Muma I (Finished)

122. Mierdamierdamierdamierdamierdamierdamierda

El lienzo... nada más que pedazos de carne en el suelo... ensangrentados, incoherentes... basura. Soalfón sudaba, se pasó la mano por los cabellos desordenados y sintió el corazón latiendo tan fuerte... tanto que temía que le fuera a dar un ataque al corazón.

Y ya no había nada en la habitación... las paredes desnudas y frías y oscuras, vacías de su arte, de sus pinturas, de sus cagadas... En el suelo una orgía de papeles destrozados, de miembros descuartizados, de rostros partidos en dos, de bocas rotas en sonrisas crueles.

Casi podía escuchar el murmullo de las risas, pero de esta vez era un sonido apagado y distante. Que venía de más allá, de más allá, pero no sabía de dónde. Soalfón se encontraba perdido... y desnudo, el miedo había devorado su fachada de persona, desvelando el revoltijo de oscuridad reptante que hay en el interior de todos nosotros.

El miedo como único sentimiento real, podía sentir el peso de la bárbara muerte sobre sus hombros y un líquido negruzco que se escurría de ellos, que bajaban por sus pechos con una frialdad de féretro.

Temblaba, Soalfón no quería morir, la tumba y los gusanos y el olvido y la eternidad lo aterrorizaban. Se sentía pequeño, como un niño en frente a la imponente figura de su padre, pero ahora ya no había padre, ya no había nadie, ya no había castigo... solo estaba él, confundido y asustado y sin saber qué hacer.

El cuadro... el cuadro... Zorolen... la competición... la reina... ¿Qué hacer, qué hacer si todo lo que salían de sus manos no era nada más que inmundicia, una basura sin par? Había cogido la belleza de esas muchachas y la destrozó a golpe de lápiz, parecía que eso era lo único que sabía hacer.

¿Y qué más da si soy un fracasado? ¿Y qué importa que todo lo que haga no sea nada más que una falsa basura? Es mío y creía haber hecho algo bueno, pero no era cierto, solo era una mentira más... ¿Por qué no puedo creérmela? ¿Por qué no puedo? No le hago daño a nadie, pero ahora... la reina...

Pues si quiere algo hermoso, no lo tendría... de ninguna manera... dibujaré algo horrible... una pintura obscena, vulgar y asquerosa... Haré que el asco y la furia nazcan en ella, haré que me odie y que tenga un motivo de verdad para querer matarme... No quiero los elogios, no quiero la indiferencia, quiero el asco, la repudia y la rabia...

Es mucho mejor eso, es un sentimiento verdadero, las malas palabras son sinceras, las bonitas nada más que máscaras... Qué se jodan todos, que se joda la reina, que se joda el Zorolen, que se joda Muma y toda esta mierda de ciudad. Y que me jodan a mí también, que no soy nada, nunca lo fui y nunca lo seré.

Por lo menos... si me matan que sea por un motivo.

Y de esta manera, Soalfón comenzó su obra.