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-Vaya que lo lograste- dijo Ikaris, sorprendido.

-Yo ya pensé en el castigo de esta "apuesta"- dijo Napomuceno, sonriendo.

_-_-_

-Pensé que nunca más volverían- dijo Jacqueline, recibiéndonos en el restaurante-. Vaya, se van por unos meses y regresan con un bebé. Linda sorpresa.

Reí y sonreí.

-Solo es mi hermano- dijo Thanatos, quien lleva a Napomuceno agarrado en su cadera.

-Ya me parecía, que susto me dieron- dijo ella-. ¿Con quienes vinieron hoy?

-Con algunos amigos de por aquí- dije-. Ellos son Ikaris, Jack y Rebecca.

-Que lindo, te llamas como yo- dijo Jacqueline-. Bueno, pasen.

Nos guió hasta una mesa cerca de la pecera.

Tomó la orden y se retiró.

-Este es un buen lugar- aseguró Thanatos-. Tienen gente algo chusma, pero son geniales. Apoyan a todo los tipos de relaciones.

-Eso es genial- dijo Jack, sonriendo-. Significa que puedo estar junto a Ikaris sin problema, ¿verdad?

-Claro- dije.

-Al fin- dijo él, saltando sobre su pareja, casi tirando todo en la mesa.

-Tranquilo, que vas a romper todo- dijo Ikaris tomando a su pareja en brazos.

-Según la ley están prohibidas las relaciones entre menores y mayores, pero me quedaré callada, lo prometo- dijo Jacqueline, apareciendo en la nada, asustándonos-. Ni que estuviera tan fea.

-Ja, yo no me asusté- dijo Thanatos, riendo.

-Igual, tenemos más tipos de algas, ¿gustas probar?- me dijo la camarera.

-Adelante- dije, sonriendo-. Veamos con qué sorpresa vienen hoy.

-¿Chicos?- dijo una voz conocida para mi y me giré viendo a mi hermano y su pareja.

Me levanté de mi lugar y lo abracé.

-Tanto tiempo- dije, sonriendo.

-¿Podemos sentarnos con ustedes?- preguntó Fernando.

-Claro- dijo Jacqueline, uniendo otra mesa para que se sienten.

Ellos ordenaron lo suyo y la mesera se fue.

-Hay veces que pienso que esa loca se teletransporta o algo así- dijo Fernando-. Pero es una buena chica.

-Gracias- dijo ella, apareciendo esta vez detrás mío, asustándome-. ¿El bebé ya habla?

-Más de lo que te imaginas- dijo Thanatos, riendo.

De seguro Napomuceno debe de quejándose, pero le avisamos que no debe hablar aquí porque con su figura, todos deben de pensar que es un bebé.

-¿Vienen muy seguido?- le pregunté a mi hermano.

-Cada semana- aseguró Jacqueline-. Bueno, ya me callo.

Ella se fue y seguimos charlando de cosas trivales.

_-_-_

Al terminar la cena, Jacqueline me dio de probar varios estilos de algas nuevos, aunque no me agradaron mucho excepto las que estaban preparadas como para colocar encima de otra comida.

-Gracias por tu opinión- me dijo Jacqueline-. Por cierto, se ven adorables así.

Jack está casi dormido sobre Ikaris, Luciano está sobre el regazo de su mate y yo estoy arriba de Thanatos, estando Rebecca casi dormida al lado de su plato, al lado de Napomuceno que ya está dormido en su silla.

Tras que Ikaris pague, despertamos a Rebecca y entramos al auto, para llevar a cada cual a su casa. Primero llevamos a nuestro hermano quien se quedó con Fernando, luego fuimos a la manada y guié a Rebecca hasta su casa, en donde entró con rapidez porque tenía que ir al baño.

-Gracias por hacer que salga de casa- me dijo Abel, quien está sentado en el sillón al lado de Alba.

-Es la primera vez en un largo tiempo que sale de casa por voluntad propia- dijo Alba-. No se cómo harás hecho, pero te lo agradecemos.

-No hay de qué- dije-. Yo ya he pasado por lo mismo y no por estar con un embrión en nuestro interior significa que estamos débiles y no podemos hacer nada.

-Lo se mejor que nadie- dijo Alba, sonriendo.

Rebecca salió del baño y tras despedirse, se fue a dormir.

-Lamento que haya llegado tan tarde, estuvimos con mis hermanos también comiendo en un lugar al que me gusta mucho ir- dije.

-Eso no es problema- dijo Alba-. Vuelve cuando quieras, eres bienvenida.

-Gracias- dije-. Pero por ahora me retiro, me esperan. Buenas noches.

Salí de allí y fui al auto, en donde me espera Thanatos con Napomuceno para irnos.

Me senté en el asiento de copiloto y tomé en brazos al pequeño dormido para que mi vampiro pueda conducir de nuevo a casa.

-Si quieres podemos pasar la noche aquí- dije-. Así descansas.

-Yo estoy bien, de eso no te preocupes- dijo-. No llegué a armar la piscina de nuevo, pero los asientos están colocados de la manera que son un cómodo colchón por si quieres dormir.

-No tengo tanto sueño, aguanto- dije, sonriendo.

Thanatos puso música mientras conduce hasta casa.

-Algún día deberás enseñarme tus canciones- le dije a mi vampiro.

-Lo mismo digo- dijo, sonriendo-. Aunque no se tu idioma, siempre tienes canciones bonitas que ayudan a calmar a las personas.

-Sabes muchísimos idiomas, me sorprende que aún no te aprendas el mío- dije, divertida.

-Entiendo un par de palabras, pero más que eso no- dijo-. Estuve tomando algunas clases con Didac antes de que se fuera por lo que ciertas palabras entiendo pero hasta ahí. No es mucho pero si lo suficiente como para saber cuándo está puteando y cuándo mencionas algo con amor.

Reí y le corrí el pelo de la cara a Napomuceno.

-¿Qué pasa que llegamos a tener otro hijo?- pregunté.

Por un segundo el auto disminuyó de velocidad de forma bruta, pero luego siguió normal.

-Pues... No creo que sea el momento- dijo-. Tu cuerpo sigue siendo pequeño y no me gustaría volver a pasar lo que pasamos. ¿Recuerdas lo que dijeron los médicos?

-Que quizás eso haya pasado porque mi cuerpo aún es el de una niña- dije-. Lo recuerdo bien.

-Solo esperemos un poco más, ¿si?- dijo-. No quiero que te pase algo malo de nuevo.

Sonreí y le di un beso en la mejilla, volviendo a acomodarme, viendo como ya estamos cerca de casa.

-Escuché que hoy le cantaste a Rebecca- dijo Thanatos, en un tono algo celoso.

-Lo siento, no soporto verlos como gotean por los ojos- dije-. Es algo triste y no lo soporto.

-Se llama "llorar"- dijo y lo miré sorprendida-. Pero aún así me gusta eso de ti, el que calmas a quien sea. No se si es porque eres sirena y es parte de tu ser ser siempre tan buena o tan solo es parte de tu personalidad, pero adoro eso de ti.

Sonreí y miré a Napomuceno dormir de forma tan pacífica, como si no hubiera problemas a su alrededor.

En poco llegamos a casa, y tras acostar al pequeño, fui a dormir junto a mi vampiro.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora