—¿Adónde crees que vas tú? —le preguntó Micaela y sus ojos la miraba con abierta hostilidad. Quizás debería pelear contra ella para lograr salir del cuartel, pero Muma se sentía débil y no sabía si sería capaz de lanzar una bofetada capaz de doblegar a la pelo rosa.
—Al Restaurante errante —le dijo, con la decisión cabalgando la palabra. No pensaba acobardarse ante aquella mujer que se acercaba a ella mascando chicle descaradamente y haciendo un globo que pronto estalló.
—Oh... ya veo. ¿Y para qué querrías hacer eso? —preguntó Micaela, en frente a ella y mirándole directamente a los ojos. Si se creía que Muma se iba a acobardar con aquel gesto, se iba a llevar un chasco, pues no lo hizo y mantuvo la mirada con desafío.
—¿Sabes qué? Podría mentir, pero... ¿Para qué? Te lo diré: le voy a salvar la vida a la reina, no porque le tenga cariño precisamente sino porque... si lo hago ella me deberá algo. ¿Qué te parece? —le preguntó y su gran boca se curvó en una gran sonrisa y, durante unos segundos, lo único que se escuchó fue el mascar del chicle.
Para sorpresa de Muma, Micaela se echó a un lado.
—Puedes ir.
—¿Qué...? ¿Por qué haces esto? ¡Si tú lo que quieres es que muera! ¿No? —le preguntó, desconfiando un poco de la actitud de la pelo rosa. Quizás le quería meter un cuchillazo por la espalda, en cuanto menos se lo esperase.
—Mira a tu alrededor, todo esto es una broma... ¿Y te crees que el inútil ese será capaz de matar a la reina? Nah, ni de broma. Sé que está currando en el restaurante, puede que hasta tenga la oportunidad, pero también sé que no lo hará. No es la clase de hombre capaz de matar a una reina y nunca lo será —dijo Micaela y en su voz había claro pesimismo que cargaba las palabras, que hacía ver que su trabajo en aquella isla no era nada más que una boxear contra una pared. Lo único que conseguiría era hacerse daño a sí misma y quizás lo mejor era rendirse, marcharse, buscar una revolución más fácil... por muy cobarde que fuera ese pensamiento, puede que fuera lo más racional.
—Pues... gracias... y espero que tengas más suerte en tu próxima revolución —le dijo Muma y caminó en dirección a la puerta de salida, pero todavía no se sentía demasiado segura respecto a Micaela.
La voz de la pelo rosa sonó en su oído:
—Perdona, pero estás mejor muerta.
Y Muma pensó que iba a morir, pero en vez del frío metal de un cuchillo hundiéndose en su espalda, sonó un estallido y rayos blancos de escasa duración estallaron salieron disparados desde su espalda. A continuación escuchó un grito espeluznante de dolor y, en contra de su voluntad, Muma se dio la vuelta.
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Muma I (Finished)
HumorUn camión atropella a Muma y, como es normal, muere. Aunque sucede algo extraño: un dios llamado Zaltor le ofrece la posibilidad de recuperar su vida, pero con la condición de que asesine a la villana conocida como la Señora del Terror. ¿Logrará Mum...