34. La futura emperatriz de los dholorianos

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Mhala Shora tenía en mano grisácea y de largas uñas afiladas un orbe de un oscuro apesadumbrado. Flotaban por encima de su palma animado por las fuerzas de magia oscura y en su interior se mostraban imágenes del pueblo de Pietra. No pertenecían al pueblo sumido en una alocada fiesta, sino que todavía se encontraba en su triste anterior estado, cuando los únicos habitantes eran aquellas estatuas de piedra.

A través aquel orbe, aquella estrambótica mujer era capaz de ver lo que el monstruo peludo captaba a través de sus grandes ojos de búho. De esta manera, Mhala Shora fue testigo de la pelea que la creadora de estatuas tuvo contra Nuna y Ooh hasta su miserable final, cuando este le arrancó el corazón del pecho. Nada más suceder esto, una fisura recorrió con rapidez la superficie del orbe y se rompió en mil pedazos.

Una sonrisa estremecedora cubrió el rostro gris de Mhala Shora.

Interresante... No me esperraba encontrar gente fuerte en esa isla. Perro está bien... ¡Todos los humanos con los que hemos experrimentado se han convertido en monstruos y no es eso lo que necesitamos! Puede que con ellos consiga lo que quierro... ¡Y de hacerlo tendré una oportunidad de convertirme en la Emperatriz de los Dholorrianos! —vociferó Mhala Shora rompiendo en una estridente carcajada una que se cortó abruptamente y entonces sus ojos de un carmesí sanguinolento observaron a sus súbdito hasta caer sobre el dholoriano alto, aquel que cubría sus ojos con un casco y tenía la boca perpetuamente abierta. Mhala Shora levantó un brazo y lo señaló —. ¡Butfais! ¡Mi guerrerro más aguerrido! Te encargarré la siguiente misión: irrás a buscar a eses humanos, los encontrarrás y utilizarrás la Esencia Oscurra en ellos! Esperremos que estos no se conviertan en monstruos... ¿Entendido?

Butfais caminó hasta ponerse delante de Mhala Shora, se arrodilló e inclinó la cabeza hacia delante hasta besar el suelo. Una actitud de lo más sumisa, pero era así como se suponía que tenían que comportarse en presencia de la futura emperadora de todos los dholorianos.

—Sí, mi señora. Yo los encontraré —dijo con una voz muy seria.

—¡Lo harrás! ¡El fracaso no está permitido! ¡El triunfo es nuestro único camino! Ahorra, vete rápido, encuentra a esos humanos y cumple tu misión —dijo Mhala Shora. 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora