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En cuento terminó de comer, Napomuceno nos contó que es lo que pasó.

-Sin querer me comí la nueva mascota de Benjamín. Tenía hambre y fue lo primero que vi- dijo el pequeño-. Y Juana me castigó con no comer por una semana, justo cuando vinimos aquí por una reunión con otro reino por lo que estaba con mucho hambre. Sentí el olor a sirenas y pensé que Mari estaría aquí y acerté, al parecer.

-De casualidad- dijo Thanatos-. Por poco llegamos tarde.

-No dejen que vuelva con ellos, por favor- pidió, asustado.

-¿En dónde están?- preguntó Thanatos.

-Ni yo les encontré a ustedes por sus olores, así que de eso no te preocupes- dijo el pequeño.

-Nosotros estamos yendo por agua, por lo que se nos complicará un poco salir por ese lado contigo, pero aquí hay aviones a diario, ¿verdad?- pregunté.

-Yo vine en un portal- dijo-. Son libres por lo que puede pasar quien sea.

-Está bien- dijo Thanatos-. Espero que no vengan a buscarte porque sería un problema.

-Les dije que iba a ir a descansar, y ahora están por entrar a la reunión así que no me van a buscar hasta tarde- dijo.

-¿Quiénes tienen como hechicero real?- preguntó mi vampiro.

-Una mujer, Blis o algo así- dijo-. Nunca presté tanta atención a eso.

-¿Glis? ¿Gliseida?- dijo Thanatos.

-Así es- dijo el pequeño.

Thanatos empezó a reír.

-Con ella al poder, no te van a encontrar jamás- dijo-. Aún no se cómo es que la tienen de bruja real, tiene poca experiencia. Inclusive yo se más de magia que ella.

-¿Sabes de magia?- preguntó Napomuceno, maravillado.

-No haré hechizos raros, pero algo se- dijo-. Pero juro ante todas mis almas que se más de magia que Glis.

Reí.

-¿Quieres pedir algo para comer?- le preguntó Thanatos a Napomuceno, quien negó con la cabeza-. ¿Seguro? Aquí hay unos postres muy ricos aptos para ti.

-Está bien- suspiró.

Le pedimos un postre al pequeño y terminamos de comer.

-¿Quieres venir a descansar con nosotros?- le preguntó Thanatos-. Estamos en una habitación con bastante agua pero es cómodo.

-Está bien- dijo el pequeño-. Suena divertido.

Thanatos fue a la caja para pagar y me quedé con Napomuceno esperando.

-¿Cuál era la mascota de tu hermano?- pregunté-. ¿Un delfín? ¿O un canario?

-Eso estaría buenísimo, pero no- dijo, riendo-. Era una humana, la cual poseía un trato con mi hermano para que en cuanto llegue a los veinticinco, este la convierta. Ella tenía tan solo doce años pero se me cruzó por delante y realmente tenía mucha hambre.

-Lo siento mucho por ella- dije.

-Ni que su sangre fuera la mejor- dijo el pequeño, suspirando-. Tanto escándalo por tan poco.

-Lamento que te hayan puesto ese castigo- dije.

-Agradezco haberles encontrado- dijo el niño.

-Ya tengo todo listo- dijo Thanatos-. Mañana regresaremos a casa por la tarde. Así tenemos todo hoy y mañana para disfrutar.

-¿Podemos ir a los toboganes?- preguntó el pequeño-. Se que ya es mucho pidiéndoles que me dejen estar con ustedes, pero...

-De eso nada- dije, interrumpiéndolo-. No eres una molestia y no pienses en eso. Es lindo que estés con nosotros y a pesar de que no está Kaito, eres como un hijo para mi.

-¿De verdad?- preguntó, con los ojos llorosos.

-Claro- dije, sonriendo.

Él se levantó de su silla y me abrazó con fuerza.

-Con razón Juana te tiene tantos celos- dijo Thanatos, riendo-. Tu eres más madre para el pequeño que ella misma.

Sonreí y lo subí a mi regazo.

Gracias a su físico de apenas un par de años, sigue siendo un bebé y puede estar sobre mis piernas sin problema alguno.

-Vamos a los toboganes, ¿quieren?- preguntó Thanatos y junto al pequeño asentimos con la cabeza, estando emocionados.

Salimos del restaurante y empezamos a caminar siguiendo las indicaciones para ir al dichoso parque acuático en donde hay grandes toboganes que terminan en piscinas varias.

-¡Esto es genial!- dije.

Pasamos a comprar un traje de baño para Napomuceno, ya que yo soy una sirena y no requiero uno porque estando en el agua puedo nadar con mi forma real, y Thanatos ya está vestido con su traje de baño.

Pasamos por cada uno de los toboganes, deslizándonos los tres juntos en la mayoría de estos. Como Napomuceno es pequeño, muchas veces le intentaron colocar flotadores, pero tras asegurar que tiene ocho años y sabe nadar, lo dejaron pasar sin más.

_-_-_

Ya cerca de la noche Napomuceno se sentía cansado por lo que decidimos terminar nuestro recorrido pasando por una piscina un tanto extraña que rodea todas las atracciones y de ahí podemos ver todo el lugar a la vez. Para pasar por esta nos hicieron subir a una especie de hinchables especiales para agua que viene con dos espacios, por lo que me senté en uno de los lugares tras transformarme y Thanatos se sentó a mi lado, Napomuceno pidió ir arriba mío.

-No te acostumbres que ella es mía- le dijo Thanatos a Napomuceno.

-Tranquilo, ella es como mi madre- dijo el pequeño-. Aunque a ti te sigo viendo como mi hermano.

Inició el paseo y tal como lo prometía el anuncio, vimos cada atracción desde debajo y por zonas que no se pueden ver ni aunque camines por al lado, por ejemplo la parte de abajo de los toboganes o al lado de donde finaliza el recorrido de las resbaladizas.

-Este lugar es genial- admití.

-Sin dudar- dijo Thanatos-. Está mucho mejor que años atrás.

-¿Cuándo fue la última vez que viniste?- pregunté, percatándome de que Napomuceno está dormido.

-Cuando inició todo esto- dijo-. Estaba todo armado con magia y unos cuantos materiales naturales, pero ahora tiene miles de atracciones más y es genial.

En cuanto terminó el recorrido, me transformé y teniendo al pequeño en brazos, salimos de allí para ir a descansar a la habitación.

Thanatos se acostó con Napomuceno en la cama y yo me quedé en la parte del agua, descansando también.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora