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Esta vez, me desperté sola; no se si por hambre o por frío.

-Hola- me dijo Thanatos, quien estaba sentado en una silla frente a mi, con una taza en mano-. ¿Dormiste bien?

-Sip. ¿Y tú?- contesté, con una sonrisa.

-Igual- dijo-. Por si te lo preguntas, mamá, papá y Lucio fueron a hacer algunas compras, regresan más tarde.

-¿Qué hora es?- pregunté, aún viendo mi aleta en ese horrible gris opaco.

-Casi el mediodía- respondió, tomando de su taza-. ¿Quieres que te traiga algo de desayunar o esperas un poco a que llegue la familia para almorzar?

-Voy a esperar- dije, sentándome-. ¿Qué estás tomando?

-Té de manzanilla- dijo-. ¿Quieres?

-No gracias- dije, sonriendo.

-¿Quieres que te traiga algo?- preguntó.

-Trae tu cuerpo hasta aquí y dame un abrazo- dije, abriendo mis brazos para que me abrace.

-Pareces una niña pequeña- dijo, riendo, dejando la taza a un lado, para ir a abrazarme.

-Soy una niña pequeña, si lo piensas bien... Tan solo tengo 33 años- dije, sonriendo, al sentir como me rodea con sus brazos, en un tierno abrazo.

-Estás más mimosa de lo normal... ¿Estás bien?- dijo-. ¿Es por el duelo?

-¿Hay algo de malo querer cariño?- dije, algo triste.

Él me hizo levantar la mirada, para verle a esos profundos ojos azules.

-No está mal. Es algo lindo, de hecho... Solo que se me hizo raro- dijo, para luego volver a abrazarme-. Una pregunta; ¿Cómo es la reproducción en las sirenas?

-Pues... Es algo raro de explicar- dije-. Cualquiera de los dos debe hacer un cortejo para impresionar a su pareja, que si le acepta, los cuerpos se frotan, más que nada en la zona del inicio- dije, colocando mis manos sobre lo que los humanos llaman "vientre"-, para activar el instinto reproductivo. De entre las escamas aparecen lo que sería para los humanos el pene y la vagina, los cuales se unen, dejando liberar la semilla de él en ella, permaneciendo pegados el uno del otro durante un pequeño momento el cual se le llama "nudo" en donde la sirena siente algo removerse en su ser. Luego de ahí se separan y listo. En unos meses, que si no mal recuerdo eran 14 semanas, para que luego la panza explote liberando huevos que se deben proteger hasta que se cumplan 14 meses de gestación y nacen las pequeñas crías... Desde el primer día somos educados a sobrevivir, no existe eso que hay aquí de que esperan 4 o más años, allí es ni bien salgas del huevo.

-¿Eso no es algo peligroso?

-Lo es, por eso es que es algo de instinto reproductivo- dije-. Por eso mismo cada ser tiene tres parejas amorosas; para asegurarse de que el linaje siga.

-Que complicado- dijo-. ¿Es posible que nazcan híbridos? Por ejemplo tritón con ninfa del mar.

Reí.

-Es imposible- dije-. Nunca han existido híbridos, ya que no es posible la concepción.

-Está bien- dijo, separándose de mi-. Ya están por llegar. Iré a lavar esta taza, ya regreso.

Asentí con la cabeza, mientras lo veo irse. 

Me tapé con todas mis mantas. Fue una tarea complicada pero lo logré.

Una vez que terminé de arroparme, me quedé quieta para entrar en calor.

Nunca me había pasado esto, pero tengo mucho frío, algo no normal en mi. Vivía en una zona de aguas heladas, el frío normal no me afecta.

-¡Hola!- dijo Luciano, entrando rápidamente a mi habitación, lanzándose sobre mi, abrazándome-. ¿Cómo estás?

-Hola pequeño- dije, sacando mis brazos de todo el enrollo para abrazarle-. Tengo algo de frío, pero no es nada. ¿Cómo estás? ¿Cómo les fue?

-Te compramos más de esa cosa que te encanta- dijo él y sonreí.

Él emitía un calor agradable.

-Hey... Se que sonará raro, pero ¿podrías transformarte, por favor?- pedí.

Él sin entender mucho, obedeció, quitándose la ropa para transformarse y echarse sobre mi.

-Gracias- dije, acurrucándome, robando parte de su calor.

-¿Cómo estás?- me preguntó America, entrando lentamente.

-Bien- dije, sin moverme de mi lugar.

-¿Tienes frío?- preguntó, acercándose para tocar mi frente.

-No, no te preocupes- dije, con una pequeña sonrisa.

-¿Segura?- preguntó-. Nat me comentó sobre esto. Llamaré a Didac para saber que hacer... Estás prácticamente temblando.

-No es necesario- dije, acurrucándome aún más.

-Llamaré a Didac, no es una pregunta- dijo y desapareció.

Thanatos entró a la habitación.

-Se que mi cuerpo tiene temperatura más baja, pero igual quiero sumarme al abrazo- dijo, colocándose a un lado mío, para abrazarme por sobre las mantas.

Sonreí.

-Didac dice que es algo normal del duelo. El cuerpo baja de temperatura por lo que debemos mantenerte calentita- dijo America, entrando de golpe.

-¿Cómo es que le has hablado tan rápido?- pregunté, sorprendida.

-Él me acaba de llamar para decirme eso- dijo, sonriendo-. Iré a preparar algo calentito para ti.

-Gracias- dije.

Luciano se removió, pasando su cuerpo aún más sobre mi, brindándome más calor, lo cual agradecí enormemente.

_-_-_

Tras almorzar una deliciosa sopa calentita, Thanos tuvo la idea de ver que si nadando se me pasa el frío. Sirvió los primero instantes, pero luego empeoró todo.

Ahora mismo, estoy recostada en la caliente arena, con cuatro mantas gruesas y con Luciano en la cima, siendo como una manta de peluche gigante.

Thanatos se acercó a mi con un balde.

-Dame tus manos- me pidió y obedecí.

Colocó mis manos dentro del balde. El agua estaba caliente. Era realmente lindo.

-Siempre dices que las uñas son el punto más sensible de tu ser, por lo que supuse que esto iba a ayudar- dijo él-. ¿Sirve?

-Mucho- dije, sintiéndome mejor-. Gracias.

Él se sentó a mi lado, sonriendo.

-Espero que el nuevo rey no muera muy pronto- dijo Thanatos-. No me gusta verte así.

-A mi tampoco me gusta- dije, con molestia-. Pero no puedo hacer nada a cambio... Así que, nada... Aquí estoy.

Cerré los ojos, disfrutando mejor del agua.

-Si quieres descansa... De seguro todo esto es algo cansador para ti- dijo, recostándose a mi lado.

-No quiero pasarme todo el día durmiendo, pero es una buena idea- dije-. Permiso Lucio.

El pequeño salió de encima mío. Me coloqué boca abajo y él volvió a subir, luego de que Thanatos acomodó las mantas.

Crucé mis brazos y los usé de almohada.

-¿No quieres una almohada?- me preguntó.

-No gracias... Así se siente mejor. La arena está caliente- dije, sonriendo.

-Duerme tranquila...- dijo, dándome un beso en la frente.

Y le hice caso, quedándome profundamente dormida pocos segundos después.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora