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Tras aceptar la propuesta de Thanatos, regresamos a nuestra casa para que esté más cómoda. Decidimos que no le diremos nada a nadie hasta que el embarazo se note bastante, lo cual no se cuanto tiempo falta para eso.

Laustin vino con nosotros, y se va a quedar en el lago, ya que lo prefiere más que una habitación que le ofrecimos. Thanatos configuró el sistema de la puerta para que ella también pueda pasar sin problemas si es que tengo una emergencia.

-¿Segura que estás cómoda?- me preguntó mi vampiro, tras mirarme de pie a cabeza.

Estoy en mi forma natural, recostada en la cama, rodeada de almohadones, con una bandeja con comida a mi lado y mi vampiro del otro.

Reí y lancé las almohadas a volar, para acostarme sobre su abdomen.

-Ahora si- dije.

Me puse en mi forma humana, para entrar entre sus piernas, abrazándome a su cadera.

-Estoy en las primeras etapas de un embarazo, no me falta la aleta- dije-. ¿Te molesta si duermo? No es porque tengo vaya a saberse cuántos críos dentro mío, sino que es un cansancio normal. Sería un pequeño descanso antes de que venga Mikael.

-Descansa tranquila, yo te despierto cuando sea el momento- dijo, acariciando mi cabello-. ¿Te molesta si me pongo a ver un documental?

Reí y negué con la cabeza.

Frente a la cama hay un televisor lo cual es un combazo para cuando queremos ver una película bien acurrucados y cómodos.

Él puso su documental y yo me acomodé sobre su vientre, abrazándolo por la cadera, escuchando como le ruge el estómago.

Me levanté de golpe, por lo que me miró asustado.

Me abalancé sobre sus labios, dejando que muerda mis labios, rozando las heridas que tengo, no corté el beso hasta que logré mi objetivo; empecé a sangrar levemente. En el momento que su lengua tocó mi sangre, sus colmillos brotaron. Me separé y le coloqué mi brazo, dejando que consuma todo lo que necesite.

Vi como intentó alejarse, pero hice presión para evitar que lo haga.

-Me preocupas, ¿sabes?- dije, abrazándolo con mi brazo disponible-. Deja de usar maquillaje para tapar tu demacramiento, si tienes hambre solo debes decírmelo- suspiré-. Lo siento, realmente me enfoqué tanto en el tema de la reproducción que me olvidé de alimentarte. Es obvio que por ti mismo no lo harías. Lo siento.

Él se separó luego de un rato, para abrazarme.

-Perdón, no quise molestarte- dijo, acariciando mi cabello-. Dame tu mano.

Besó la herida, mordiéndose su labio para dejar que una gota de su sangre baje por su delicioso labio, cayendo en mi herida, sanándola al instante.

-Ahora si, descansa un poco- me dijo y asentí, volviéndome a acostar cómodamente.

Ya no escuché ese rugir espantoso y sonreí.

Soy una pésima novia.

Me sonrojé por la vergüenza y fingí dormirme.

Y al final, me dormí de verdad.

_-_-_

Unos besitos en mi frente me hicieron despertar.

-Ya llegó Mikael- me avisó Thanatos.

Me levanté y tras acomodarme un poco la ropa, fui hasta el living de la mano de mi pareja. Allí nos esperaban nuestros dos médicos charlando y riendo como si se conocieran de toda la vida.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora