rik se debe a que nosotros aparecimos el día de su presentación y lo maldecimos, por lo que intentan matarnos- dijo Napomuceno, sin despegar la vista de su libro.

-Oh, vale- dije y volví a acostarme, girando mi cuerpo en dirección al vampiro menor-. ¿Cuándo podremos volver a casa?

-En cuanto estemos a salvo- dijo Napomuceno, hojeando con tranquilidad.

-¿Qué lees?- le pregunté, interesada en esas rayas raras presentes en toda las hojas del libro.

-La historia de un humano que se enamora de un vampiro- dijo-. Es como un "Romeo y Julieta" entre especies.

-Que lindo- dije, recordando aquel romance de final trágico.

-Majestad, trajimos la comida- dijo una suave voz y miré hacia la puerta, en donde unas chicas entran con carritos con comida y la dejan frente a Thanatos, para hacer una reverencia y retirarse.

-Que gran servicio- dijo mi vampiro, sonriendo.

Los tres juntos comimos y una vez satisfechos, nos levantamos de la cama, cambiándonos de ropa a algo bastante actual, usando jean y camisa.

Salimos de la habitación y una suave melodía empezó a sonar suavemente de forma agradable de una habitación que desconozco.

-¿Escuchan eso?- pregunté, sonriendo.

-¿Qué cosa?- preguntó Napomuceno.

-Esa melodía- dije, deteniendo mi paso.

La melodía empezó a tener sentido, como si hubiera una letra en el fondo de la armoniosa canción. Se trata de una muchacha que ha encontrado su último lazo, siendo el único vivo después de dos tragedias amorosas.

Empecé a caminar hacia donde proviene el sonido, subiendo las escaleras de nuevo, a pesar de que recién las bajamos.

-¿A dónde vas?- me preguntó Thanatos, siguiéndome el paso.

La melodía de a poco se vuelve desagradable, como si fuera un grito de dolor. La letra ahora menciona que en el momento de completar el ritual, un tiburón aparece.

Caminé más apresurada al sentir la melodía cambiar de rumbo, ya no hablando de amor solo menciona dolor, contando como le pidió al rey que la mate para terminar su malestar.

Todo mi camino terminó frente a un puerta que posee un cartel en rojo con letras extrañas.

Abrí la puerta de golpe, encontrándome a Isodoro sentado en su cama, con los ojos cerrados y mirada tranquila.

-¿Qué te sucede?- preguntó él, sentándose en su cama, deteniendo un viejo tocadiscos, deteniendo la dolorosa melodía justo en el momento que el rey dicta su sentencia final-. ¿Qué te trae esta noche a interrumpir mi tranquilidad?

-¿Qué estabas escuchando?- pregunté.

-"Melodías del mar"- dijo, mostrándome la cajita del disco-. Fue un éxito en su época por las sensaciones que transmite; es como recibir tranquilidad pura en tan solo minutos, siendo el efecto mayor cuando empieza la parte del canto con la melodía más fuerte.

-¿Quién es el autor?- pregunté.

-Melody Mars- dijo-. Bueno, ese es el nombre adaptado.

-¿Por qué adaptado?- pregunté, con gran curiosidad.

-Su nombre original es complicado de pronunciar; ella era una sirena, no tiendo ese idioma aún- dijo.

-¿Puedo leerlo?- pregunté.

-Adelante- dijo, pasándome la caja.

Leí el nombre, mirando con miedo al final, lanzando la caja lejos.

-¿Cómo termina esa canción?- pregunté asustada.

Colocó de nuevo y empezó a sonar la canción.

El final es triste; el rey la exilia, ella le agradece y se despide, alejándose de todo, mencionando que viene a la tierra en donde se arrastra por dolorosos lugares. 

La canción termina y empieza la siguiente en donde menciona que llegó a una zona en donde conoció una nueva emoción con un depredador al momento que ella gana la pelea y come su cabeza. Luego comenta cómo destroza a cinco víctimas contando todo a detalle, aclarando que solo esa parte es a penas un arroyo en comparación al océano de muerte que produjo, a pesar de que solo les come la cabeza y el resto del cuerpo los deja.

La canción acabó y sentí los brazos de Thanatos a mi alrededor.

-¿Qué dice la canción?- me preguntó, acariciando mis celestes uñas.

-Según me han dicho, trata de una mujer que pierde a su primer amor pero se enamora de otro y encuentra la felicidad. Todo el disco trata de eso; son solo cinco canciones pero inspira mucha tranquilidad su romance- dijo Isodoro y dio una pequeña sonrisa-. O eso es lo que siento que transmite la canción. He preguntado su significado y dicen que es eso.

Agarré la caja y miré todas las canciones que aparecen en el disco.

-Pues te han mentido- dije-. Elimina esto si no quieres desgracias- miré una última vez la caja antes de dejarla sobre la cama-. Nada bueno viene de este tipo de cánticos envenenados.

Salí de la habitación con mi vampiro detrás de mi, viendo a Napomuceno en el marco de la puerta.

Volvimos a la habitación de Thanatos y me quedé acostada en su cama, pensando en la canción.

-¿Tan mala es la letra?- preguntó Napomuceno, sentándose a mi lado.

-Es digna de esta familia de despiadados- dije.

-¿Crees que eso esté relacionado a lo que le sucedió a Alarik?- preguntó Thanatos.

-No lo creo. En esas dos canciones no maldice a nadie y todo es aterrador pero no hay maldiciones ni hechizos- dije.

-¿Y si es algo que sucede en otra canción del disco?- preguntó Napomuceno.

-Tendría que escuchar el disco completo para averiguar eso; no creo que Isodoro sapa siquiera de qué va en realidad- dije.

Alguien tocó la puerta y Thanatos lo dejó pasar.

-Marina, si no es mucho problema para usted, me gustaría pedirle que tradujera todas las canciones- dijo Isodoro, entrando a la habitación, hasta ponerse en la mitad, mirándome a la cara.

Miré a Thanatos, en busca de una respuesta pero solo me miró, dejando que yo decidiera.

-Está bien- dije, dudando de que sea una buena idea.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora