Estuvimos un tiempo viajando, hasta que el vehículo se detuvo y nos obligaron a bajar.
Fuimos de la mano, a la par, alertas de cualquier peligro.
-Estoy por conocer a los reyes- murmuré, sonriendo.
-Ni creas que será un lindo evento- me dijo Thanatos, abrazándome por los hombros.
Pasé mi mano por su espalda, tomando su cintura, para caminar más cómodos.
-Que nervios- dije, apoyando mi cabeza contra su hombro, aún caminando-. Ni siquiera me cambié apropiadamente.
-Eso no es problema, te ves hermosa- me dijo y sonreí.
-Gracias- dije.
-¡Todas las ofrendas vivas pasen primero!- ordenó alguien que no se reconocer en dónde está.
-Vamos- ordenó nuestro captor, empujándonos.
Caminamos un poco, para ir hacia una fila diferente.
Escuché como nombraban a unos y estos presentaban su ofrenda ante alguien que les agradecía y luego se iban, dejando su regalo en varias jaulas que hay a un lado.
Tras que mencionen algunos apellidos y nombres, nuestros captores nos obligaron a pasar.
Frente nuestro estaba un señor, una señora y tres niños que están en la etapa de la adolescencia según los humanos, junto a un bebé envuelto en mantas. Todos vestían elegantemente, con colores azules brillantes y opacos, inclusive el bebé que portaba un moño en su traje, a pesar de que parecía tener días de nacido. Todos portaban piedras brillantes en sus vestuarios y grandes coronas en sus cabezas, diseñadas cada cual con un estilo diferente.
Sonreí con ternura al verle.
-Oh, vaya sorpresa- comentó el hombre-. Con que osas a regresar, encima con una dama.
-Ni creas que vine por gusto- contestó Thanatos.
-Mis altezas, les presento nuestra ofrenda para ustedes- dijo uno de los vampiros, arrodillado frente a los hombres.
Miré hacia atrás y vi a los otros vampiros que nos secuestraron, todos inclinados.
-Y encima eres una ofrenda, que decepción- dijo el hombre.
-Por lo menos dime que has cumplido con tu requisito para volver- dijo la mujer.
Su voz era áspera, me daba algo de miedo.
-Ni crean que les diré- dijo Thanatos.
-¿Quién es la chica?- preguntó uno de los adolescentes.
-Nadie que te importe- le respondió mi vampiro.
-¡No le hables mal al rey, inepto!- le gritó uno de los guaridas que rodeaban al rey, apuntando su lanza hacia nosotros.
Estuve a nada de lanzarme contra él para defender a Thanatos, pero él me abrazó en cuanto me puse frente a él.
-Tranquila- me susurró al oído.
Me colocó contra su pecho, evitando que vea a los que llaman reyes.
-A pesar de ser la decepción, sigues siendo un Ottis y veo marcas de mordidas en esa niña, así que, ve a cambiarte- dijo la mujer-. Guardias, lleven a Thanatos y a la chica a su habitación y denles vestimentas. Hoy cenarán con nosotros.
-Vamos...- me dijo Thanatos.
Me separé un poco y empezamos a caminar hacia un lado, pasando cerca de las jaulas, para irnos dentro de la casa.
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...