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-¿Vamos?- pregunté.

-Me estoy cambiando- respondió.

-¿Vamos?- volví a preguntar.

-Ya casi. Tengo el cabello largo, es difícil cuidarlo bien, ¿sabes?- dijo.

-¿Y ahora? ¿Vamos?- repetí.

-Ya, listo- dijo Thanatos, abriendo la puerta, estando con un short de maya y el cabello recogido en una coleta alta.

-¿Vamos?- pregunté, estirando mi mano hacia él.

-Vamos- dijo, tomando mi mano.

-Vuelvan antes del amanecer- nos avisó America, quien salía del cuarto de su hijo menor.

-Si- respondimos antes.

Tiré de la mano de Thanatos, para ir corriendo hacia fuera de casa, para lanzarme al agua, transformándome de golpe.

-¡Ven! ¡El agua está hermosa!- le grité a Thanatos, ya que estoy algo bastante alejada de la orilla.

-Me gusta más estar aquí- respondió, quedándose sentado en la arena, mirándome.

Nadé rápidamente hasta él, para agarrar su pierna y arrastrarlo conmigo, hasta la parte donde inicia el océano.

Gracias a que siempre viví en las profundidades, tanto de día como de noche veo perfectamente debajo del agua. Esto no se aplica fuera del agua, ya que de noche o en la oscuridad no veo.

-¡MAR!- gritó Thanatos luego de tomar aire, al ver que lo arrastre hasta donde ya empezaba el océano.

-¿Qué sucede?- dije, con una sonrisa divertida.

-Estamos muy lejos de la orilla- dijo, en un tono preocupado.

-No pasa nada- dije-. Se como volver.

-No soy un tritón, ¿recuerdas?- dijo, algo molesto.

-Lo se- dije-. Por eso estamos aquí en la superficie.

-Pero estamos lejos de la orilla- dijo.

-¿Acaso te da miedo?- dije, intentando averiguar por qué su actitud.

-No me da miedo. Veo perfectamente en la oscuridad- dijo-. Soy un ser de la noche, pero aún así, no me siento muy cómodo en el agua.

-Toma mi mano- dije, extendiendo mi mano hacia él.

Él tomó mi mano, con algo de miedo.

-¿Qué vas a hacer?- preguntó.

-Toma aire- dije y al ver que lo hizo, nos hundí rápidamente hasta llegar al fondo, en donde hay distintos tipos de corales que brillan en la oscuridad-. Cuando quieras tomar aire, aprieta mi mano.

Él apretó mi mano. Inhalé y lo besé, pasándole aire.

Él de golpe se alejó, con una mueca de sorpresa, soltando todo el aire retenido.

-No hagas eso- dije y le volví a pasar aire-. Nunca tuve con quién compartir algo así de hermoso y tu eres el que mayor resistencia tiene, por lo que te traje aquí- sentí como presionaba mi mano y le di más aire-. ¿Te gusta?

Él asintió con la cabeza.

-Te llevaré a la superficie, no se cuánto tiempo aguantes así... Estás cambiando de color- dije.

Mi hermano se abrazó a mi por detrás y con todas mis energías, me impulsé para ir hacia la superficie, donde lo vi inhalar con fuerza, escupiendo agua.

Doblé mi aleta, apoyando a Thanatos sobre esta, como si fuera una silla que flota.

-Es hermoso- dijo, con un pequeño brillo especial en sus ojos, reflejo de la luna.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora