49. La ciudad de Acudid

23 6 31
                                    

 Muma bajó las escaleras de la entrada de la casita a toda velocidad y dio un salto a la calle de la ciudad de Acudid. A aquellas horas de la mañana se encontraba llena de actividad, con hombres y mujeres vestidos con coloridas túnicas paseando por las calles. Animaba el ambiente charlas alegres y risas fulminantes, haciendo que Muma se muriera en deseos de perderse en aquellas ajetreadas calles cuyos edificios parecían sacados de un típico pueblecito alemán. 

—¡Qué pena que Nuna sea un conejo! Estaría bastante bien tener todo el tiempo del mundo para hacer turismo... ¡Mirad, mirad! ¡Incluso tienen un castillo! —chilló Muma y señaló el grandioso edificio que se levantaba sobre una pequeña montaña que surgía en medio de los tejados a dos aguas.

—La isla de Asli está gobernada por una monarquía por combate desde hace más de cien años... —leyó Butfais en su libretita.

—¿Monarquía por combate? Quieres decir... ¿Qué eligen al rey mediante una pelea? —preguntó Ooh.

—Sí, una manera tan buena como cualquier otra de elegir a un rey —contestó Butfais.

—A mí me parece una barbaridad... Nada bueno puede venir de un método tan violento para elegir a un monarca —dijo Ooh.

—¿Acaso es más justo que sean reyes simplemente por nacimiento? Por lo menos, si el rey es elegido por combate, es rey por sus propios méritos —dijo Butfais.

—Por Dios... ¿Queréis dejar de hablar de política? —preguntó Muma volviéndose en su dirección, llevaba puesto un bolso bastante grande y la cabeza curiosa de Nunarejo asomaba de él —. A mí los reyes me la refanfinflan, el que había en mi país de origen era un corrupto putero estafador, ¡y con él ya tuve bastante! ¿Por qué no nos centramos en esta maravillosa ciudad que tenemos delante nuestra?

Una tímida sonrisa apareció en el rostro de Ooh.

—Tienes toda la razón del mundo, Muma. ¿A qué estamos esperando? —preguntó el viejo y dio un paso adelante, dispuesto a aventurarse en las bonitas calles de la ciudad de Acudid, pero Muma se puso delante de ella y en su rostro había un semblante pensativo que no auguraba nada bueno.

—Vaya, ahora que lo pienso... Alguien tiene que quedarse con el barco y yo tengo que buscar a Serren. ¿Os podéis quedar? Total, no creo que vaya a tardar mucho... Seguro que una bruja es famosa porque... no sé... quizás no haya tantas brujas... ¡Y además sería realmente horrendo que me robaran a mi Tunante! —vociferó Muma, la sola idea la llenaba de espanto.

—¿Pero quién sería capaz de robar una tortuhogar? —preguntó Ooh, frunciendo el ceño.

—Hay gente muy mala por ahí suelta... Así mientras yo busco a Serren, vosotros quedaros aquí. ¡Os prometo que no tardaré mucho! —aseguró Muma.

Muma tardaría mucho en volver a la tortuhogar. 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora