65. Mentiras

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 —Nuna... Se fue con Muma, para... —Ooh pensó que quizás sería bueno omitir el hecho de que Muma se había convertido en un conejo —... dar una vuelta por la ciudad, pero no sé dónde están... ni cuándo volverán...

Los tres tentáculos de la cabeza de Miau permanecieron tiesos mientras lo escuchaba hablar.

—Ya veo, es interesante... ¿Algo que añadir? —preguntó a Butfais quién, al escuchar la pregunta, asintió con la cabeza.

—Nuna es un conejo —dijo el dholoriano ganándose una mirada de impotencia de Ooh.

—¿Perdona...? Creo que no te entiendo... —dijo Miau frunciendo el ceño.

—Es una frase hecha dholoriano, quiere decir que Muma es mona como un conejo... —se apresuró a decir Ooh forzando una sonrisa, de esas que enseñan mucho diente. Miau no se fijó en este gesto sospechoso porque sus tres ojos estaban fijos en el dholoriano. Era la primera vez que se encontraba con alguien de esa raza y lo cierto es que no lograba entenderlo.

—Ya veo... pero eso no me ayuda en nada... En fin, creo que por ahora tengo todo lo que necesito. Si Nuna vuelve, llamadme —dijo entregando a Ooh una tarjeta con un número de teléfono, una dirección y en dónde ponía: "Miau, Agente de Uno".

—Por supuesto... —dijo Ooh que se sentía reticente a entregar a Nuna a los Agentes de Uno. Pero si era una peligrosa terrorista, ¿no sería la mejor manera de actuar?

—Si intentáis escaparos con ella, todos vosotros seréis considerados como cómplices y me veré obligado a internaros en un Campo de Reeducación —dijo Miau, con un tono bastante serio.

—Claro... por supuesto... —dijo Ooh sintiéndose sin fuerzas. No sabía cómo había logrado hacerlo, pero terminó metiéndose en una tripulación bastante problemática.

—¡Perfecto! Si necesito algo más de vosotros, me pasaré por aquí —dijo Miau y se fue de la casita que crecía en el caparazón de Tunante.

Nada más irse, Ooh se derrumbó en una silla y posó una mano sobre, no le gustaba absolutamente nada la idea de entregar a Nuna. Pero tampoco quería interponerse entre los Agentes de Uno y su presa, creando de esta manera un accidente diplomático.

—Lo del conejo no es una expresión dholoriana —dijo Butfais.

—Lo sé, pero no hacía falta decirle al Agente de Uno que Nuna es una coneja —explicó Ooh, lanzando un fuerte suspiro.

—Los dholorianos no mentimos, no hay honor en las mentiras e incluso cuando la verdad te perjudica, decimos la verdad.

—Entiendo... pero a veces es mejor mentir... —dijo Ooh, pero Butfais no estaba nada convencido y negó con la cabeza.

—Por eso los humanos tenéis tantos problemas...

—¿A qué te refieres? —preguntó Ooh.

—Decís tantas mentiras que al final no sabéis diferenciarlas de la verdad. Deberías intentar deshacerte de ellas, te digo que serías más feliz.

—Quizás tengas razón, Butfais... —contestó el viejo, sin tener ganas de seguir discutiendo con el dholoriano. 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora