36

235 23 0
                                    

-¿Estás segura de que esta es una buena idea?- me preguntó Thanatos, quien carga en brazos al tritón-. Este pesa mucho, ¿qué es lo que come?

-No lo se- dije, divertida-. Lánzalo por ahí, yo lo arrastro.

Ni bien nos acercamos a la orilla, lanzó a Meraki al agua, despertándolo de golpe, tras transformarse. Su aleta es anaranjada.

Me transformé junto a él y tomando de su mano, lo arrastré hasta una de las zonas más profundas.

-¿Quién te ha mandado?- pregunté.

-Vine por mi cuenta... Quería conocerte- dijo, sonriendo.

-¿Por qué has esperado tanto tiempo?- pregunté.

-Quería que fueras tu un poco mayor para poder casarnos- dijo, despreocupado.

-Aún no puedo casarme- dije-. Soy menor de edad.

-Eso no es problema... Estaremos juntos hasta el final de nuestro días- dijo-. A pesar de que no me queda mucho tiempo.

Me sumergí con rapidez y revisé su edad.

-Por lo menos en eso no mientes- dije.

-Nunca te mentiría- dijo, bajando hasta mi altura, rodeándome con todo su cuerpo.

-Lo preguntaré solo una vez más... ¿Quién te envió?- pregunté.

-Ya te lo dije... Vine por cuenta pro...- dijo, pero le interrumpí, empezando a cantar la melodía de las exiliadas-. Vine como último pedido antes de morir de tu madre. Quiere que si se hunde ella, tu también. Me ha pagado para encontrarte, enamorarte y darte como alimento para algún tiburón.

-¿Por qué lo haces? ¿Con qué te ha pagado?

-Con la aleta de uno de sus hijos, a quien yo elegiría.

-¿A quién has elegido?

-A ti.

-¿Sabes que eso es ilegal?

-Me queda tan solo un año de vida, no me molestaría hacer un trabajo así.

-¿Puedes no hacer tu trabajo?

-Quiero hacerlo. Me gustaría probar la aleta de una sirena.

-¿Y si te doy una de mis escamas?

-No me interesa tenerte de aliada.

-¡Oh vamos! No cualquiera te ofrece un favor en estos días.

-No me interesa.

-Está bien.

Volví a cantar y lo saqué del "hechizo" que produce mi canto.

-¿Por qué has hecho eso?- se quejó, impulsándose suavemente hacia atrás-. ¿Eres parte de las exiliadas?

-No lo soy, pero es por beneficio de todos. No me gusta que me mientan con algo tan fuerte como el amor verdadero y menos frente a mi familia que no entiende nada.

-Le diré al rey que eres una exiliada- dijo, empezando a nadar con fuerza hacia la superficie.

Intenté agarrar su aleta, para detenerlo, pero me golpeó en la cabeza y cerré los ojos, cayendo inconsciente.

_-_-_

Un suave olor a sangre fue lo que me hizo despertar rápidamente. Ante mi, Thanatos flotaba rápidamente hacia arriba, dejando un pequeño camino de sangre.

Con mi mayor velocidad, fui hacia él, para tomarlo los brazos y llevarlo a la orilla.

-¡¿Qué te pasó?!- grité, muy asustada.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora