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Tras tener una gran noche llena de sueños que parecían recuerdos, desperté.

Ya no estaba en la habitación de antes, sino que en la isla Mako.

-Hola mi pequeña sirenita- dijo Thanatos, apareciendo del inicio de la cueva-. Te traje algo de comer.

Su ropa deja ver mucha piel, ya que usa solo un pantalón corto. Tiene un lindo cuerpo.

Se sentó frente a mi y dejó una bandeja en el suelo que contiene alimentos diversos de colores y olores atrayentes.

-Abre la boca- me dijo y obedecí.

Me dio de probar cosas que ni recordaba, las llama "verduras" y mi favorita es esa naranja.

-Esto es delicioso- dije, sonriendo, agarrando el tenedor yo sola para comer.

-Siempre fue tu favorito el zapallo naranja- dijo-. Aunque debes comer de todo un poco... No se como es que se alimentan las sirenas pero las humanas comen de todo un poco de lo sano para estar bien.

-¿Por casualidad sabes quienes son America, Hunter y Luciano?- le pregunté, mirándole a los ojos.

Quizás él sabrá la respuesta de mis absurdos sueños.

-Son nuestra familia- dijo y sacó un aparato raro de su bolsillo-. Ella es America, nuestra mamá adoptiva- me mostró una imagen, la mujer es igual a la de mis sueños-. Él es Hunter, nuestro padre- me mostró una imagen de un señor junto a mamá-. Y por último, Luciano, nuestro hermano menor.

Señaló a un niño de ojos y cabello pardo que está junto a otro niño, dándose un pequeño beso.

-El otro chico es Fernando, su pareja- me dijo.

-¿Qué edades tienen?- pregunté.

-14 años- dijo-. Son licántropos, por lo que el tiempo pasa diferente para cada uno de nosotros.

-¿Qué edad tienes tu?- pregunté.

-126- dijo y le miré sorprendida-. Aunque aún soy pequeño, a la igual que tu.

-Pensé que tenías 40 como yo...- dije, con gran sorpresa.

-Soy un vampiro, mi amor- dijo, sonriendo, mostrando los colmillos-. Falta bastante como para que adopte un físico de adulto mayor.

Sonreí y estiré mi mano hacia él.

-Ven- dije-. Quiero nadar contigo.

-Termina de comer tus vegetales primero- dijo.

Hice una mueca.

-Y no me vengas con pucheros- dijo-. Debes comer bien.

-Ya estoy llena- admití, con un pequeño sonrojo.

-Está bien... Te lo guardaré para después- dijo.

Dejó la bandeja a un lado junto al aparato raro y se medió al agua conmigo.

-Ven- dijo-. Te mostraré algo que no se si recuerdas.

Tomó aire, agarró mi mano y nadamos hacia la salida de la isla. Unas rocas se movieron y salimos de allí.

Era impresionante.

Era un gran lago, muy bonito.

Él salió a tomar aire, yo me fui a investigar.

Había ninfas de agua, que me saludaron y siguieron su camino.

Es un lugar impresionante.

Subí a la superficie y vi a Thanatos tomando sol en el borde de piedra que está contra la casa. Di un pequeño salto y caí sobre él, haciendo que suelte todo el aire que tenía retenido en su cuerpo.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora