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-Así que, has sido invitada a la fiesta de cumpleaños de la madre de Thanatos- dijo Didac, mientras nadamos en su piscina privada.

-Así es- dije, dándo pequeñas vueltas a su alrededor.

-¿Y cuál es problema, entonces?- preguntó-. ¿Qué es lo que te angustia tanto como para estar dándo vueltas sin parar?

-Es que no se comportarme como ellos- dije, nerviosa, mirando mis uñas reluciendo un verde brillante-. No tengo tanto tiempo de vida, no se como hacer para agradale a seres de muchos siglos que ya lo han visto todo. Isidoro ya me insultó diciéndome mortal, osea, si es entendible que no viviré tanto como ellos, pero no hay razón para que me digan mortal como insulto. Y eso fue hoy a la mañana. No te imaginas como estoy desde entonces.

-¿Has comido algo ya?- me preguntó.

-¡Claro que no!- dije, dejando de girar al marearme-. Y encima de todo esto, no se que ponerme. Para los vampiros y otras culturas es muy importante la vestimenta. America dijo que me iba a ayudar.

-¿Y dónde está el problema? Si America te va a ayudar con eso- dijo el tritón.

-Pues que no se si va a ser suficiente o no; a ellos le gusta la moda de la época victoriana o cosas así de antigüas. Debo dar un buen ejemplo, soy la pareja destinada de Thanatos, no es bueno que le desagrade a sus padres y hermanos- dije, volviendo a empezar a girar.

-Marina, detende un momento- me dijo y me frené de golpe-. Vas a estar bien, no va a suceder nada malo. Tan solo se tu misma; Thanatos está contigo por esa razón más que por el lazo, está contigo porque le gusta como eres, no es por tu familia o lo que sea que importe aquí. Solo se tu misma, utliza ropa que te resulte cómoda y disfruta de la noche. Es una fiesta de máscaras, ¿verdad?- asentí con la cabeza-. Mejor aún, aprovecha y relúcete como solo tu puedes hacerlo.

-Gracias- dije-. Bueno, te dejo en paz, iré a ver trajes o algo. La celebración es el sábado por la noche y estamos a miércoles.

-Cualquier cosa, aquí estoy para hablar- dijo, mientras salimos a la superficie.

-Gracias por estar apoyándome- dije, abrazándolo, una vez que ambos teníamos piernas y estábamos sobre el suelo de falsa madera que está al bolde de la piscina.

-No hay de qué- dijo.

Salí de allí y caminé hasta casa, viendo como mis uñas aún siguen de color verde.

Al llegar, encontré una nota hecha por Hunter que avisaba que iba a llevar a Luciano a jugar con Fernando.

-Hola- dije, en voz alta.

-Estamos aquí- dijo America, desde la habitación de Thanatos.

Fui hacia allí, entrando tras tocar la puerta.

Thanatos estaba parado como si estuviera crucificado, mientras que America mide desde diferentes puntos su cuerpo.

-¿Qué hacen?- pregunté.

-Vamos a hacer nuestros propios trajes- avisó Thanatos-. Para ti también; ¿Sabes qué quieres o tenemos que ver desde el inicio?

-¿Sabes hacer todo eso?- pregunté.

-Claro que si- respondió, con obviedad-. Tengo 120 años, cuando nací no estaba el internet ni nada de eso. Al ser el menor, Juana me ponía a cocer con ella, se como hacer vestidos, trajes, y todo lo que te imagines.

-Genial- dije.

-Si quieres te puedo hacer un vestido sorpresa, tan solo sabiendo tus medidas, ya conozco tus gustos- me dijo.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora