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En cuento llegamos a casa, nos transformamos y salimos a través del baúl, caminando hasta casa de la mano.

-¿Quieren comer algo?- preguntó Thanatos-. Creo que aún tenemos helado en el freezer.

-¿Y si comemos fideos?- preguntó Kaito y sonreí.

-¿Sopa de fideos de arroz?- preguntó mi vampiro y sonreí aún más-. No se diga más.

Entramos y fuimos a la cocina, para preparar la comida juntos.

_-_-_

-Creo que he comido demasiado- se quejó Kaito, mientras nadamos en la isla Mako.

Acaricié su estómago, haciéndole caricias circulares.

-Ya va a pasar- dije.

-Traje té- dijo Thanatos, regresando a la isla con nosotros.

No se si es tierno o gracioso, pero trajo una taza para mi y una mamadera para nuestro pequeño.

Kaito tomó la mamadera y empezó a tomar con tranquilidad, estando sobre mi regazo.

Escuché un pequeño revoloteo en las afueras, por lo que dejé a mi familia ahí mismo para ir a averiguar.

Salí por la puerta secreta para ver como las ninfas están alborotadas tomando formas diversas.

-¿Qué sucede?- pregunté.

-¡El rey viene en camino!- informaron.

-¿Crees que así me veo bien?- preguntó una, tomando una forma parecida a la mía.

-Siendo tu misma eres más linda- dije, usando la frase que suelen utilizar los humanos.

-Ay, mientes- dijo y siguió cambiando de formas.

-¡Se está acercando a la puerta!- informó una.

Todas salieron apuradas del agua, yendo a la superficie.

Entré a casa y volví con mi pequeño, quien ya está dormido.

Alguien tocó la puerta y Thanatos salió a atender.

Me transformé y tomé a mi pequeño en brazos, para salir del agua juntos.

Subí las escaleras con cuidado, llegando a la sala algo sorprendida, viendo como hay varios guardias en círculo, cubriendo algo, mientras que el resto hace un escaneo de la zona.

-¿Qué está pasando?- pregunté.

-Buscamos alguna posible amenaza para el rey- dijo uno de los guardias.

-Hay un bebé en este hogar, no hay cosas peligrosas- dije, mirando a mi pequeño que duerme.

-Fuera de peligro- dijo uno de los guardias y todos se pusieron en fila.

El círculo se abrió y el rey salió de en medio, con su elegancia innata.

-Les daré el honor de tenerme en su humilde hogar- dijo él.

-Soy hijo del rey vampírico, no eres el único importante de sangre real aquí- dijo Thanatos, medio ofendido, abrazándome.

-Por lo menos yo si soy rey- dijo él, con aires de grandeza, con las uñas azuladas.

-Bueno, basta de pelea- dije-. ¿Ha qué has venido, majestad?

-En teoría Marina ahora está bajo las leyes humanas o de los vampiros, por lo tanto el rey tritón no es tu rey- dijo Thanatos.

-Eso se puede probar fácil- dijo-. Marina Kira Briseida, dame de comer tu aleta.

Di un paso hacia atrás, aterrada.

-¿Estás loco?- me defendió Thanatos, colocándose delante de mi-. Se supone que eres la ley.

-Oh, ya veo- dijo-. Kaito Otto Briseida, despierta y arrodíllate frente a mi.

Mi niño se despertó, pero se aferró a mi, para seguir durmiendo.

-Oh, esto es maravilloso- dijo-. No respetan a su rey. Señor hijo de los reyes vampíricos, da la orden.

-Aquí no se aplica eso, en esta casa no- afirmó-. Si hacemos algo, es por placer no por una orden.

-Su reglamento es extraño, pero válido- dijo-. De todas maneras, soy el rey y si quieren ser bienvenidos en mis tierras, deben tratarme como lo que soy.

-¿Un tritón engreído y maleducado, violador de privacidad?- preguntó Thanatos, divertido.

-No declares la guerra, vampiro- le retó.

-Tu contra mi- dijo-. ¿Aceptas el reto?

-El rey no pondrá en riesgo su estado físico- anunció un guardia-. Si deseas pelea, será con nosotros.

-Eso es aburrido- dijo Thanatos y suspiró-. Iré a por algo de tomar, ¿desean algo?

-Que te vayas de esta casa, perturbas mi paz, gracias- dijo el rey y Kaito abrió sus ojos, mostrando una mueca de desagrado.

Dijo algo en un idioma que no entendí y mi vampiro rió sonoramente.

-Tiene toda la razón- dijo y acarició el cabello de nuestro pequeño, quien sigue diciendo cosas en el idioma que desconozco.

Kaito corrió mi remera y me mordió, alimentándose con cuidado, maldiciendo al rey de formas exageradas.

-Ya, ya- dije, meciéndolo muy suavemente-. ¿Quién te ha enseñado ese vocabulario?

-Señor rey todo poderoso- dijo Thanatos, divertido-. Le invitaré a ir a un lugar digno como usted. El castillo de los reyes vampíricos es un mejor lugar para usted que esta humilde casita.

-Parece ser una buena idea- dijo uno de los guaridas.

-Está bien- dijo el rey.

 Sin siquiera saludar, dio la orden y todos se retiraron de la casa.

-Al fin- dijo Kaito, para luego lamer donde aún sale un poco de sangre por la mordida de sus colmillos-. Me cae mal.

-Es el rey- justifiqué-. Nadie es una mayor autoridad que él, nunca le han frenado el carro.

-Eso es algo obvio- dijo Thanatos-. Ni yo soy tan, tan... Así.

-Tu eres perfecto- dije, besándolo.

-¿Y yo?- preguntó Kaito.

-Tu lo eres aún más- contestó el vampiro mayor, besandole la frente.

-¿Vamos a nadar?- pregunté y asintieron.

Volvimos a la isla Mako, para saltar al agua e ir todos juntos por la puerta secreta hacia el exterior. Thanatos fue el primer en sacar la cabeza, seguido de nuestro pequeño mientras me quedo a charlar con las pocas ninfas que siguen presentes.

-¿A dónde fueron el resto?- pregunté.

-Las más jóvenes están escoltando al rey- dijo una.

-Está bien- dije, volviendo hacia la superficie junto a mi familia.

Nos quedamos el resto de la tarde nadando juntos en la superficie y una que otra vez sumergiéndonos en lo profundo, solo para molestar a Thanatos a pesar de que cada tanto nos sigue el juego.


La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora