En cuanto abrí los ojos, sentí frío. Miré a mi alrededor, dándome cuenta que Thanatos no está abrazandome como ayer.
Estuve a punto de levantarme, pero al instante estaba recostada de nuevo, sintiendo un ligero peso encima mío.
-Buenos días- me dijo Thanatos, estando sobre mi cadera.
-Buenos días- dije, sonriendo.
-¡A desayunar!- gritó America.
-¡Ya vamos!- avisó mi vampiro, para luego mirarme con ese brillo rosado en los ojos-. ¿Puedo desayunarte?
-Adelante- dije, levantando mi brazo, el cual agarró al segundo, acercando su boca a mi muñeca, mordiendo de forma delicada y succionando lentamente.
Pasaron algunos largos segundos hasta que se separó, besando la herida.
-Me encantas- susurró, sonriendo con un pequeño hilo de sangre corriendo por sus comisuras.
Me dio un pequeño beso y nos levantamos.
_-_-_
Tras una larga mañana teniendo que estar pegada a Susana, quien sigue intentando averiguar quién es mi pareja, regrese a casa para almorzar y tras eso, Thanatos se encerró en su habitación. Me quedé parada en frente de la puerta, esperando a que salga para abrazarlo y pasar tiempo juntos.
-Mar...- me llamó America, colocando una mano sobre mi hombro-. Llevas casi una hora parada en frente de esa puerta. ¿Quieres ir con Luciano a visitar a los Phantom?
-Voy a esperar que salga Thanatos y vamos- dije, sin quitar mi mirada de la puerta.
-Thanos se va a tardar un poco... Me mostró lo que esta haciendo y se que se va a demorar un largo rato más; pero va a quedar hermoso, lo se- dijo y la miré.
-Está bien...- suspire y toqué la puerta-. Mi vampiro favorito...
La puerta se abrió, y él salió, abrazándome.
- Ya escuché todo- me dijo-. Pásala lindo. En cuanto termine iré.
Besó mi frente y dejó de abrazarme a pesar de que sigo pegada a él.
-¿No puedo quedarme a hacerte compañía?- pregunté, aferrándome con fuerza.
-Si es que ves en lo que estoy trabajando se perderá el factor sorpresa- dijo, divertido-. Ve a nadar un rato, nos vemos luego.
Sonreí con tristeza, para luego separarme tras un último beso.
Fui al living, en donde me esperaba Luciano, revisando que aún esté la carta dentro del bolsillo interno de su campera.
Salimos de cada y fuimos caminando hasta el río, en donde estaba Fernando esperando desde el otro lado de la orilla. Luciano, muy emocionado, saltó hacia el otro lado, cayendo sobre su pareja, que lo abrazó con cariño.
-Ven- me dijo Luciano, esperando a que termine de cruzar, antes de salir corriendo junto a su pareja.
Los seguí desde detrás, viendo como los pequeños niños unidos por el lazo juegan y van charlando por delante mío.
_-_-_
Tras disculparme con Rebecca, fui a ver como juegan Ikaris y Jack, quienes suelen estar en una zona con árboles que dan más sombra, y no en el claro junto al resto del grupo.
-Hola- dijo Ikaris, en cuanto estuve frente a ellos.
-Hola- dije en voz baja, para no despertar al pequeño que duerme sobre el regazo del vampiro.
-Tranquila, tiene el sueño pesado- dijo, con su siempre tranquila voz-. Ven.
Palmeo el suelo a su lado, invitándome a sentarme, cosa que hice, apreciando la tranquila expresión del menor durmiente.
-Es raro verte lejos de Thanatos y es él quien normalmente me busca. ¿Sucedió algo?- me preguntó, con preocupación.
-Para nada- dije, con una pequeña sonrisa.
-¿Y a qué viene esa cara larga?- preguntó y me toqué la cara.
-¿Qué cara larga?- dije, comprobando que todo está en su lugar, ganándome una risa de su parte.
-Me refería a que te ves triste. ¿Pasó algo?- volvió a preguntar.
-No es nada, solo que lo extraño.
-¿A quién extrañas?
-A Thanatos, a mi vampiro favorito- dije, tirándome hacia atrás, sintiendo el pasto abrazarme.
-¿No lo has visto hoy?- preguntó, confundido.
-Si lo vi... Solo que ahora mismo está ocupado y lo extraño- dije y me volví a sentar, apoyándome en el árbol donde está apoyado él.
-Es normal extrañar a tu lazo- dijo y acarició el cabello de Jack-. ¿Por que crees que nunca me separo de mi pequeño? El lazo creó algo más allá de una simple relación. Creó una dependencia emocional; lo que significa que es obvio que se van a extrañar cuando se alejan.
-¿Y cómo haces cuando él está ocupado?- pregunté.
-Te ocupas tu también para pasar el tiempo y tener algo bonito que mostrarle al otro cuando se vuelvan a ver- dijo, sonriendo-. El destino es una prueba cruel de la vida para extrañar a esa persona especial y en cuanto se vean, disfruten cada instante juntos.
-Así que... ¿Solo debo hacer algo bonito para él?- pregunté.
-Sería una buena opción- dijo-. ¿Qué es lo que hacen las sirenas cuando no están con sus parejas?
-Seguir buscando y nadar y nadar y cuidar a los más pequeños- dije-. No hay mucho que hacer en la vida submarina; todo se trata de supervivencia.
-Eso es aburrido... ¿Qué haces para divertirte?- preguntó.
-Nadar- contesté, divertida-. Puedo hacer algún adorno para mi aleta o seguir nadando. Eso de batallar con otras especies por mera diversión y aburrimiento no es lo mío.
-Entonces hazle una pulsera o algo así- me dijo.
-Las algas que se utilizan son especiales ya que en cuanto están en contacto con el aire, se endurece y es casi indestructible- dije-. Y ya le hice una.
-Haz muchas más- me dijo, sonriendo-. A él de seguro le va a encantar cualquier adorno que hagas.
-Se hacen a medida en el momento- dije, pensando en cómo hacer-. ¡Tengo una idea! Gracias Ikaris. ¡Hasta pronto!
Salí corriendo para ir hacia casa, buscando un tarro grande con tapa hermética y volví al lago, para sumergirme y así meter algunas algas dentro del tarro, incluyendo el agua para que sigan blandas y sirvan para mi propósito. Elegí unas que al endurecerse son negras brillantes.
Al llenar el tarro, lo cerré bien y salí del agua para volver al claro donde una pequeña pantera de la misma altura del oso que está a su lado, juegan a su manera, rodando y dándose lengüetazos cada tanto.
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La Sirena Terrestre.
FantasyEl rey de la zona convocó a sirenas y tritones que estuvieran dispuestos a subir a la superficie para poder ver si hay más zonas habitables más allá de lo que podemos ver. Una sirena madre desesperada, ofrece a su hija y esta va a la zona terrestre...