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-¿Cómo estuvieron tus vacaciones?- me preguntó Susana, en el primer recreo.

-Pues... Pasé muchísimo tiempo durmiendo- dije, algo divertida.

-Que envidia- dijo, riendo-. Yo salí de viaje con mi familia y no descansé mucho, pero la nieve es genial así que, no me quejo.

-Hola chicas- dijo Steven, acercándose a nosotras.

-Hola- contestamos ambas, con una pequeña sonrisa amable.

-¿Escucharon lo que todos rumorean por la ciudad?- preguntó Susana.

-¿De qué va el nuevo chusmerío?- pregunté, divertida.

-Liberaron venados en el bosque y dicen que se vio una pantera negra cazando por ahí- dijo ella y le miré con falsa sorpresa.

-¿Cómo es que acabó una pantera aquí?- pregunté.

-No se sabe... Pero se está debatiendo si es hay que cazarla o si la dejarán vivir- dijo y miró a Steven-. Hey, ¿estás bien? Estás algo pálido.

Miré al chico.

-¿Qué te pasó en la mano?- pregunté, viendo el extraño guante que cubre su mano, desde debajo de la muñeca hasta el inicio de los dedos.

-Tuve una pequeña pelea y me lastimé la muñeca- dijo, algo avergonzado.

-¿Has ganado, por lo menos?- preguntó Susana, divertida por la situación.

-Por poco- respondió.

-¿Contra quién has peleado?- pregunté.

-Contra un chico mayor- dijo, sin dar más detalles-. Pero bueno... ¿Cómo van con las clases?

-Es aburrido como siempre- contestó mi amiga y yo asentí, dándole la razón, ya que estoy igual.

En mi ciudad natal explicaban cosas así. Desde el primer año de vida hasta los 25 años, aprendemos en pequeños colegios, en donde el más anciano del grupo nos enseña lo necesario. A partir de esa edad, nuestro objetivo es encontrar nuestra pareja y viajamos libremente. La muerte llega cuando tiene que llegar, no es algo evitable ni predecible, por lo que estamos educados para seguir con la costumbre.

En la vida humana, todo es diferente. Empiezas a estudiar a los 5-6 años, tienen 12 años de colegio obligatorio y luego si quieren seguir estudiando, pueden hacerlo. A partir de que terminan el colegio son considerados "adultos" y tienen que sobrevivir por si mismos; eligen de que trabajar, que hacer, si tener hijos o no. Aún así, sus cuerpos no aguantan tantos años, lo cual es triste teniendo en cuenta el progreso en la tecnología que dicen tener; a mi parecer esto es algo absurdo.

¿Para qué uno quiere una mejor cajita de comunicación, exactamente igual a la anterior pero en mayor tamaño? No le encuentro el sentido, pero para los humanos es algo de mayor prestigio. Ya entiendo por qué en lo que llaman televisión dicen que se va a acabar el mundo dentro de poco.

Pero bueno... Si llega a ocurrir algo así, siempre tengo la opción de irme de vuelta a casa, aunque tenga que abandonar a mi familia y amigos. Todo sea por la supervivencia.

-¡Mari!- me gritaron y miré-. ¿Estás bien? Te quedaste mirando a la nada.

-Lo siento- dije, algo distraída-. Estaba pensando.

-¿En qué pensabas?- dijo Susana.

-De seguro en lo hermoso que soy- dijo Steven, con un aire arrogante y rió.

-Si, si. Eso mismo- dije divertida y el timbre resonó por todo el salón.

-Nos vemos luego- dijo Susana, para luego irse, junto a Steven.

Y aquí, dio inicio a una nueva clases, en donde empezamos a ver la evolución humana en relación a los aparatos que va creando.

Es interesante ver como tardaron tanto en descubrir lo que llaman teléfono. Es más fácil comunicarse en persona; para las sirenas y tritones eso no es tan complicado ya que vivimos en grupos y no nos separamos mucho para evitar ser alimento de otro marino.

Además, ¿Para qué querían estar unos tan lejos de otros? Eso no les beneficiaría mucho. Si estuvieran en grupos más pequeños, podrían juntar alimento y sobrevivir juntos por mucho más tiempo, ya que no morirían jugando a ser dioses. ¿Para qué sirve eso de todo lo de la guerra y eso? Es patético. ¿Para qué quieren ser mejores que los otros? Son todos iguales; con distinta apariencia pero exactamente igual por todo el resto.

-Señorita Briseida. ¿Podría decir a toda la clase en qué piensa? Se le ve distraída- dijo el profesor.

-Pensaba en que no tiene sentido el que los humanos hayan inventado aparatos así para comunicarse, ya que si no hubieran "colonizado" otras tierras, no se habrían alejado uno de otros, y no habría tanto problema con la comunicación- dije.

-Interesante pensamiento. La respuesta la conseguirás en la clase de historia. Esto es tecnología- respondió-. Ahora, preste atención a esta clase.

-Claro- dije, empezando a copiar lo que dice la pizarra.

_-_-_

-¡Maaaaaaarrr!- gritó Luciano, corriendo hacia mi, en el segundo recreo.

Me levanté y me acerqué para abrazarle.

-¿Qué pasa?- dije, acariciándole detrás de las orejas para calmarle, como hace America.

-Fernando me golpeó- dijo.

Mi sonrisa desapareció.

-¿Dónde está ese?- dije, enfadada.

-Thanos se lo llevó con él- dijo el pequeño, aún abrazándome.

-¿Te sangra algo?- le pregunté, preocupada.

-Ya me limpié la sangre- dijo-. Era por dentro del labio, pero ya sanó.

-Eso es malo- dije-. Vamos.

Le agarré la mano y empezamos a correr para ir hacia la azotea.

Al llegar, vimos a Thanatos sonriendo, sentado en el suelo mirando hacia el horizonte.

-¿Estás bien?- le pegunté, preocupada.

-¿Ves aquel árbol de allí? El que es el más alto de todos- preguntó, señalando el árbol más alto de todo el colegio.

-Claro. Se ve desde la distancia- dije, algo divertida-. ¿Qué tiene que ver eso?

-Allí está ese tal Fernando- dijo y Luciano rió.

-¿Cómo lo mandaste hasta allí?- preguntó el más pequeño.

-Le tapé los ojos, subí a rápida velocidad hasta aquí sin que me vean, lo lancé hasta allí, y está en la cima de aquel árbol desde hace minutos- dijo divertido-. En cuanto termine el horario de clase lo bajaré si es que no se bajó aún.

-Ten cuidado que no te vean- le dije.

-Soy un profesional en eso- dijo-. Volvamos a las aulas, ya está por iniciar la última hora.

Asentimos y cada cual se fue a su aula, para continuar como si no hubiera pasado nada.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora