144

88 12 0
                                    

Una gota de algo líquido entró en mi boca y sentí como de a poco la energía regresó a mi ser.

-¿Mar?- me llamó la voz que tanto ansié escuchar.

Abrí los ojos y me lancé sobre mi vampiro, quien está al lado mío, con cara preocupada.

-Te extrañé- dije, abrazándolo-. ¿Cómo estás?

-Casi te mato- dijo, preocupado-. Drené casi toda tu sangre y claramente no iba a servir que te la inyectemos de nuevo, ya que tu cuerpo la rechazó, te tuve que dar una gota de mi sangre.

-Gracias- dije, besándolo-. Me alegra que estés bien.

-Bueno, aprovechando que ahora todos estamos bien, procedamos con el jui...- dijo Kodran, siendo interumpido.

-Kodran, cállate- dijo Thanatos, interrumpiéndolo-. Y antes que nada, recuerda quién es la que salvó a tu cuarto hijo de casi morir por vaya a saber qué mierda era eso.

-Verbena diluida con vaya a saberse qué sustancia esa esa- dijo Mikael-. A la verbena pude contrarrestarla, la otra sustancia la eliminó su cuerpo mismo con la sangre de Mari.

-Está bien- dijo Kodran.

-Si me disculpan, necesito pasar un buen rato con mi sirena- dijo Thanatos-. Cada vez que venimos a esta casa, sale herida y recién se está recuperando.

-Está bien... Napomuceno contará su versión de la historia e interrogaremos a Catalina- dijo Kodran y se retiró.

-Vaya noviecita te has elegido- le dijo Thanatos a Bejamín antes de que este salga de la habitación, con cara de chupar limón podrido.

-Bueno, les veo bastante sanos, así que, los dejaré solos- dijo Mikael-. Cualquier cosa, vuelvan a llamarme.

Asentimos con la cabeza y él también se retiró, quedando solo en la habitación.

-Lo siento, mi sirenita- dijo, abrazándome-. Cada vez que vienes aquí resultas lastimada o herida de una u otra manera.

-No pasa nada- dije, apoyándome contra su pecho-. Pasé mucho miedo de que algo te pase.

-Mientras estés tu, yo estaré- dijo-. ¿Quieres dormir un rato? Se que mi sangre te despertó y te dio energía, pero en cuanto esta se vaya podrás enfermarte. Si quieres podemos ir a la piscina para que estés más cómoda.

-Por favor- pedí.

Se cambió con rapidez, me tomó en brazos y fuimos a la piscina, en donde se sumergió de a poco hasta que quedé cubierta completamente por el agua.

-Esto se siente bien- dije, aún dentro del agua.

Él rió.

-Se que cuando nadas te hundes, por lo que no es bueno que te suelte o me quede sobre ti, así que, dormirás así- dijo y sonreí.

-Es cómodo- dije, girando boca abajo, quedando todo mi cuerpo sumergido, estando apoyada en uno de los escalones, con mi cabeza sobre las piernas de mi vampiro.

-Descansa todo lo que sea necesario, lo tienes ganado- dijo, acariciando mi cabello con cuidado de no tocar mi nuca.

Sonreí y de a poco me fui durmiendo.

_-_-_

Me desperté en cuanto alguien se lanzó al agua, moviendo todo, eliminando la tranquilidad que antes había.

-¿Qué pasa?- pregunté, sin entender nada.

-Que ese niño agradezca que no necesita respirar porque ya lo estaría ahogando- se quejó Thanatos, tomándome en brazos, acunándome como si fuera un bebé mientras mira con furia a sus hermanos, quienes nadan con tranquilidad.

-No pasa nada- dije y me estiré, dándome casi tres vueltas sobre mi mismo eje, para volver-. Ni siquiera se para que hago eso como si fuera humana, a mi no me suena la espalda.

Reí y me sumergí de a poco, tomando la pierna de mi vampiro para llevarlo conmigo, quedándome en la parte profunda, abrazándolo y cada tanto, dándole aire en unos lindos besos.

En un momento alguien me tomó de la aleta y me giré bruscamente, lanzándolo hacia el otro lado de la piscina.

-Lo siento Mari- dijo Napomuceno desde la superficie, volviendo a nadar a mi lado.

Subí arriba junto a mi pareja.

-No pasa nada- dije, sonriendo-. Ya recuperé energías, así que, estoy lista para hacer alguna carrera con algún valiente que se anime.

-Solo lo haremos por diversión, nada de apuestas- dijo Benjamín.

-¿Qué pasó al final con... Catalina?- dije, intentando disimular el odio que le tengo.

-Fue condenada a muerte e incineración; esto se llevará a cabo en una semana; además de que su alma estará bajo estricto control- dijo Benjamín-. Así no molestará más y no podrá mentir con que está recapacitada y que realmente ama a otro.

-Que triste historia- dije, divertida.

-Ten algo de respeto, sigue siendo una vampiresa de la alta sociedad- dijo Juana.

-Hasta un perro callejero tiene más derechos que esta "vampiresa de la alta sociedad"- dijo Thanatos, abrazándome por detrás.

Me quedé nadando en la superficie y mi vampiro se me colocó encima.

-Que privilegios los tuyos- dijo Napomuceno, molesto.

-Es mi novia, usted se calla- dijo Thanatos, mostrándole la lengua.

-¡Mamá! Thanatos me mostró la lengua- se fue el pequeño nadando hasta su madre quien está sentada en una silla reclinada junto al borde.

-Basta de peleas- dijo ella.

-Él empezó- dijo Thanatos.

-Thanos...- le regañé.

-Está bien- dije, abrazándome-. Disfrutemos el buen rato, que luego iremos a casa.

Acaricié su cabello con cariño, viendo como los hermanos pasan por debajo nuestro sin rozarme; al fin de cuentas, son como niños.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora