Si bien era cierto que en numerosas ocasiones Muma había fantaseado con la idea de darle una buena bofetada a algún policía, no quería haberlo hecho en aquella ocasión y mucho menos a Farlae que, a pesar de todo, no parecía ser demasiada buena persona.
Además, lo que realmente quería hacer era convencerlo de que Naida era la princesa de aquel reino y aquella no era realmente la manera correcta de hacerlo. De todas formas, Muma se dijo que parte de la culpa la había tenido el túnica azul porque había alargado del cuello de una forma tan grotesca que le causó una mezcla de alarma y mal rollo.
Farlae lanzó un grito ahogado y se derrumbó en el suelo inconsciente. De pronto, alrededor de Muma cayó un pesado silencio tenso como el segundo anterior a un fusilamiento. Sudando la gota gorda, la rubia miró a su alrededor y se quedó de piedra al descubrir como el movimiento de la plaza se había congelado por completo.
Hombres y mujeres la miraban con la boca abierta, sorprendidos todas y todos por aquel acto de insurrección que nunca antes habían visto. El túnica Azul se encontraba desmayado en el suelo, la extranjera de la túnica blanca de pie sobre él. Era algo impensable, algo que segundos antes habría considerado como algo irreal, pero en aquellos momentos era de una realidad que dolía.
Una sonrisa nerviosa surgió en el rostro de Muma.
—Esto... Fue un accidente, ¿podemos hacer cómo si no hubiera pasado nada? —preguntó, con un hilo de voz que no fue escuchado por nadie.
Estallaron en la plaza el sonido de las cámaras fotográficas capturando aquel momento y mil flashes cayeron sobre Muma quién lanzó un grito ahogado. Las cosas estaban yendo de mal a peor y se temía que podían empeorar incluso más. ¡Y eso que ni siquiera había pasado un día en aquella colorida ciudad!
—¡Vamos, no hace falta hacer eso! —gritó Muma y temió que, de nuevo, iba a caer una recompensa sobre su cabeza. Era injusto porque lo único que quería hacer era ayudar a una madre a reunirse con su hija, ¿y cómo se lo pagaban?
—¡Muma! ¡Has atacado a un túnica Azul! —gritó Naida corriendo hacia ella, en su rostro no había miedo ni enojo, sino algo semejante a la admiración.
—Menuda princesa... —murmuró Muma, pensó que aquella chica no era demasiado normal.
Aunque eso se lo podía haber imaginado desde un principio, ¿qué clase de princesa decide vestirse como básicamente una esclava y salir por el mundo delante? ¡Si casi se la había comprado un hombre rana!
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Muma I (Finished)
HumorUn camión atropella a Muma y, como es normal, muere. Aunque sucede algo extraño: un dios llamado Zaltor le ofrece la posibilidad de recuperar su vida, pero con la condición de que asesine a la villana conocida como la Señora del Terror. ¿Logrará Mum...