Muma I (Finished)

78. La Reina Multicolor

 Cuando Naida dijo "No, hay una manera", un brillo peligroso relució en sus ojos. Eso no le gustó demasiado a Muma porque no quería meterse en líos, solo quería conseguir que su novia conejo fuera de nuevo una novia humana. Así que decidió hacer oídos sordos y continuar caminando por aquella ciudad colorida, pero con un lado oscuro que poco a poco se desvelaba.

Caminaban una al lado del otro y, al cabo de una media hora, salieron a una plaza amplia que contaba en el centro con un curioso arco del triunfo. Las columnas sostenían un arco iris que brillaba con fuerza en aquel día soleado y debajo de este había la estatua de una mujer de porte orgulloso que vestía con una túnica multicolor y una corona.

—Oh, este sitio lo conozco —dijo Naida, con una dulce sonrisa en el rostro. Pero Muma no podía olvidar la mirada peligrosa de antes y sabía perfectamente que aquella chica también escondía oscuridad en su interior.

—¿Y sabes cómo volver a casa de Soalfón desde aquí? —le preguntó Muma.

Naida se miró las sandalias que vestía y confesó lo siguiente:

—Eso no lo sé...

—Tampoco me esperaba que lo hicieras... Oye, ¿significa algo el arco iris ese o qué? —preguntó Muma.

La chica de la túnica Violeta asintió con la cabeza.

—Es el símbolo de la isla Asli... Debajo de ella se coloca la estatua del Rey Multicolor actual... En este caso, Reina—comentó Naida.

Ambas caminaban a través de la poblada plaza en dirección al arco del triunfo. A medida que avanzaba, Muma se daba cuenta de que el monumento era de un tamaño gigantesco. Se elevaban con un poderío indiscutible y dejaba en ridículo a los edificios que bordeaban la plaza.

—¿Y cómo se llama? —preguntó Muma.

—Serren —contestó Naida.

—Multicolor... ¿Quizás es porque representa a todas las túnicas...? Pues a mí me parece que los Violetas no se los trata demasiado bien y así es como se acaba con las horcas en la plaza y...

—¡No digas esas cosas! —dijo Naida.

—Serren... ¿No será Serren la bruja? —preguntó Muma.

Naida le lanzó una mirada de fastidio.

—Sí, alguna gente la llama así... No sé por qué me molesta que la llamen, así porque a ella le gus... —Naida se quedó callada y miró a Muma, cuando continúo hablando su voz temblaba un poco —. ¡Quiero decir! Para mí no es tan mala... es que... no sé...

Una revelación estalló en la cabeza de Muma con la fuerza de una bomba atómica: aquella chica era la hija de la reina Serren, que aparte de eso también era bruja. Aunque no tenía demasiado fundamento, Muma estaba segura al 90%. 

Pero tenía que asegurarse... 

—¿La reina tiene hijas? —preguntó Muma.

—¿Eh... Eh...? Sí, claro... tiene una... hija. Pero ella no importa, ¿no? —preguntó Naida lanzando una risa forzada. 

Y así fue como Muma se convenció de que Naida era la princesa.