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-Que malas deben estar las cloacas, hay mal olor- se quejó mi vampiro, cuando ya estábamos por llegar y asentí, algo asqueada.

-¿Qué se está pudriendo bajo nuestros pies?- dijo Luciano, tapándose la nariz.

-Espero que ningún animal- dije.

-El olor de animales de la alcantarilla en putrefacción es muy diferente a este olor- dijo Fernando.

-Ni siquiera se si quiero saber cómo es que sabes eso- dijo Thanatos, divertido.

Tocamos la puerta y esta se abrió sola con el pequeño empujón.

Entramos e hicimos muecas de asco ya que el olor es peor aquí.

-Luciano, ve a ver si es que algo se venció en la heladera o en el almacén- dijo Thanatos.

Fernando y Luciano fueron hacia la cocina juntos y yo me dirigí junto a mi vampiro a la habitación de los mayores.

Tan solo fueron unos segundos los que pude ver, ya que Thanatos me tapó los ojos, pero eso fue suficiente como para ver al cadáver de America tapado con la manta como si es que estuviera aún dormida, tan solo que con bichos entrando y saliendo de diversas zonas de su cuerpo, junto a ella está el cuerpo de Hunter, mucho más calavérico, marcándose bien algunas partes de su rostro y cuerpo, con menor tiempo de putrefacción.

-Llamaré a los médicos forenses- dijo, sin dejarme ver.

Me llevó hasta el sillón y cerró la puerta con seguro.

-En la heladera solo los lácteos están malos, pero no todos- dijo Luciano, tomando un yogur líquido sabor frutilla-. Aún hay un par más por si quieren.

-Iré a hacer una llamada- dijo Thanatos, con seriedad, saliendo a la entrada de la casa.

-¿Pasó algo?- preguntó Luciano y asentí con la cabeza-. ¿Mamá y papá están bien?

-Como dicen los humanos... Están en una mejor vida- dije, con el tono de voz más suave que puedo pronunciar ahora.

-¿Qué les pasó?- dijo Luciano, acercándose a la puerta, golpeándola un par de veces, notando que está con seguro.

-Oh...- dijo Fernando, mirándome a los ojos.

-Llévate a Luciano- le ordenó Thanatos, en cuanto entró a la habitación-. Los médicos vienen en camino.

-¿A mamá le pasó algo?- preguntó el chico oso, preocupado.

-Hoy te toca revisión con Josh, me acabo de enterar que no vas a una hace tiempo- dijo Thanatos, por lo que el menor hizo un puchero.

-Odio sus vacunas...- se quejó.

-Yo te cuidaré- dijo Fernando, abrazándolo.

-Vayan a casa, él ya los está esperando allí- dijo el vampiro y los licántropos tras asentir, se retiraron.

Un par de hombres ingresaron al lugar tras tocar la puerta; ambos están vestidos de un extraño mameluco blanco, con guantes y barbijos.

-Por aquí- dijo Thanatos, guiándolos a la habitación.

Quise volver a entrar a la habitación, pero mi vampiro me lo impidió, abrazándome para que no vea en el momento que cargaron a nuestros padres en unas camillas raras que los cubre con un plástico negro.

-No quiero que veas esto... No es algo agradable- me dijo, acariciando mi cabello.

-He visto a mi padre ser devorado por un tiburón frente a mis ojos, he sido atacada por exiliados y he matado; ver un cadáver no me afecta tanto- dije-. La muerte es una parte del ciclo de vida... Aunque no se qué le pasó a Hunter.

-Murió de amor- me dijo-. Se negó a comer y beber en el tiempo que estuvo muerta mamá, por lo que terminó yéndose junto a quien le prometió amor eterno.

-¿Cómo sabes todo eso?- pregunté.

-Parkis me preguntó si quería despedirme de nuestro padre antes de que se lo llevara, pero me negué- dijo-. Ahí es cuando me dijo que fue una huelga en nombre del amor. Es una linda historia de romance.

-Realmente- dije y me alejé unos segundos-. ¿Cómo se lo diremos a Luciano? Aún es un niño mentalmente.

-No tengo ni idea, pero que Fernando lo apoye, le va a ayudar mucho- dijo-. Ven, vamos con ellos, ya no hay nada para hacer aquí.

Salimos del lugar y volvimos a la casa en donde nos criamos. En cuanto entramos, encontramos a un oso dormido cómodamente en el sillón, con el chico pantera a su lado, acariciándole por detrás de la oreja con cariño.

-¿Ya le contaron?- preguntó Thanatos.

-Si... Tuve que sedarlo para que no le diera algo que ponga en peligro su salud- dijo Josh-. Lamento la noticia.

-Es parte del ciclo de la vida- dije, suspirando.

-Me alegra no tener que sedarte a ti también- me dijo Josh.

-Ni te atrevas a tocarla- gruño Thanatos.

-Ya vampiro, no me hagas sedarte a ti- bromeó Josh.

-Ya dejen de pelear- reclamó Fernando-. Van a despertar a mi osito.

-Bueno, ya le hice todas sus pruebas, está completamente sano, solo requiere dejar de comer tantas algas, le caen un poco pesado aunque las dirigiere bien a la larga- dijo Josh-. En caso de que se despierte alterado, denle té de rosas mosquetas con unas gotitas de limón y se calmará.

-¿Té de rosas mosquetas con limón?- pregunté, confundida, ya que el nombre de suena de algún lugar.

-El que a ti no te gusta- me susurró Thanatos al oído e hice una mueca de asco, recordando aquella bebida que tras la segunda taza me dio un efecto de adormecimiento que me dejó mareada dos días seguidos e impedía que pudiera nadar bien-. Gracias por venir Josh.

-Cuando quiera- dijo él y se fue tras despedirse.

Luciano se removió, captando la atención de todos. Aún en su forma de oso, se giró, cayendo sobre su pareja, acomodándose en el regazo de este, volviendo a dormirse sobre el chico pantera que quedó aplastado debajo del enorme oso.

-¿Te ayudo a salir?- le preguntó Thanatos, pero este se negó con la cabeza.

-Es como una mantita cálida- dijo-. Además de que si está cómodo, no pienso molestarlo.

-Si quieres los ayudo a ir a una cama para que estén más cómodos- ofreció el vampiro.

-Aquí estamos bien- dijo, abrazando a la bola de pelo marrón.

-Iré a terminar todos los asuntos legales, Mar, cuida la casa- me ordenó, besando mi frente.

-Quiero ir contigo- dije.

-No te dejaré que veas eso de nuevo... Aunque sea un proceso natural de la vida, son nuestros padres, les tenías gran afecto, no quiero que termines mal de nuevo- dijo, mientras me guía hasta sentarme en el sillón.

-¿Otra vez?- pregunté y asintió, dejándome aún más confundida.

-Regresaré pronto- dijo, antes de irse.

-¿Sabes a qué se refería con "otra vez"?- le pregunté a Fernando.

-No tengo ni idea- dijo.

-Iré a la habitación de Thanatos- dije.

-Como gustes- dijo-. Yo no me moveré de aquí.

Fui a la habitación de mi vampiro, me coloqué una remera suya y me acosté en su cama, abrazando su almohada, sintiendo su esencia en toda la habitación, pero sin lograr que me duerma.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora