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-¡MARINA!- gritaron y desperté.

Tenía mucho sueño, apenas pude mantenerme despierta, aunque no logro abrir los ojos.

Sentí como me alzan en brazos.

-Yo la cargo- dijo Thanatos-. ¿Lucio ya está abajo?

-Ya lo sedamos- dijo America.

Abrí los ojos. Estoy en un lugar que nunca vi.

Estamos en una pequeña habitación que tiene dos camas matrimoniales, un estante y una pequeña habitación al lado. Esta levemente iluminado por una lámpara extraña.

-¿Dónde estamos?- pregunté.

Thanatos me acostó en una de las dos camas matrimoniales que están allí, junto a Luciano, quien tranquilamente duerme.

-Es el refugio- dijo America-. Un tornado se acerca y hay que estar protegidos.

-¿Estás segura que aquí estaremos a salvo?- pregunté, preocupada, recordando lo aprendido en clase.

Me senté de costado, apoyándome con una de mis manos para evitar caerme.

-Si. La habitación está preparada para que vivamos aquí dentro durante una semana entera sin problemas- dijo Hunter, quien revisaba un estante con comida en lata que está a un lado de la habitación.

-Vivimos cerca de la costa, ¿no es peligroso estar aquí?- pregunté.

-Hace tiempo he hecho un pacto con unas ninfas del agua, por lo que la casa está a salvo de toda destrucción creada por el agua, pero no nos asegura nada durante terremotos o tornados- explicó Thanatos.

-Vale...- dije y suspiré-. ¿Cuánto tiempo durará?

-Se cree que tan solo unos minutos hasta que se vaya por el agua, pero no sabemos aún con exactitud- dijo America-. La señal de móviles y televisiones ya fue desconectada. La radio de emergencia solo funcionará una vez que todo el desastre haya pasado.

-Por suerte puedo escuchar todo lo que sucede fuera y se lo que pasa fuera- dijo Thanatos, sentándose detrás de mi.

Me acosté suavemente, quedando apoyada sobre el pecho del vampiro, quien me abrazó con un brazo y acarició mi cabello con su mano libre.

-Chicos... Duerman un rato más- dijo America, recostándose junto a Hunter en la otra cama.

-Yo me quedaré a cuidar- dijo Thanatos-. No me gusta dormir con todo ese ruido.

-Está bien... Que descansen- dijo Hunter, apagando la lámpara, quedando todos a oscuras.

Thanatos siguió acariciando mi cabello.

Según los mitos humanos las sirenas tenemos el poder de controlar el agua, ya que tenemos una gran conexión con estar, por ser nuestro hogar. Si es que esto llegara a ser real, para la vida común de un individuo marino no serviría de nada, ya que sabemos movernos junto al agua, no es necesario controlarla.

Cerré los ojos y empecé a pensar cómo lograr hacer para evitar que el tornado nos afecte en la casa. No quiero que haya daños, sería algo muy triste.

No soy parte de los seres del aire, por lo que no puedo controlar el tornado o hacerlo desaparecer, pero si tan solo lograra hacer que capa de agua densa nos salve sería algo buenísimo.

Pensé en el mar, en el agua, en cada vez que dormía y vivía allí. La libertad de poder tocar el agua estando fuera de esta. Pensé en la densidad, en el calor, en el peso, en su composición.

Sentí un pequeño mareo junto a un dolor extraño. Me concentré en mi pensamiento, de una burbuja que cubra la casa.

Una extraña corriente pasó desde mis pies hasta mi cabeza, volviendo a mis uñas. Era algo extraño, pero mantuve mi pensamiento fijo, estando despierta aún cuando el resto sigue durmiendo.

_-_-_

-Todo ya acabó- dijo Thanatos, abriendo sus ojos de golpe.

Volví a la realidad, suspirando con cansancio.

-Vamos a ver- dije y él asintió.

Salimos del refugio a través de una escalera vertical, viendo todo intacto.

-Wow...- dijo Thanatos, realmente sorprendido-. De la cantidad de años que he vivido, nunca ha pasado algo como esto.

-¿Qué cosa?- pregunté.

-Una casa que sobrevivió intacta a un tornado- dijo y salimos fuera de la casa, viendo la playa.

Toda la cercanía estaba llena de residuos que antes no estaban, los árboles estaban parcialmente destruidos y no daba un aspecto agradable. Pero la casa, en cambio, sigue como si no hubiera pasado nada. 

-Quizás lo que intenté si sirvió- murmuré y mi hermano me miró confundido.

-Wow...- dijeron tres voces detrás de mi y me giré viendo a mi familia.

-¡La casa está intacta!- gritó Luciano entre sorprendido y feliz, para luego hacer una mueca de desagrado-. Pero el resto del lugar está del asco.

Sonreí y Thanatos me abrazó.

-Tu has influido en algo, ¿verdad?- me preguntó y asentí levemente-. Ya me parecía a mi que no era normal que te brillen las uñas en un color morado durante la noche.

-Lamento si te desperté- dije, agachando la mirada, pero él levantó mi mentón con su mano.

-Gracias- dijo, dándome un beso en la frente.

Sonreí, feliz de que todo estaba bien, o por lo menos la familia y nuestro hogar está completamente bien y a salvo.

-Creo que deberías descansar...- me aconsejó America-. Te ves cansada.

-Estoy bien- dije, restándole importancia.

-Tus uñas son celeste pálido- dijo Luciano-. ¿Qué significa eso?

Thanatos me levantó en brazos, cargándome como a una princesa en apuros.

-Duerme, te vendrá bien descansar por hoy- dijo, sonriendo.

-Ya dije que estoy bien- insistí, para luego bostezar involuntariamente.

-Vamos a desayunar y te vas a dormir- dijo Hunter empezando a caminar hacia dentro de la casa.

Me acurruqué contra el pecho de Thanatos, quien me carga entre sus brazos. Tenía sueño, mucho sueño, pero no quiero aparentar ser débil; acabo de salvar la casa, es algo que debería estar festejando, no tengo que dormirme.

Y mientras en mi mente repetía "no tengo que dormirme" una y otra vez seguidas sin detenerme, cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño. Morfeo, si es que existes, juro que algún día me vengaré por esto.

Y sin más, me dormí.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora