112. Malas noticias para la pobre Muma

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Justo en el momento en que Somat era asesinado por el túnica Negra, Nadría entraba como un vendaval en el cuartel general de la revolución. La emoción le latía en el pecho, pues auguraba en su mente sueños de grandeza, ya se imaginaba convertido en un héroe de la revolución y todas las hermosas mujeres se rendirían a sus pies.

En el salón se encontraba Micaela y Muma, en un ambiente de hostilidad que, por lo embelesado que estaba con sus fantasías, Nadría no lo notó. Con rapidez, explicó los entresijos de su plan, la cabello rosa asentía con la cabeza, sonriente, bastante receptiva a aquella alocada idea.

—Sí... podría resultar. ¿Qué podríamos perder por intentarlo? —preguntó Micaela y se levantó del sillón con color a humedad en el cual estuvo sentada durante un largo rato, vigilando a Muma para que no se le escurriese entre los dedos.

—Su vida —señaló Muma, ganándose una mirada molesta de Micaela y poco más, Nadría se encontraba demasiado entusiasmado como para hacer oídos a cualquier palabreja con aspecto de crítica.

—Vamos, tenemos que preparar la comida que llevarás y también el arma —le dijo Micaela y Nadría se dejó llevar por los largos corredores del cuartel general, aquel piso maloliente, de humedades y colores apagados.

Muma se quedó sola, delante del televisor que emitía una serie de televisión que había estado viendo, pero no le había prestado atención. Se dio cuenta de que podría aprovechar la ausencia de Micaela para huir, pero una vez en las calles de Acudid... ¿Qué es lo que haría? Necesitaba llegar hasta la reina Arco Iris para que le devolviera a Nuna su humanidad, pero sin Naida no sabría cómo hacerlo.

—Quizás podría decir que sé dónde está la princesa, pero seguro que no me escuchan y me muelen a palos...

Al final, llegó a la conclusión de que necesitaba a Naida para llevarla junto a su madre y cobrar la recompensa. Muma resopló, se le hacía un poco insoportable permanecer más tiempo en aquel piso de largos corredores, sombras alargadas y personajes de mal talante que le querían cortar las alas: Goedi, la miserable rata que la vendió por unos míseros créditos y Micaela, la idiota del chicle que, según temía Muma, le quería robar a Tunante.

—... Por eso no te preocupes, hay unos baños cerca de dónde me voy a esconder. Solo tengo que tener cuidado de que nadie me vea, pero todo saldrá bien, Micaela. ¡El destino me llevó allí por una razón, para acabar con la vida de la reina Arco Iris! —exclamaba Nadría que volvía el salón cargado con una mochila a la espalda, exaltado el rostro por visiones del futuro éxito.

—Eso ayudaría mucho a la revolución, Nadría... Espero de todo corazón que tengas éxito —le dijo Micaela, sonriendo de oreja a oreja.

Muma no sonreía, para ella eran terribles noticias, pues muerta la bruja, ¿cómo carajos iba a recuperar a su amada Nuna? 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora