24

220 23 0
                                    

America nos despertó y turnándonos, nos bañamos y cambiamos, para estar listos.

El que primero llegó fue Mikael, quien se encerró con Thanatos en la habitación de este. Josh, el médico de el pequeño Luciano, llegó poco después.

Me quedé siempre cerca de mi hermanito y mi madre.

Al pequeño le tomaron la presión, le pincharon una parte de su brazo para ver como coagula su sangre, le hicieron miles de pruebas más y le hicieron correr muchísimo.

-Vamos pequeño, ¡tú puedes!- grité, mientras corría el pequeño en su forma humana, para luego transformarse y seguir corriendo.

-No creo que deberías de darle tanto apoyo. El niño tiene que aprender a defenderse solo- dijo Josh.

-Es mi hermanito. Siempre voy a estar para él- dije.

-¿Eres humana?- preguntó.

-No- dije.

-¿Qué eres?

-¿Para qué quiere saberlo?

-Para saber cuantos años vivirás como para afirmar tu frase.

-Viviré más de 150 años.

-Entonces si podrás estar con él toda su vida- dijo, dándose por rendido-. Aún así, él debe aprender a defenderse.

-Sabe hacerlo- dije.

-¡Luciano! ¡Vuelve! ¡Ya terminaste!- gritó Josh, haciéndole señas a el pequeño, quien estaba bastante lejos.

-¿Luciano está bien?- preguntó America.

-En perfectas condiciones. Hasta se ha superado más que años atrás- dijo el médico-. Aún así, que no pare su entrenamiento y que coma más pescado.

-Está bien- dijo ella.

De la nada y sin esperarlo, caí al suelo, con un oso encima, quien lamía mi mejilla, emocionado.

-Estás muy bien pequeño, sigue así- dijo Josh, acariciando la cabeza de mi hermano-. Ve a cambiarte, ahora tengo que ponerte tus vacunas.

Luciano gruñó.

-Venga, estoy contigo- dije, acariciando su mejilla.

Nos levantamos del suelo e hicimos una carrera hasta dentro de casa. El pequeño me ganó.

Detrás nuestro, mamá y el médico venían caminando lentamente.

Poco después, mi hermanito estaba sentado en una silla de la cocina, con las mangas de su remera levantadas, dejando ver su hombro completamente.

Mamá estaba cargando a su hijo y yo estaba frente a él, sujetando su mano.

-Respira profundo...- dijo el médico.

Tras que le inyecten cinco vacunas diferentes y muchos gruñidos lastimeros, Luciano ya terminó con su examen médico.

-Listo. Nos vemos el año que viene- dijo Josh, antes de irse.

Mamá lo acompañó hasta la puerta.

-Me duele mi bracito- se quejó, limpiándose algunas gotas que salían de sus ojos.

Le di helado, que estaba en el congelador.

-Come tranquilo, ya todo pasó- le dije.

-Gracias- dijo.

Le di un beso en la mejilla, limpiando alguna de las gotas saladas que aún suelta.

-Mar... ¿Puedes venir un momento?- preguntó Thanatos desde su habitación.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora