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-Shhh- dijo una voz suave.

-Haz silencio- susurró otra voz, más gruesa.

-Es lo que te digo- dijo el primero.

-La vas a despertar- dijo el segundo.

Abrí un ojo y no vi a nadie. Supe reconocer de quien son esas voces, así que, cerré los ojos, abrazando una almohada para retomar mi sueño.

Escuché que alguien se chocó contra algo y sonreí.

-Se que están ahí los dos- dije y escuché dos quejidos.

-Te dije que debías hacer silencio- le dijo Napomuceno a Thanatos.

El más pequeño lleva una hoja en manos y el mayor una bandeja que contiene tres tazas y pastel.

-Se supone que iba a ser sorpresa- dijo Thanatos y sonreí.

Se sentaron conmigo en la cama y desayunamos.

-Esto está muy rico, ¿qué le has puesto?- le pregunté a los grandes cocineros.

-Nada nuevo- dijo Thanatos, recostándose en la cama, bebiendo su taza de café con gotas de mi sangre.

-¿Qué vamos a hacer hoy?- preguntó Napomuceno-. Es la primera vez que me despierto tan temprano, ni siquiera son las 6PM.

-El día está nublado así que, no creo que haya problema con que vayamos a un parque- dijo mi vampiro, acariciando mi mano con la suya libre.

-¿Tienen un parque? ¿Por qué nunca lo vi?- preguntó el pequeño, sorprendido.

-Aquí no, en la ciudad- dijo el mayor.

-¿Tienen dos terrenos?- preguntó Napomuceno-. ¿O la ciudad es tuya?

-Solo tengo esta casita y la hectárea del alrededor- dijo Thanatos-. Y me refería a un parque con demás criaturas.

-Pero eso arruinaría nuestra reputación- dijo.

-Aquí no importa eso- dije-. Todos somos iguales aquí.

-¡Eso es genial!- exclamó-. ¡Vamos, vamos, vamos!

-Deja que Mar termine de desayunar, nos cambiamos y vamos- dijo Thanatos-. Son recién las 10:30AM, tenemos tiempo para todo.

-Vayan a prepararse, yo ya termino y me cambio también- dije, revolviendo el cabello lacio del pequeño Napomuceno.

Es impresionante que aún durmiendo con el cabello largo y suelto no se les enreda; pero aún así gastan tiempo peinándose y acomodando sus cabellos "rebeldes" según ellos. Yo siempre dejo que mi pelo ondulado tenga libertad de expresión, pero ellos son muy quisquillosos.

.-.-.

-¡Esto es genial!- dijo Napomuceno, mientras saltamos en la cama elástica.

-¡MAR! ¡SAL DE ALLÍ YA MISMO!- gritó Thanatos, con gran preocupación.

-¡Corre!- dijo el pequeño y lo seguí.

Venir a esta sala de juegos fue la mejor idea que hemos tenido en semanas. A un lado están las camas elásticas, que si vas por el costado hay una pequeña escalera de red al estilo pirada para subir a una segunda planta donde puedes trepar para diferentes lados, ir por laberintos pequeños y deslizarse por toboganes que finalizan en una piscina de pelotas de colores.

Thanatos empezó a seguirnos, pero el guardia del juego lo detuvo, le obligó a quitarse los zapatos y empezó a caminar con molestia hacia nosotros.

-Nos vemos abajo- dijo Napomuceno, corriendo hacia la zona de laberintos.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora