160

84 10 0
                                    

-No creo que nos hayan visto- dijo Napomuceno y sonreí.

-¡Corran!- dijo Thanatos y tomando a Napomuceno en brazos.

Empezamos a caminar en medio del pelotero para subir entre los estrechos pisos del juego para ir a la cima, en donde está el tobogán.

-Ni crean que se escaparán- dijo el enemigo.

Reí y nos deslizamos por el tobogán, cayendo en una piscina de pelotas coloridas, en donde nos levantamos y seguimos corriendo, yendo a la parte de las camas elásticas, caminando entre saltos por estas.

Me impulsé y di un salto, girando en el aire antes de caer de pie y seguir corriendo en saltos.

Bajamos del juego y nos subimos a los autitos chocadores, teniendo a nuestro enemigo muy cerca.

Riendo, avanzamos hasta el final en los dichosos autitos en donde pasamos por una cabina que tiene un aire muy fuerte que nos impulsa hacia arriba.

Thanatos tuvo que sostener fuerte a Napomuceno ya que se estuvo por volar.

Giré la cabeza y vi como nuestro enemigo estaba maldiciendo en la entrada del juego ya que se está volando casi cerca del esponjado techo.

Una vez que salimos de allí, Thanatos corrió para no ser mojado por la ducha mágica e inició la parte del pantano en donde hay un líquido extraño que llaman "slime" que es muy pegajoso y molesto.

-¡Ayuda!- dijo Napomuceno y me giré, viendo como se entierra.

Reí y lo tomé en brazos para seguir corriendo.

Luego otra ducha mágica apareció y seguimos corriendo, estando Napomuceno gritando del terror y la emoción a la igual que yo, mientras que Thanatos solo tiene una cara amargada.

-Oh, vamos, mi amor- dije, sonriendo mientras corro a su lado entre el suelo que gira y te intenta llevar hacia atrás-. ¡Sonríe! Esto es muy divertido.

-Uff, si, como ni te imaginas- dijo, algo serio.

Reí y corrí un poco más rápido, terminando el tramo pronto. Pasamos por otro tobogán que nos dejó al inicio del juego.

-Ahora si, tenemos que apresurarnos- dijo Thanatos, girándose por unos segundos-. Están cerca.

Caminamos hasta la zona de la comida y nos perdimos entre las personas, dejando atrás a nuestro enemigo.

-¿Podemos pedir una cajita feliz?- preguntó Napomuceno-. Me gustó mucho el juguete.

-La cosa esa que lanza las bolitas es genial- dije.

-Catapulta- dijo Thanatos y sonreí.

-Eso, eso- dije-. ¿Podemos comprar otra?

-Te haré una a tamaño real en casa, para que te catapultes hacia el lago- me dijo y sonreí con emoción.

-Va a ser genial- exclamé-. Pero igual tengo hambre.

-Vamos por el AutoMac- dijo-. No quiero volver a entrar a esos juegos malignos.

-¡Son geniales!- exclamé.

-Se que te encantan, pero ahora tenemos que irnos si no quieres morir- dijo y suspiré.

-¡Vamos al AutoMac!- dije y asintió, sonriendo.

Salimos de allí para subir al auto de Thanatos y él condujo hasta el dichoso lugar de comida rápida.

-¿Puedo pedir varias hamburguesas?- preguntó Napomuceno-. No creo llenarme con una.

-Eso es claro, la comida humana no satisface tanto- dijo Thanatos-. Pero no puedes alimentarte siempre de sangre, esa es la única regla que tenemos en casa.

-Lo se y me gusta- dijo, sonriendo-. Pero aún así tengo hambre.

-¿Crees que con 20 hamburguesas estarás bien?- pregunté.

-No lo creo- dijo Thanatos-. Si es que tienes el mismo hambre voraz que tenía a tu edad, quizás unas cien o ciento cincuenta te llenen un poco pero no del todo ya que siempre vas a requerir algo de sangre fresca.

-Acepto el reto- dijo Napomuceno, sonriendo.

Mi vampiro compró lo que pido siempre, se pidió lo mismo de siempre y luego encargó ciento veinte hamburguesas de las más grandes que hay con papas pequeñas y sin bebida.

-¿Está seguro de su pedido?- preguntó la señora de la caja-. Y disculpe, pero ¿tiene permiso legal para conducir?

-Claro que si- dijo Thanatos, mostrándole una tarjetita-. Y confirmo mi pedido.

-Ya mismo se lo preparamos, por favor espere estacionado aquí al lado en donde te indicará mi compañera- dijo.

-Gracias- dijo Thanatos, para luego pagar.

Otra chica nos guió y Thanatos estacionó.

-¿Cuánto tiempo van a tardar?- pregunté.

-No lo se- dijo él-. Se supone que es comida rápida, por lo que no debe demorarse mucho.

-¿No tendrían que acomodar el baúl para que no se llene todo de hamburguesas?- preguntó Napomuceno.

-Tiene razón- dijo Thanatos, saliendo del auto para abrir el baúl.

Empezó a acomodar los asientos dejándolos apilados a un lado, abriendo un gran espacio en donde puso un plástico protector.

-¿Siempre estás preparado para llevar un cargamento de hamburguesas?- preguntó Napomuceno.

-No, pero si estoy preparado para armar una piscina en menos de tres minutos- dijo-. Y este plástico protector es para la piscina pero también lo voy a usar para poder llevar todas las hamburguesas sin problema.

-Señor, tenemos todo lo que pidió- dijo una chica.

-Gracias- dijo Thanatos.

Como si fueran militares, un grupo de empleados llegaron con muchas cajas en mano, en donde mi vampiro las acomodó en el auto.

-Suerte en la fiesta- dijo la empleada, una vez que finalizaron.

-¿Fiesta?- dijo Thanatos.

-Claro, encargaron ciento veintiún hamburguesas y un plato de nuggets de pollo, son para una fiesta, ¿verdad?- dijo ella.

-Ah, si, si, claro- dijo Thanatos-. Tenemos una pequeña fiesta en casa.

-Suerte entonces- dijo.

Thanatos subió al asiento de conductor y retomamos el camino a casa.

-¿Por qué nos fuimos tan lejos?- se quejó Napomuceno.

-Calla enano- dijo Thanatos-. Solo estamos a una ciudad de distancia; además, a ti también te gustó ese juego, no lo niegues.

-Tenemos que volver a ir- dije, con gran emoción.

-En algún momento lo haremos, por ahora no- dijo Thanatos.

-¿Creen que nos hayan seguido?- preguntó Napomuceno.

-No creo que la inteligencia de Benjamín sea tal como para perseguirnos en medio de la población humana, cuando es que vino solo para pasear con su mascota- dijo Thanatos-. Estamos a salvo.

-¿Me habrán visto?- preguntó el pequeño, preocupado.

-No lo creo, pueden confundirte tranquilamente con un hijo mío- dijo Thanatos-. Ya han visto lo rápido que creció Kaito, por lo que si llegáramos a tener otro hijo en secreto, tranquilamente puede tener semanas y ya parecer como un niño de casi un año, como tu.

-Espero que así sea- dijo Napomuceno, pegándose a mi.

-Y yo espero que puedas comerte todas esas hamburguesas sin vomitarlas- dijo Thanatos, sonriendo divertido.

-Así será- dijo el menor.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora