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Un pequeño zarandeo hizo que me despierte y vi a Hitler que me acaricia el cabello con cariño.

-Ven- dijo y me levantó en brazos.

Cerré mis ojos y dejé todo mi ser a su disposición.

-Señores reyes, les traigo a la sirena- dijo él y abrí los ojos, asustada-. Si me lo permiten, me gustaría ir con ustedes para cuidar de esta pequeña sirena. Aún está en crecimiento y necesitará un médico.

-Adelante- dijo una voz masculina que se me hizo media conocida-. Iremos a hablar con sus superiores, puede ir dejando a la sirena en nuestro coche.

-Con permiso- dijo Hitler y empezó a moverse.

Cerré los ojos con miedo.

-Tranquila, ¿si?- me dijo al oído-. Nunca te abandonaré... Pero por ahora debo hacer esto, lo siento muchísimo, de veras.

Sentí un pinchazo horrible en mi brazo y vi como alguien desconocido me clava algo que no se que es.

Empecé a moverme para alejarme, pero no podía por el agarre de Hitler. Lo miré y vi como pequeñas gotas rojas caen desde sus ojos.

-Lo siento- me susurró-. Pronto te lo recompensaré.

El cansancio se apoderó de mi. Lo cual es ilógico, acabo de despertar.

-Tranquila- susurró-. Te voy a proteger. Te quiero.

Sentí sus labios sobre los míos y luego todo es oscuridad.

_-_-_

-Mar... Mar... Despierta querida- me dijo una suave voz y abrí los ojos de a poco.

-¿En dónde estoy?- fue lo primero que pregunté.

No reconocí el idioma en el que hablé. Es decir, se lo que dije, pero no se cuando es que lo aprendí. Tampoco reconozco la cueva/habitación, pero se ve rara, con adornos parecidos a las piedras antiguas que decoran el castillo del rey.

Lo único de lo que estoy segura es que estoy cómoda entre los brazos de Hitler, que está detrás mío, abrazándome, y que estoy en mi forma natural.

-En la casa de mis padres- dijo Hitler.

-¿Qué hago aquí?- pregunté.

-Los reyes vampiros, es decir, mis padres, te arrebataron de las manos de los malos que te secuestraron hace ya casi un año- dijo y le miré confundida.

-¿Tus padres son reyes? Es decir, ¿tu eres un príncipe?- le miré sorprendida-. ¿Qué son los "vampiros"? ¿Por qué no entiendo nada? Cody no era malo. ¿Por qué dices "los malos"? ¿Dónde está mi papá? Quiero irme.

-Tranquila Mar, tranquila- dijo, mientras acaricia mis uñas-. Te explicaré todo de a poco... Un vampiro es un ser que se alimenta de sangre, y mis padres y yo somos vampiros- sonrió dejando ver dos colmillos enormes sobresalientes de entre todos sus dientes-. Y hace un año, estábamos en casa tranquilos, hasta que unos tipos malos te secuestraron e hicieron que pierdas la memoria.

-¿Cómo se que dices la verdad? ¿Y si me estás mintiendo?- pregunté, sin entender.

-Te llamas Marina Kira Briseida, tu padre biológico es Farid Azariel Kaito Briseida, y eras su hija favorita, tu madre biológica es Clawdeen de Briseida y tienes bastantes hermanos varones- dijo y con cada palabra, mi sorpresa era mayor-. Tu pez favorito es erizo flor, adoras nadar, tienes 40 años cumplidos hace poco. Además de que en tu forma natural tienes algunas escamas de un color fucsia debido a que es donde te mordí. Tienes gran cantidad de marcas de mordidas en el cuello y en la muñeca hechas obviamente por mi. Te encanta el helado de algas y tu comida humana favorita es el sushi. Aprendiste hablar español gracias a que el rey te mandó a la superficie y ese es el idioma que estás hablando, incluso sin comprenderte.

Todo eso es algo que ni yo sabía.

-Solo tengo 19 años...- comenté.

-Tienes 40 añitos, mi amor- dijo, con gran dulzura-. En cuanto te secuestraron te han inyectado algo que te hizo perder la memoria... Es probable que ni siquiera me recuerdes, pero mi verdadero nombre no es Hitler.

Me asusté. ¿Todo esto fue una mentira? Si su nombre no es siquiera Hitler, ¿cómo me voy a confiar de él?

Intenté alejarme pero me tenía bien agarrada entre sus brazos.

-Creo que ya sabes mi nombre... Soy Thanatos- dijo y me detuve, casi paralizada-. En casa me llaman "Thanos".

Miré sus ojos. ¿Él es Thanos? ¿El Thanos que yo recuerdo? Tiene gran parecido y me brinda esa seguridad. ¿Es él?

-Thanos...- susurré y vi una gran emoción en sus ojos-. ¿Qué más olvidé?

Creo que dice la verdad, así que, me voy a confiar. Y parece saber de lo que habla, así que, le haré caso.

-Bastantes cosas no tan importantes en su mayoría...- dijo y acarició mi estómago.

-¿Por qué haces eso?- pregunté, confundida, quitando su mano.

Es molesto saber que tengo la panza más abultada, cosa extraña ya que las sirenas y los tritones solo engordan por una razón.

-Dime que no es verdad- susurré, con gran miedo.

-¿A qué te refieres?- ahora el confundido es él.

-¿Estoy gestando?- pregunté, angustiada.

-Así es...- dijo y besó mi frente-. Llevas un año y cinco meses de gestación.

-Pero las sirenas no duran tanto...- dije y le miré preocupada-. ¿Con quién me aparee?

-Yo soy el padre...- dijo.

-Imposible...- dije.

-Posible- refutó-. No se cómo, pero así es...

-¿Tú eres mi lazo?- pregunté y asintió-. Entonces en algo estaba en lo cierto...

-Creo que es demasiada información para ti... Mejor descansa un poco- me dijo.

-Esto es demasiado. Quiero a papá- susurré, asustada-. ¿Dónde está papá?

-Él ya no está...- susurró bajito, con la voz dolida.

En ese momento, todo mi mundo se calló.

Papá... Quien siempre me protegió y me quiso como nadie... 

Está muerto.

-Él murió defendiéndote- susurró-. Pero ahora estoy aquí para ti... Yo te voy a proteger y te daré todo el amor que necesites. Se que no es lo mismo, pero aquí estoy.

Esto es demasiado para mi. Mis uñas estaban celestes, pero no grises. El cariño de Hitler, no, Thanatos, era reconfortante.

Me acurruqué entre sus brazos y dejé que todo lo malo se fuera de mi mente, cayendo dormida a los pocos segundos.

La Sirena Terrestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora