67. Gaviotas

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—No estoy haraganeando, Nadría... es un recado para Soalfón, tengo que avisar a la gente de la taberna. Un mensaje sobre una tal Nuna —dijo Somat.

—¿Oh? ¿Quizás tenga algo que ver en dónde está? Apareció un Agente de Uno preguntando por ella y el dueño le dijo que se fue con una tal Muma... —comentó Nadría, recordando la conversación de la que había sido testigo mientras se bebía una de las cervezas más ricas que había tomado en su vida.

—Así que llegué tarde... ¿Se metieron en problemas? —preguntó Somat y casi esperaba que así fuera, pero Nadría negó con la cabeza y le dijo:

—Qué va... Oye, ¿tú sabías que esa tal Nuna es la Señora del Terror? —preguntó Nadría y, para decirle esto, se acercó a su amigo y le susurró la pregunta.

—¿Y quién es esa...? —preguntó Somat.

—A ti nada te importa de lo que sucede fuera de Asli, ¿no? Tú sabes quién es, ¿no, Naida? —le preguntó a la chica, pero esta se encontraba embobada mirando a las gaviotas que berreaban por encima de sus cabezas.

—¿Eh? ¿Qué decías? —preguntó la chica de la túnica Violeta.

—¡Nada, da igual! Ella es una terrorista del Reino... ¿Playero? Creo que se llama así, pero no estoy demasiado seguro... —comentó Nadría, rascándose el cabello rojo.

—Vaya... Sí que es interesante, pero podríamos... —Somat se tragó las palabras que quería decir, pues Naida se encontraba delante y no sabía sí podía confiar en ella —. En fin... parece que no necesito entregar ningún mensaje, el problema se resolvió solo.

—Otra cosa, sabes que estábamos buscando un sitio para nuestra reunión sobre... bueno... sobre ese tema tan importante nuestro... ajedrez —añadió al final Nadría y le guiñó un ojo a Somat. Si Naida no estuviera tan ensimismada con los vuelos en círculo de las gaviotas, se habría enterado de que había algo sospechoso entre los dos amigos.

—Claro... ¿Quieres que la hagamos ahí? —preguntó Somat.

—Sí, tengo mis razones para creer que sería bueno encontrarnos con los chicos ahí, ¿qué te parece?

—Pero dijiste que por ahí pasó un Agente de Uno... —comentó Somat.

—Sí, pero creo que será seguro... Tú sabes que tengo bastante visión de futuro, ¿no? Creo que será bueno que nos reunamos en esa taberna a partir de ahora... bueno para nuestro ajedrez, claro —dijo Nadría con una gran sonrisa en el rostro.

—Está bien, confiaré en ti... Venga, Nadia. Volvamos con Soalfón, a ver si te quiere en su casa —dijo Somat. 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora