Butfais sabía que Muma se encontraba en su habitación, pues desde que partieron de la isla de Asli raramente salía: solo para comer y para ir al servicio. Más o menos era capaz de comprenderla, ya que había probado el sabor de la derrota y los dholorianos sabían muy bien que eso era muy humillante.
—Posiblemente tenga vergüenza de que le vean la cara después de haber cometido tales fallos, pero no debería porque todo el mundo sabe que los humanos son bien dados a fallar y... ¿con quién estoy hablando? —se preguntó Butfais: se encontraba en sentado en el restaurante, con su libro especial sobre la mesa, y era incapaz de sentir a nadie a su alrededor: solo un vacío frío y miserable, que le llegaba a los huesos y le inquietaba de mala manera —. ¿Nadría, Nadría? —preguntó sin obtener ninguna respuesta.
Pues eso, Butfais sabía dónde se encontraba Muma, pero no tenía ni idea de dónde se había metido el nerviosillo humano que tenía la libido por las nubes y quería probar suerte con la lideresa.
Pensó que estaría en su habitación preparándose para la ardua tarea de intentar contentar a Mhala Shora, un esfuerzo titánico en el cual, pensaba él, Nadría fallaría de manera estrepitosa.
Pero no encontró la trampilla que daba a su cuarto y eso que sabía dónde se encontraba: justo en el centro del restaurante, al lado de una mesa que tenía la pata coja. Pero nada, sus manos grandes de dedos de chorizo solo tocaban madera.
—Qué raro me está pareciendo todo esto... ¿Le habrá pasado algo? Sería desastroso, primero nos quedamos sin el cocinero Ooh y ahora sin el camarero Nadría. —Butfais pensó durante unos segundos —. Más que desastroso, inconveniente.
Quizás Tunante supiera algo sobre su destino porque el hecho de que hubiera borrado su habitación quería decir que alguna cosilla sabría. Butfais subió por las escaleras y se quedó unos instantes en frente de la puerta de la habitación de Muma, pensó que quizás ella querría conocer lo que sucedió con Nadría, pero como Butfais todavía no sabía lo que sucedió con Nadría no había nada que decir.
Salió al balcón y se fijó en la ropa que había en el suelo: era la de Nadría. Su túnica, sus calzoncillos, sus calcetines, sus sandalias... Eso le pareció raro al dholoriano, pues no hacía tiempo para tomar el sol al desnudo.
Se acercó a la barandilla y llamó varias veces por Nadría, pero no obtuvo nada más que el silencio como respuesta. Apoyó las fuertes manos sobre la barandilla y miró la niebla.
Una forma comenzó a aparecer y Butfais la reconocería si pudiera ver: era la de su fiel amigo, Pitiminí. Pero la verdad era que el casco que llevaba le ocultaba la vista y, así pues, estaba más ciego que un topo. De todas formas, lograba moverse con agilidad como si realmente pudiera ver.
—Amigo... —dijo la voz desde la niebla.
—¿Eh...? ¿Nadría...? —preguntó el dholoriano.
—Sí...
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Muma I (Finished)
فكاهةUn camión atropella a Muma y, como es normal, muere. Aunque sucede algo extraño: un dios llamado Zaltor le ofrece la posibilidad de recuperar su vida, pero con la condición de que asesine a la villana conocida como la Señora del Terror. ¿Logrará Mum...