La sonriente y honesta chica verde llevó su mano hacia delante esperando que Muma le diera un buen apretón. Esta, casi un acto reflejo, se lo dio y fue uno fuerte, tal y como se hace, no dejar la mano flácida y sin fuerza, ya que das la sensación de ser alguien de voluntad débil ni tampoco hacerlo demasiado fuerte porque eso significaría que eres un abusón.
—Junco... ¿eh? —murmuró Muma.
—Seh, ese es mi nombre, ¡no me lo gastes, ha! —se rio la chica verde, abriendo la boca en una gran sonrisa, la tenía tan grande que casi podía rivalizar con la de Muma, pero la de esta seguía llevándose el primer premio —. ¿Y tú cómo te llamas, oye?
—Muma.
—¡Muma mima! Vaya nombre, me gusta. Simple y bonito, además las emes son suaves. Aunque el junco mío nada de nada y también me gusta, es como soy. Y perdona por la charla, que si me dejan no me paro. ¿Dónde está Radna? Hace la tira que no veo el tipo, fue como si se lo hubiera comido el mar... pero me enteré de que el Restaurante errante abrió en la ciudad de Acudid y me dije: ¡Qué bien que el Radna y el Tunante estén de vuelta al negocio! ¿Os estaréis quedando sin ingredientes y todo eso, no? Aquí vengo yo, pero quería ver al dueño. Sí, sí... A estrecharle la mano de nuevo. Me alegro mucho de que volváis al negocio, mucho, mucho. ¿Dónde está el Radna?
—¿Quién...? —preguntó Muma, un poco mareada ante la palabrería de Junco.
—Radna... el dueño del local... ¿Está aquí, no? —preguntó la chica verde.
—¿El dueño del local...? No, no... yo soy la dueña. Ro... conseguí a Tunante en las Olimpiadas Playeras del Reino... ¿Cómo se llamaba? ¿Reino Palmera? —dijo Muma, el nombre le bailaba en la cabeza sin saber si era ese o era otro.
—¡El Reino Palmera! ¡Justito fue ese sitio el último lugar en dónde Radna abrió el restaurante! ¡Oh, maldita mierda! ¿Podría ser que allí le hubieran hecho algo al pobre? ¡Con lo bien que me caía! Por lo menos Tunante parece que está de una pieza... ¡Eh, colega! ¿Qué tal la vida? ¿La nueva te da muchas coles, eh? —preguntó Junco, agitando la mano con alegría.
Tunante la miró, lanzó un fuerte suspiro y volvió la mirada al mar.
—Claro que le doy... no quiero que pase hambre —dijo Muma.
—Eso está bien, pero hay problemas... El Garfio Áureo era de Radna no tuyo. No puede ser que algo tan prestigioso lo tenga cualquiera. Pero también es cierto que es bueno para el Garfio tener un local sobre una tortuhogar. Supongo que haré lo siguiente: te pondré a prueba y si la pasas, te quedas con el título y te seguiremos dando la comida y todo lo necesario para llevar el negocio. Pero si fallas, te lo quitamos y punto, ¿vale?

ESTÁS LEYENDO
Muma I (Finished)
HumorUn camión atropella a Muma y, como es normal, muere. Aunque sucede algo extraño: un dios llamado Zaltor le ofrece la posibilidad de recuperar su vida, pero con la condición de que asesine a la villana conocida como la Señora del Terror. ¿Logrará Mum...