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-¿Qué...?- dije, sin entender.

Steven ya no estaba, pero en su lugar estaba otra pantera junto a la más pequeña. Poco después se le sumó otra más, de un tamaño apenas mayor en comparación a los otros dos.

Los tres animales intercambiaron miradas y soltaron ruidos, para luego de revisar la zona y quedarse formando un círculo. Sus cuerpos brillaron en un suave color negro y se transformaron en personas.

Thanatos rápidamente nos sumergió, tapándome los ojos.

-¿Qué problemas tienes con que los veas desnudos?- le pregunté, enfadada-. No es nada nuevo ni nada de qué avergonzarse.

Volví a mi forma real, para que sea más fácil que me desplace en el agua.

Él salió unos momentos para tomar aire.

-Abrázame por detrás- le pedí, dándole la espalda y eso hizo, colgando sus brazos de mi cuello.

Rápidamente, nadé hacia donde estaba nuestra familia, quien estaba al otro lado del lago.

-¿Estás bien?- le pregunté a Thanatos, quien estaba tieso como un muerto.

-Si...- dijo y se sacudió un poco-. Es fue genial.

-¿Seguro que estás bien?- dije, viendo como se lanza al suelo, empezando a respirar agitamente.

-¿Les pasó algo?- preguntó America.

-Steven, Rebecca y Fernando son panteras- dijo Thanatos, rápidamente.

-¿Qué?- dijeron America, Hunter y Luciano a la vez.

-Si. Están del otro lado- dije-. Iré a ver. Ya vuelvo.

-¡Espe...!- gritaron todos, aunque no terminé de escuchar, ya que me fui nadando rápidamente.

Vi a los hermanos Phantom gritando mi nombre.

Al estar cerca, me transformé de vuelta y caminé hasta donde estaban. Ahora si están vestidos. No se en qué momento se habrán cambiado, pero estaban con ropas típicas de estos lugares.

-Hola- dije y me miraron.

Rápidamente Steven se me lanzó encima, abrazándome y tirándome al suelo.

-¡¿Dónde estabas?!- gritó, preocupado-. ¡¿Por qué saltaron al agua así nomas?! ¡Pudieron haber muerto!

Reí y le devolví el abrazo.

-Te lo dije, tonto- dijo el más pequeño-. Esta bien.

-¡¿Cómo iba a saber eso?! ¡No salieron a respirar en mucho tiempo!- gritó el mayor, aún muy alarmado.

-El agua es mi ambiente natural- dije y Rebecca rió.

-Bueno, nosotros ya nos vamos- dijo Rebecca, sacando con fuerza a su hermano de encima mío.

-Por cierto... ¿Ustedes no vieron esas panteras que estaban hasta hace poco aquí?- dije, fingiendo no saber.

Rebecca y Steven palidecieron. 

Fernando empezó a retroceder lentamente, sumergiéndose de a poco. Una vez que el agua le llegó al cuello, tomó aire y se sumergió. Una pequeña pantera negra salió rápidamente corriendo de allí.

Los hermanos chocaron sus manos derechas contra sus frentes, con muecas extrañas y desconocidas para mi.

-Si te dijera que no todos los cuentos son ficción, ¿Qué dirías?- preguntó Steven.

-Pues que todo es verdad- dije.

-Pues así es...- dijo Rebecca-. Somos lo que se le llama licántropos. Podemos adoptar una forma de pantera o de humano a nuestro gusto.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora