Al caer la noche, tras que hayamos comido como nunca, le celebración fue bajando de intensidad; unos pocos niños estaban jugando en el claro, otros dormían, algunos mayores cuidando la zona y otros charlando.
-¿Puedo ver a Tylor?- pregunté, emocionada.
-El bebé debe permanecer con su madre- dijo Steven, con cierta diversión-. ¿A qué viene tanta emoción?
-Me agradan mucho los niños pequeños- dije.
-¿Piensas tener hijos en un futuro?- me preguntó Rebecca.
Me sonrojé y miré a Thanatos, quien miró hacia otro lado.
-¿Podemos tener hijos?- le pregunté en un tono bajo.
-No lo se, luego lo hablaremos con los médicos- me dijo y bajé la mirada.
-Aún somos jóvenes, pero en un futuro a mi me gustaría tener dos niñas- dijo Rebecca y señaló a su hermano, quien jugaba con unos pastos del suelo-. Él aunque no hable, quiere tener dos niños. Fernando aún es pequeño como para decidir eso, así que, espero que no quiera tener hijos aún.
-¿Y tú?- le pregunté a Thanatos.
-No se en cantidad, pero contigo, lo que quieras- me dijo y Rebecca se sonrojó.
-Son muy tiernos- dijo ella y sonreí, apegándome al vampiro.
-Thanos, ¿podemos hablar un momento?- preguntó Ikaris, acercándose a nosotros.
-Claro- dijo, antes de levantarse de donde estamos sentados.
-¿Puedo quedarme con Mari?- preguntó Jack, mirándome.
-Eso te iba a pedir- dijo el mayor.
Le dio un pequeño beso en la frente y el menor se colocó a mi lado.
-Volvemos pronto- dijo Ikaris, antes de que ambos vampiros se retiren.
-¿No les molesta si los dejamos solos?- preguntó Rebecca-. Me acaba de dar hambre y Steven está como mi guardia personal, por lo que debe ir conmigo. ¿O quieren venir con nosotros?
-Nos quedaremos aquí- afirmé.
Los hermanos se fueron y miré a el pequeño Durgan, quien se levantó de golpe.
-¡Vamos a perseguir a nuestros mates!- dijo y le miré confundida.
-Pero si se fueron solos es porque quieren estar solos- dije.
-¿Lo quieres?- me preguntó.
-Como ni te imaginas- contesté automáticamente.
-¿Él te quiere?- me preguntó y asentí-. Entonces no hay nada de malo. Mamá dice que entre parejas no debe haber secretos.
-Tienes razón, pero siento que está mal...- dije.
-Bueno, iré solo- dijo él, empezando a descambiarse.
Cuando estaba tan solo en ropa interior, se transformó y empezó a correr.
-¡Espera!- dije.
Agarré la ropa y empecé a seguirlo, corriendo a su lado, a pesar de tener que esforzarme mucho más que él.
Minutos después, llegamos cerca de donde están nuestras parejas. Están caminando tranquilos, charlando sin problemas, no se a dónde se dirigen, pero nosotros dos tan solo los perseguimos entre los árboles.
En un momento, se sentaron sobre el suelo, debajo de un gran árbol que les brinda sombra y nos detuvimos para escuchar mejor.
-Así que... ¿Quieres tener hijos?- dijo Ikaris.
-Ese es mi plan, aunque aún somos menores... A ella le emociona la idea y me gusta verla así de feliz- dijo Thanatos.
-Y en un futuro podrían formar una familia- dijo el mayor.
-Lo se, pero a la vez no se... Somos especies diferentes, ella es una sirena, yo un vampiro. No entiendo bien como es que funciona su organismo y si es que siquiera puede engendrar un hijo mío- dijo mi vampiro, con cierta preocupación.
-¿Qué es "engendrar"?- me preguntó Jack, entre susurros.
-Tener bebés- dije y seguimos escuchando.
-Pero bueno, ¿cómo es que pasamos de hablar de cazar a hablar de hijos?- dijo mi Thanatos, y ambos rieron.
-¿Sabes?- habló la pareja de Jack-. Creo que ciertos pequeños están escuchando todo.
-Corre- me dijo Jack, antes de empezar a correr lejos y le seguí.
No pude avanzar mucho, que escuché un pequeño grito y luego risas. Seguí corriendo lo que dan mis piernas, a pesar de no saber a dónde voy.
Al segundo, ya no estaba tocando el suelo, me giré y vi a Thanatos, quien me alzó en brazos, haciéndome girar en el aire.
-Vas a tener tu castigo, pequeña sirenita espía- dijo y reí.
Me dejó en el suelo, para subirse sobre mi, besándome con cariño.
-Que clase de castigo tan extraño- dije.
-Te haría cosquillas, pero se que no tienes puntos cosquilludos- dijo y sonreí, para luego ver una sonrisa extraña en su rostro-. Tengo un plan malvado de castigo... Va a durar hasta que termine el día.
-Falta poco para que termine- dije, restándole importancia-. No va a ser tanto.
Me dio un beso y de un golpe se levantó, alejándose a paso lento.
Confundida, me levanté y le seguí.
-Thanos...- le llamé, pero me ignoró.
Creo que ya entendí cual es su castigo; es muy cruel.
.-.-.
-Thanos... Thanos... Thanos... Thanos... Thanatos- le llamé de todas las maneras posibles, pero seguía sin hacerme caso.
-Thanatos... Mar te está hablando- dijo Luciano, quien está entre medio de nosotros.
-Mar se portó mal y su castigo es la ley de hielo- dijo Thanatos, sin mirarme.
-Oh...- dijo Luciano y me miró-. Si mi Fer me llega a hacer eso, me muero.
Sonreí tiernamente.
-Lucio, avísale a Mar que hoy cenaré comida enlatada- dijo Thanatos, mirando hacia el frente.
-Mar, Nat dice que hoy cenará comida enlatada- me dijo el pequeño-. ¿Cuál es tu comida enlatada?
-Sangre en bolsa- dije.
-Ohh- dijo el pequeño-. ¿No era que te alimentas de Mar?
-No se quién es Mar- dijo Thanatos y al segundo me detuve-. En realidad, se quién es, pero está castigada, no le voy a hablar.
Seguí avanzando, a un paso triste hasta que llegamos al río.
-Los veo en casa- avisé.
Me lancé al agua y empecé a nadar por las profundidades, con cuidado de que nadie me vea.
Fui hasta el fondo, para nadar con rapidez hasta casa y salir del agua sin que me vean.
Una vez que solo se veía mi cuello, me transformé y empecé a caminar hasta casa, sin importarme que mis vestimentas estén mojadas y la arena se me esté pegando.
Entré a casa y America me recibió.
-Estuviste nadando hasta aquí, ¿verdad querida? ¿Los chicos ya vienen?- dijo ella, divertida y asentí con la cabeza-. Ve a bañarte.
Obedecí sin rechistar, ingresando al baño, para asearme con las reglas humanas, aunque me parece algo tonto, ya que el 75% del cuerpo humano es agua y para las sirenas el agua lo es todo, lo cual no tiene lógica bañarme con agua intoxicada para quitarme el agua natural.
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...