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-Kira- dijo una voz masculina, despertándome de golpe.

Abrí los ojos y miré a ese tritón que pensé que nunca vería.

Ahí estaba él.

-¡Papá!- grité y lo abracé.

-Perdón por irme, mi Kira- dijo él, abrazándome también.

-Espera un momento... Tú habías muerto... Vi cuando sucedió- dije, alejándome con miedo.

-Un brujo de las cavernas me revivió- dijo-. He vuelto de la muerta tan solo para verte.

Sonreí, llorando.

-Te extrañé- dije, aferrándome como si mi vida dependiera de eso, ya que lo siento así.

-Y yo a ti, mi Kira- dijo, para luego darme un beso en la mejilla-. Debo irme...

-¿Qué? ¿Por qué?- dije, confundida-. Recién has vuelto, ¿por qué te irás?

-Recuerda que siempre te voy querer muchísimo- dijo, para luego desaparecer como si fuera una neblina.

Cerré los ojos con miedo.

Al abrirlos, me encontraba en mi cama, con Thanatos acostado a mi lado.

-¿Cómo estás?- me preguntó, abriendo los ojos.

Él limpió las gotas que salían de mis ojos sin que me de cuenta.

-¿Estuvo lindo tu sueño?- preguntó y asentí con la cabeza-. Me alegro que te haya gustado...

-Tu lo creaste, ¿verdad?- pregunté, en un susurro.

-Se que lo extrañas muchísimo... Y quise hacer algo lindo por ti- dijo y le abracé-. Se que él siempre estará contigo aunque no sea físicamente.

-Gracias- dije, sonriendo.

Él tomó mi mano.

-¿Vamos a desayunar?- preguntó y asentí para luego levantarme.

Fuimos al comedor y nos encontramos con America haciendo el desayuno.

-Hola mami- dije, abrazándola.

-¿Acabas de llamarme "mami"?- dijo ella, parando todo de golpe.

-Perdón- dije, soltándola.

Sentí sus brazos rodearme.

-No sabes lo mucho que esperé para que me llames así- dijo, abrazándome fuertemente.

-Te quiero, mami- dije, devolviéndole el abrazo, para luego limpiar sus lágrimas.

-¡Yo también quiero un abrazo!- gritó Luciano, arrastrando a Thanatos consigo, para abrazarnos todos.

-¡Hijo! ¡¿Qué haces aquí?! ¡Ve a la cama!- dijo America, separándose, para regañar a su pequeño.

-Ya estoy sano... Thanatos hizo de su magia de nuevo- dijo el pequeño.

-¿Esperaste a que pasaran 2 horas de que inició la jornada escolar para curarle?- dijo America, regañando a Thanatos.

-Estaba creándole un sueño bonito a Mar- dijo él, defendiéndose.

-¿Qué soñaste?- me preguntó.

-Volví a ver a mi papá- dije, sonriendo.

-Que lindo, me alegro por ti, hija mía- dijo ella-. Bueno, vayan a sentarse, ya sirvo el desayuno.

-Te ayudo- dije.

Entre las dos terminamos de preparar todo y servimos para empezar a comer.

-Y... ¿Cómo es eso de sanar?- pregunté.

-Le di unas gotas de mi sangre, lo cual hace que su cuerpo realice más rápido el proceso de curación. Depende del tamaño de la herida es cuanto tarde en sanar, pero por más grande que sea, nunca va a tardar más de 24 horas- dijo él.

-Que magia tan rara- dije, realmente sorprendida.

-Hijo... ¿Ya lograste controlarte completamente?- le preguntó mamá a Thanatos.

-Aún no- dijo él, jugando con su desayuno.

-¿No? Pensé que si- dijo.

-¿Por qué lo dices?- preguntó.

-Revisé todas las reservas y no has tocado ninguna bolsita de donaciones de sangre...- dijo y luego se quedó cayada unos momentos-. ¡¿Has atacado a algún inocente?!

-No necesariamente...- dijo, mirando hacia un lado, evitando hacer contacto con su mirada.

America se quedó en silencio. Un silencio horrible dominó todo el salón.

-Mar, muéstrame tus brazos, por favor- me pidió y accedí.

Me arremangué la remera manga larga de mi pijama y le mostré mis brazos. Ella agarró mi mano, rozando suavemente las marcas.

-Thanatos...- dijo America, enfadada.

-Yo lo obligué a hacerlo- dije, antes de que diga algo más-. No me gustaba verle así de alterado y quería hacer algo para ayudarlo... Daría lo que fuera por mi familia.

-Eres la primera persona que muerde en muchísimo tiempo...- dijo ella, sorprendida-. ¿Cuánta de tu sangre tomó?

-Creo que me excedí del límite...- dijo, algo avergonzado.

-¿Cuánto ha sido?- volvió a preguntar.

-Estoy bien, no te preocupes- dije, con una pequeña sonrisa-. Ya estoy recuperada.

-¿Cuánto fue?- repitió seriamente.

-Como 12 o 15 litros... No se. Era algo realmente delicioso- dijo, con ese destello rosa en los ojos.

-¡¿ACASO PENSABAS MATARLA?!- gritó America, levantándose de su asiento de golpe.

-Se cuando un cuerpo está por llegar a su límite. No sucedió- dijo él, desprocupadamente-. Nunca llegaría a matar a mi hermanita.

-¿Cuál es la cantidad máxima de sangre de una sirena?- dijo ella, preocupada.

-No lo se, pero estoy bien- dije-. No te preocupes mami, estoy bien.

-Nunca más hagan eso- dijo ella, entre enfadada y preocupada-. No quiero que les pase algo malo.

-No sucederá- dijimos ambos.

-¿A qué sabe la sangre de Mar?- preguntó Luciano, con curiosidad.

-No se describirlo, pero era lo más rico que he comido en toda mi vida. Es algo incomparable- dijo y sonreí.

-Me alegra que te haya gustado- dije-. Te daré más cuando quieras.

-Prometo nunca más llegar a esa cantidad- dijo Thanatos.

-No te preocupes por eso- dije.

-Deberías de preocuparte un poco más por tu vida- me dijo America, en un tono de regaño.

-La vida marina se trata de sobrevivir. Es algo normal sacrificar todo por la familia- dije, recordando a mi padre con una sonrisa nostálgica.

-Pero aquí no es así. No es necesario que le des toda tu sangre, ¡debes vivir!- dijo ella, enfadada-. Aunque si es necesario, yo también daría todo en mi por ustedes.

Sonreí.

-Aún así, no lo vuelven a hacer. No quiero ver más mordidas en Mari- dijo ella, dando por finalizada la charla-. Terminen de desayunar y laven los trastes, tengo que ir a hacer unos mandados.

-Está bien- dijimos los tres.

America se fue, quedándonos los tres solos.

-Y... ¿Les pinta ver una película?- preguntó Luciano.

Sonreímos de forma cómplice.

Terminamos de comer y nos sentamos en el sofá, para ver la primera película que encontremos en la página de películas que usan de forma virtual.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora