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-Thanos, cariño- le llamé y me miró.

-¿Qué sucede? ¿No puedes dormir?- preguntó, sentándose en la cama, abrazándome de lado.

-No es eso- dije-. ¿Sabes dónde está Ronin?

-Debe estar durmiendo o leyendo en su habitación- dijo él.

-Pero si hace unos momento salió de casa- dije.

-No te preocupes, es un niño grande, ya tiene 122 años, sabe cuidarse- dijo.

-Lleva mucho tiempo así y suele estar varias horas hasta que regresa- insistí.

-Le gustará estar solo.

-No creo que realmente salga para ir al parque como suele decir.

-Debió de haber conocido a alguien o algo así.

-¿Y si le pregunto?

-Déjalo vivir su vida tranquilo, ya no es un niño.

-Pero ¿y si le pasó algo?

-Ya iré yo a preguntarle, tu espérame a aquí- dijo.

-Está bien- dije, suspirando para sentarme en la cama, dejando de mirar por la ventana.

Él se levantó de la cama y tras cambiarse con rapidez, salió de la habitación.

Miré por la ventana y le vi salir, yendo hacia el bosque, rodeando el lago. Me intriga saber qué sucede, la curiosidad es mucha; mis uñas brillan en un tono blanco.

Me levanté y me cambié con rapidez, saliendo descalza de casa, para ir corriendo detrás del rastro de mi vampiro.

Me concentré en el aroma de Ronin, el cual pasa tantas veces por aquí que está bien concentrado. Caminé casi corriendo, teniendo mucho cuidado para no tropezarme ni caer en medio de la oscuridad de la noche, teniendo la luna como única luz.

Una vez llegué en donde ambos aromas se mezclan, encontré uno tercero que es muy muy suave. Me acerqué de a poco, viendo a Ronin junto a Thanatos y a un pequeño niño gateando hacia él.

-Hola- dije, sumándome a la charla de los muchachos.

El pequeño gateó con rapidez hasta Ronin y se escondió detrás de las piernas de este.

-Tranquilo, ella es buena- le dijo Ronin, tomándolo en brazos.

-¿Siempre te escapas por este pequeño?- pregunté, divertida, revolviéndole el cabello al pequeño vampiro.

-Algo así- dijo él, sonriendo-. Encontré a este pequeñín una tarde tranquila, él estaba llorando por estar perdido y lo ayudé a encontrarse con su madre, quien suele estar ausente gran parte del día y cada tanto, también de noche, por lo que cada tanto vengo a hacerle compañía.

-¿Qué criatura es?- dije, con curiosidad-. Debe ser un chico grande en un cuerpo pequeño, como para que su madre le deje solo en casa.

-Es un demonio bebé- dijo Thanatos-. Conozco a todos los de esta zona y su madre se ve obligada a trabajar por demás y deja a su hijo solo para que nadie le haga daño a su pequeño especial.

-¿Por qué alguien le haría daño a una criatura tan linda?- pregunté, mirando al menor con cariño-. ¿Puedo tomarlo en brazos?

-¿Quieres ir con Mari?- le preguntó Ronin y el bebé estiró sus brazos hacia mi, por lo que lo alcé con cariño, meciéndole un poco.

El pequeño al rato empezó a hacer muecas y se lo pasé a Ronin, quien logró tranquilizarlo y dormirlo, viendo como de la nada su forma física cambia a un pequeño parajito de colores similares a los de mi aleta con patitas rosadas y pico amarillo.

-Ya me parecía que algo iba a heredar de la madre; ella es un cambia formas estornino pinto- dijo Thanatos, sonriendo.

-Ya me parecía que algo iba a heredar de la madre; ella es un cambia formas estornino pinto- dijo Thanatos, sonriendo

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*Estornino Pinto*

-¿Es un híbrido?- pregunté, emocionada.

-Así es- dijo Ronin-. Por eso está en peligro. Es medio demonio pero a la vez también es en parte humano y ave; su madre está amenazada ya que el pequeño no es digno de ser un demonio por su parte adorable de ave por lo que debe hacer trabajo extra para poder pagar al rey para que no le haga nada a su hijo.

-Ya le di la posibilidad de pedir asilo político con los vampiros pero ella se ha negado a esto porque no quiere causar una guerra entre reinos diferentes- dijo Thanatos.

-Es triste que suceda eso, es solo una pequeña criatura que no tiene culpa alguna- dijo Ronin, acariciando la cabeza del pequeño pichón dormido sobre su mano.

-¿Quieres llevarlo a casa por unas horas?- preguntó Thanatos-. Se que su madre no llegará hasta la madrugada y el pequeño no debe estar alimentándose bien.

-¿Tu crees que la madre lo deje?- preguntó Ronin-. No quiero que piense que lo secuestré o algo así.

-Podemos dejarle una nota- propuse.

-Mejor solo lo cuidamos desde aquí- dijo Ronin-. No me gustaría alterar a una madre, y mucho menos si es que llega a reaccionar como Marina.

Mi vampiro lanzó una carcajada, despertando al pequeño parajito que rápidamente cambió de forma siendo un pequeño bebé, que mira todo con ojos curiosos.

-Mejor nos quedamos aquí cuidándole- dijo Ronin, mirando al bebé quien sonrió y estiró sus manitas hacia las mejillas de quien lo carga.

-¿Sabes dónde vive?- pregunté.

-A cinco kilómetros de casa- dijo Thanatos-. Estamos a un kilómetro y medio de su casa.

-Mejor lo llevamos a su hogar- dijo Ronin.

-Es una buena idea- dijo mi vampiro.

Los tres juntos caminamos hacia la casa del bebé, terminando la caminata en una hermosa cabaña pequeña rodeada de vegetación, como si fuera un escondite secreto. Es de tan solo un piso y parece ser diminuta pero a la vez transmite calidez y tranquilidad hogareña.

Nos quedamos frente a la casa, jugando con Antonio quien realmente no quita su vista de Ronin, pidiendo estar siempre frente a él y sobre sus brazos. Si es que mi vampiro o yo lo tomamos en brazos, alejándole del vampiro menor, empieza a hacer muecas feas indicando que va a llorar y se lo dejamos de nuevo a Ronin quien le mira con cariño, una mirada que nunca he visto en él.

Al cabo de unos minutos, el bebé estaba sobre las piernas del vampirito quien le hace cosquillas en la pancita, mientras que me quedo con mi pareja sentados contra un árbol cerca de ellos.

-Para mi que se enamoró- me dijo Thanatos y sonreí.

-Concuerdo contigo- dije, sonriendo.

Nos dimos un pequeño beso y continuamos viendo como los menores juegan hasta que unos pasos acelerados hacia nuestra dirección nos alarmaron.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora