Volví a respirar para que con rapidez, sacar a mi hermano de allí, ya que se estaba quedando sin aire y él si lo requiere, a pesar de poder estar sin este por cierto tiempo.
Dejé a Thanatos sobre una roca que sobresale dentro del agua, mientras escupe agua.
-¿Qué mierda fue eso?- dijo él, una vez que ya respiraba bien.
-No se- dije-. Iré a ver. Quédate aquí.
Estaba por sumergirme, pero él se lanzó al agua, abrazándome.
-No te voy a dejar- dijo y subí, para que respire-. No te voy a dejar sola con lo que hay ahí afuera.
Sonreí.
-Sube a la roca- le ordené y obedeció, sujetando mi mano, para evitar que me vaya.
-Solo iré a ver, estaré bien, lo juro- le dije.
-Eres mi hermanita pequeña, no te dejaré. Sube aquí ahora mismo- ordenó, tirando de mi brazo.
-En el agua no se ve mi cola- dije, mirando hacia mi aleta, la cual de sigue en ese feo color gris.
-Está bien. Pero no te irás- dijo y miró hacia cierto punto.
Me sumergí un poco, solo lo suficiente como para que Thanatos sepa que no me iré y pueda ver debajo del agua.
Una pantera negra se acerca nadando con lentitud.
-¿Rebecca?- pregunté para mi misma, viendo su tamaño.
Salí a la superficie, mirando a mi hermano.
-Es Rebecca- le informé y me miró sorprendido.
-¿Qué hace ella aquí?- dijo, confundido-. ¿Tienes alguna forma de esconderte?
-Puedo bajar hasta las zonas más profundas, que ni aunque lo intente, ella no llegará- respondí.
-¿No hay otra manera?- preguntó, preocupado.
-Creo que no- dije.
-No quiero estar lejos de ti... Temo por tu seguridad- dijo.
-Ven conmigo; te puedo pasar aire cuando lo necesites- dije-. Por lo menos el tiempo suficiente como para que Rebecca se vaya.
-Está bien- dijo y saltó al agua, sumergiéndonos de a poco.
Le agarré de la mano y fui hacia lo más abajo posible.
En un momento él se detuvo y le miré, entendiendo su mensaje. Le pasé aire.
-¿Mejor?- pregunté y asintió-. ¿Tu cuerpo soporta estar a esta profundidad?- volvió a asentir-. ¿Tienes frío?- negó con la cabeza-. Que bueno... ¿Estás bien?- asintió con la cabeza-. ¿Sientes la presencia de Rebecca?- negó-. Eso es bueno, creo... ¿Necesitas que te pase más aire?- asintió.
Me acerqué y uniendo nuestros labios, le pasé aire.
En ese instante, fui separada de golpe por Rebecca, quien rasguñó a mi hermano. Noquee a la pantera por detrás, viendo como cae por su propio peso hacia el fondo.
Agarré la mano de Thanatos y le llevé con rapidez a la roca de antes. Una vez que terminó de subirse, bajé con mayor rapidez para buscar a Rebecca, quien ahora esta en su forma humana.
La levanté en brazos y la llevé hasta la orilla del mar, bastante lejos de casa.
Una vez en tierra, empecé a realizar la técnica que me han enseñado en caso de que alguien se ahogue. Presioné su pecho y le brindé aire, hasta que vi que reacciona.
Tiré de su brazo, haciendo que se siente, para que no se atragante con el agua que está escupiendo.
Ella se inclinó y siguió sacando el agua de su ser, tosiendo en el proceso.
-Espero que estés bien- dije, antes de retirarme para buscar a Thanatos, quien dejé olvidado sobre la roca.
Nadé con rapidez hasta donde está mi hermano, quien estaba con los brazos cruzados y en ceño fruncido.
-Perdón- dije, sin mirarle a los ojos.
-Me alegro que la hayas salvado- dijo, con una pequeña sonrisa.
Sentí olor a sangre dentro del agua, lo cual me preocupó.
-¿Estás bien?- le pregunté, preocupada-. Siento olor a sangre.
-Estoy bien- dijo.
Lo tiré al agua con fuerza, haciendo que separe sus brazos, viendo que no tiene ninguna herida.
-Soy un vampiro, las heridas pequeñas se sanan fácilmente- dijo, sonriendo.
Suspiré aliviada, para luego abrazarle con fuerza.
-Me alegra que estés bien- dije.
-¿Rebecca te vio?- me preguntó.
-No lo creo- dije-. Aunque eso no me preocupa tanto.
-¡¿Cómo puedes no preocuparte?!- exclamó.
-Siempre fui una sirena, no e algo que quiera ocultar- dije-. Además, ella me enseñó su secreto. Que ella sepa el mío no es algo que vaya a cambiar todo.
-Está bien...- dijo.
Nos quedamos en silencio, nadando lejos de la orilla, pero no muy lejos para que Thanatos se sienta seguro.
-Me aburro...- dije, ya sin saber que hacer.
-¿Qué hacías mientras estabas con el resto de las sirenas y tritones?- me preguntó Thanatos.
-Pues... Viajar- dije-. De un lado a otro, conociendo lugares, especies animales y comida, además de buscar nuestros tres amores.
-¿No descansan en algún momento?- preguntó-. Digo, como estaban todo el tiempo viajando.
-Pues, no es como aquí en la tierra- dije-. Todo allí es diferente. No hay trabajos o algo así.
-¿Y el rey? ¿Eso no sería una especie de trabajo?
-El rey nace para ser rey; no tiene otra opción. No es un trabajo como es lo que se llama aquí; solo mantiene el control de todo bajo los mismos principios de los ancestros, sin modificar nada.
-¿Te gustaría tener la vida del rey?
-¡No!- grité, riendo-. Solo el hijo del rey puede ser rey.
-¿Por que?
-Porque así lo dijeron los ancestros.
-¿Nunca se ha cambiado?
-Una vez se intentó cambiar esto; fue una catástrofe. Por eso se siguen las reglas establecidas hace milenios... ¿Por qué los humanos son tan complicados?
-No lo se. Supongo que es por lo que llaman "humanidad". Eso es un defecto más que una virtud.
-No es por ofender a mami y papá, pero... ¿No crees que los humanos son algo torpes?
Él rió.
-Tienes razón, pero de todas formas, son una forma de vida interesante.
Sentí mi aleta cambiar a piernas y sonreí.
-¡Por fin!- dije-. ¡Mira! ¡Mira! ¡Tengo piernas!
Él sonrió, abrazándome.
-Ven, vamos a casa- dijo.
Me transformé, él se subió a mi espalda y nadé hasta donde podamos empezar a caminar. Volvieron mis piernas y caminamos hasta dentro de casa.
-Hola- dije y Luciano corrió a abrazarme.
-¡Volviste!- gritó, contento.
-Nunca me fui- contesté, abrazándolo.
-Lucio, ve a dormir, ya es tarde para ti- dijo America y él pequeño obedeció-. ¿Cómo estuvieron sus días?
-Agotador- respondió Thanatos y asentí con la cabeza, dándole la razón.
-Vayan a cenar y a dormir- dijo, dándonos un beso en la frente a cada uno-. Buenas noches.
-Buenas- respondimos a dúo, para ir a cenar.
Hoy, por primera vez en mucho tiempo, dormí sola.
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...