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Al llegar al colegio, Fernando estaba en la entrada junto a Rebecca y Steven.

-¡Al fin llegaron!- dijo Rebecca, sonriendo, para luego abrazarme.

Fernando y Luciano se sonrojaron levemente al verse.

-Nos vemos a la salida- me dijo Luciano, para luego salir corriendo a su aula con su mate.

-Que lindo es el amor- dijo Rebecca, sonriendo.

-Supongo- dije.

Los tres empezamos a caminar hacia nuestras aulas.

A pesar de que tengo 34 años, sigo aparentado 13, pero avancé un año más en lo que es escolar.

Thanatos para su cumpleaños solo se pasó todo el día tomando mi sangre en su habitación. Yo, en cambio, ni lo celebré, ya que no está dentro de mis costumbres y no tiene importancia alguna.

Fui al aula en la que el año pasado estuvo Thanatos, pero ahora me toca a mi. Me senté donde antes estaba mi hermano, ya que es un buen lugar.

-Hola Mari- dijeron Celestina y Nerea en cuanto entraron al aula, tomadas de la mano.

-¿Cómo están?- pregunté.

-Más que bien- dijo Nerea, sonriendo.

-Igual que esta enana- dijo Celestina, riendo-. ¿Y tú?

-Feliz- dije.

Las chicas dejaron sus mochilas en las mesas individuales de delante de mi.

Sonó el timbre y fuimos al salón principal, donde el director dijo unas palabras y luego ingresamos al aula, para dar inicio a la clase.

En cuanto saqué mi carpeta para escribir, alguien tocó la puerta y todos nos detuvimos, mirando como la directora entra junto a una chica de ojos verdes, con un hermoso cabello del color del fuego.

-Chicos, ella es su nueva compañera- dijo la directora.

-Hola. Soy Dafne Schell- dijo ella.

El profesor le indicó que se siente a mi lado y eso hizo.

-Hola Marina- dijo ella y sonreí-. ¿Estuvo lindo tu natación?

-Claro- dije, recordando a aquella sirena-. ¿Aún conservas tu collar?

-Claro- dijo ella, sacándolo de debajo del cuello de su remera, mostrándolo-. Gracias por encontrarlo.

-No fue nada- dije, sonriendo.

-Señoritas Briseida y Schell, ¿tienen algo para comentar a la clase?- preguntó el profesor.

-El lago que está dentro del bosque de esta ciudad es muy bonito- dijo ella y asentí.

-No es momento de hablar de eso. Por favor, presten atención a la clase- dijo el profesor.

-Si profesor- dijimos ambas, antes de continuar copiando.

_-_-_

Ni bien tocó el timbre del recreo, Celestina y Nerea corrieron fuera del aula y sonreí.

-Iré a saludar a unos amigos, ¿quieres venir conmigo?- me preguntó la sirena.

-No gracias- dije-. Por cierto, ¿cómo puedo llamarte?

-Dafne está bien- dijo.

-Okey- dije.

Ella se fue y al segundo ingresó Susana al aula, sentándose frente a mi.

-Hola- me dijo, acercándose a mi.

-Hola- le contesté-. ¿Cómo estás?

-Cansada- dijo, suspirando-. Y mira que solo han pasado 80 minutos.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora