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En cuanto llegué a casa, ayudé a mi vampiro a dejar los alimentos en sus lugares según si es para la heladera, el freezer y la alacena.

Una vez finalizada la tarea, fui junto a Thanatos hasta la entrada secreta que desemboca en el lago.

-¿Te gusta?- me preguntó.

La habitación parecía la isla Mako, de una serie que vi hace mucho tiempo junto a Thanatos. Las paredes son de piedra, con un hoyo en la esquina que conduce hacia el exterior.

-Lo hice pensando en la serie que veíamos- dijo-. Recuerdo que una vez susurraste que te gustaba como se veía ese lugar.

-Es precioso- dije, girándome para besarle.

Él me tomó de la cadera y tal cual película romántica, di un pequeño salto, enrollando mis piernas sobre sus caderas para seguir con el beso. Empezó a caminar y se separó, mirándome a los ojos, con una pequeña sonrisa.

Segundos después, estaba dentro del agua.

-¡Hey!- protesté y se acercó al borde, agachándose.

Me transformé ya que es más fácil nadar así que en mi forma humana, en donde me pesa la ropa.

Agarré su pierna y lo tiré conmigo, sin que oponga resistencia.

-Ya estamos a mano- dijo, acercándose más hacia la orilla en donde hay una pequeña escalera para sentarse allí-. Le pregunté a Didac cuanto mide una sirena adulta para poder hacer la profundidad suficiente como para que estés parada sin doblar tu aleta en ningún momento.

Sonreí emocionada, agarré su mano y tiré de él para volver a sumergirlo y besarlo debajo del agua, pasándole aire cada tanto. 

Tras otros instantes de besos y caricias bajo el agua, él salió a la superficie.

-Y también dejé una estantería con toallas para situaciones como esta- dijo, divertido, saliendo del agua-. Que buena idea que dejé el celular dentro de casa, se hubiera estropeado.

Presionó una pequeña piedra que resalta de entre el resto y se abrió una especie de compuerta dejando ver un estante con toallas, dos batas de baño dobladas a un lado y algunas prendas de ropa.

-Gran idea- dije, sonriendo.

-He pensado en todo- dijo y sonrió.

Escuché una suave melodía sonar desde dentro de la casa.

-Iré a atender la llamada- me dijo-. Explora la zona, si quieres, pero no te vayas muy lejos.

Asentí con mi cabeza.

Le vi quitarse toda su ropa, mientras empieza a secarse.

Me sumergí de a poco y salí de allí lentamente; todo estaba con gran vegetación.

En un momento la piedra terminó y vi una hileras de algas que se que son del lago de casa. Avancé un poco más y me encontré con el lago.

Era enorme, mucho más que cualquier otro, es como si fuera mi casa.

Avancé un poco más y escuché el movimiento de piedras por lo que me giré asustada y vi que ya no estaba la puerta por la que ingresé, pero en su lugar hay una pared de piedra como en la mayoría del límite entre el lago y el suelo seco, con un corazón de algas rosadas que a medida que me alejo cambian a un color más opaco. Es algo hermoso.

Sonreí y me alejé un poco más, explorando la zona.

Allí me encontré con algunas ninfas de agua, las cuales me saludaron alegres.

Entablé una corta conversación antes de que se vayan.

Sentí la presencia de más criaturas en casa por lo que decidí subir rápidamente para averiguar quienes son.

Al estar casi en la superficie, golpee mi mano contra mi frente.

-Si seré tonta- dije, recordando la entrada submarina.

Bajé y  fui nadando contra la pared.

Al ver el corazón, me acerqué a la pared e intenté entrar, ganándome un chichón por el golpe que me di.

Me puse bien frente el corazón y la puerta se abrió.

Pasé y fui al interior con rapidez, viendo como se cierra la puerta ni bien mi aleta terminó de pasar.

Me transformé y guiándome por el olor de Thanatos, subí hasta nuestra habitación, la cual no me tomé tiempo de ver a detalle, ya que vi algo que me enfureció muchísimo.

-Catalina Beatriz Windsor- dije, en voz alta, en un tono serio que nunca me he escuchado en mi misma.

La vampira de cabellos negros con puntas doradas se giró apenas para verme. El que haya llegado sin avisar no me molesta, pero que esté sobre mi vampiro y casi desnuda si.

Un vestido corto, demasiado corto para ella estaba tirado en el suelo. Solo vestía con ropa interior bien actual y creo que hasta sensual.

Thanatos rápidamente se levantó y vino hacia mi, tomando mis manos.

-No es lo que piensas- me dijo, con preocupación.

-Claro que es lo que pienso- contesté, enfadada, separándome de él-. Esta loca quiere violarte.

-Ah, entonces si es lo que piensas- dijo, ya no tan tenso, con una media sonrisa.

Se acomodó su pantalón y corrió su largo cabello que le tapa el rostro para ver más a detalle.

-¿Cómo es que entró?- pregunté-. ¿No era que los vampiros necesitaban tener el permiso del dueño de la casa para entrar?

-De hecho es solo educación eso- me recordó Thanatos.

El color se subió a mis mejillas y la vampira se rió.

-Querido, vine a buscarte, ya tengo todo planeado para la boda- dijo ella.

-¿Pero qué dices, loca?- dijo él y me abrazó por detrás.

-Si no quieres por las buenas, será por las malas- dijo ella.

Chasqueó los dedos y un grupo de seres entró por una puerta que no había visto antes que da hacia afuera, estando junto a la ventana.

Ellos vestían de ropas negras, como de cuero, con tachas y un estilo de rockero gótico extraño.

Thanatos me colocó detrás de si, mostrando dientes y garras.

-Ellos no son parte del reinado de tus padres o alguien más, son de otra dimensión; tus poderes de príncipe no servirán de nada- dijo Catalina.

-Se defenderme, no soy un niñato- dijo Thanatos, con enfado.

Me concentré dejando que mi energía fluya junto al lago para poder hacer de refuerzo por si es necesario; secar el suelo luego no es tan importante como salir vivos de esta.

Ellos se lanzaron con rapidez, quebrando el cuello de Thanatos dejando que se escuche un horrible "crack" que me asustó. Su cuerpo calló al suelo de golpe, dejando de respirar inmediatamente.

-Eso fue fácil- dijo Catalina, con algo de sorpresa y se acercó a mi novio, pero lo agarré en brazos desde el suelo-. Parece llevar tiempo sin comer bien... Eso hará que esté más débil luego, pero no será problema.

-¡Le acabas de matar!- grité, con gran preocupación y miedo.

-Chicos, a ella- dijo la vampira.

Entre todos se lanzaron sobre mi, agarrando a Thanatos y quitándomelo de entre los brazos casi sin esfuerzo, mientras yo lucho.

Uno de ellos lo cargó como si fuera una bolsa de papas.

Enfadada, me levanté lentamente, sintiendo el odio entrar en mi ser.

Levanté la mirada y vi como termina de vestirse, antes de irse por la ventana junto a mi novio que es cargado por esos vampiros.

Me caí de rodillas al suelo; ya casi no sentía el lazo que siempre tuvimos. Era muy débil, casi inexistente.

Mis uñas se volvieron grises. Me sentía decaída.

Me dejé llevar por el cansancio de mi cuerpo y caí duro contra el suelo, sintiendo como mi respiración se entrecorta. Me siento realmente mal.

Acaban de matar a mi único lazo, a mi pareja, a mi mejor amigo, a mi hermano, a mi Thanatos.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora