A ojos de Muma, Ooh y Butfais, Nuna nunca se marchó del balcón, sino que permaneció arrodillada en el mismo lugar, con los brazos alrededor del estómago y el rostro cruzado por golpes de dolor. Verla de esta manera destrozaba a Muma, no lo pensó ni dos segundos: se encaró a Butfais y le gritó:
—¡Pedazo de imbécil! ¡Dime que tengo que hacer para solucionar eso! —chilló, señalando a la pobre Nuna que sufría una terrible transformación.
—No se puede hacer nada, simplemente esperar —contestó Butfais, con una voz tranquila.
Muma bufó, de ninguna manera iba a ser esa una respuesta aceptable.
—¡Esperar mi culo! ¡Haz algo o...!
La rubia nunca terminó su amenaza porque en ese momento rayos blancos surgieron de la corona de margaritas de Nuna, fueron ganando poder hasta rodearla por completo.
—Oh, esto es nuevo —dijo Butfais.
Y ahí fue cuando Nuna se transformó. Primero, se escuchó un fuerte estallido, semejante al de un látigo. Después, una fuerte luz los dejó a todos cegados y, por último, al recuperar la vista pudieron descubrir la nueva forma de Nuna.
—¡Oh, dios mío!—chilló Muma acercándose a la nueva Nuna.
—¿Cómo es posible...? ¡Pensé que se iba a convertir en un monstruo! —gritó Ooh.
—Qué raro, es la primera vez que pasa algo semejante... —dijo Butfais y escribía en una pequeña libreta con rapidez y bella caligrafía.
—Mi pobre Nunita... —dijo Muma y cogió a Nuna del suelo, comenzó a acariciarle el lomo peludo.
—Puede que tu Esencia Oscura no funcionara bien por las coronas de las margaritas —dijo Ooh y Butfais lo miró... bueno, o eso parecía que hizo porque él llevaba un casco que le ocultaba ambos ojos.
—¿La corona de las margaritas? ¿He de suponer que es una Reliquia? —preguntó Butfais.
—Sí, pero no tengo ni idea de cómo funciona exactamente. Lo único que sé es que protege a su usuario... aunque en esta ocasión no salió del todo bien —dijo Ooh observando a la nueva Nuna.
La coletas no se había convertido en un monstruo, pero se había transformado en un conejo negro que movía nerviosamente la naricilla en brazos de Muma.
—Es mejor ser conejo que monstruo... ¿Creéis que le tenemos que poner otro nombre? ¿Qué tal Nunanejo? —preguntó Muma, se sentía contenta de que su novia no fuera un monstruo, pero triste porque fuera un conejo. Aunque todo hay que decirlo: era uno bastante cuco.
—No me gusta —dijo Butfais.
—¿Se puede saber qué haces aquí, idiota? ¡A menos que sepas una manera de que mi Nunita vuelva a ser la de siempre ya te puedes ir yendo! —vociferó Muma.
—No lo sé.
—¡Pues ya vale! ¡Estoy cansada de ti! ¡Nunanejo! ¡Muérdele la cara! —gritó Muma, lanzándole el conejo al rostro de Butfais.
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Muma I (Finished)
HumorUn camión atropella a Muma y, como es normal, muere. Aunque sucede algo extraño: un dios llamado Zaltor le ofrece la posibilidad de recuperar su vida, pero con la condición de que asesine a la villana conocida como la Señora del Terror. ¿Logrará Mum...