54. La codicia humana

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 Muma comprendió de inmediato que confesar que se trataba de una criminal buscada por ese tal Uno no sería ni medio bueno. Aunque su recompensa fuera bastante menor que la de Nuna, unos míseros 500 créditos, no podía arriesgarse a ser descubierta porque si hay algo más grande que la estupidez humana era su codicia.

—¿Qué estás insinuando, Goedi...? ¿Acaso estás diciendo que tengo una boca de hipopótamo? ¿Qué es grotesca, fea, asquerosa de mirar? ¡¿Es eso lo que me estás diciendo?! —chilló Muma y no tenía que fingir el cabreo porque en realidad lo estaba de verdad. De inmediato, Goedi dio un paso atrás y meneó la cabeza con vehemencia.

—¡No, no quise decir eso! Solo es que... lo leíste con tanto interés... pero si eres ella no importa... Es que... —Goedi miró a ambos lados de la calle: en aquellos instantes se encontraba vacía —. Soy parte de un grupo que... se podría decir que somos amigos de terroristas como la Señora del Terror... El sistema que hay en Asli es injusto... los Violetas estamos oprimidos... y queremos derrocar a la reina... Así que si conoces a Nuna... si está en esta isla... nos encantaría contar su ayuda...

Goedi la miraba con una intensidad que molestaba cantidad a Muma.

—¿Pero qué me estás contando...? Mira, listo... Yo vine aquí a hacer turismo y a comprarle un bonito lazo a mi conejita. ¡No a hacer revoluciones y rollos del estilo! ¡No soy la mujer de la boca de hipopótamo y no conozco a ninguna Señora del Terror! ¿Me entiendes o tengo que repetirme? —preguntó Muma y esgrimió un dedo amenazador en dirección a Goedi quien, a cada palabra de la mujer de la boca de hipopótamo, se encogía más y más.

—Claro... yo... lo siento... ¡Adiós! —chilló y se escapó, cual rata abandonando el barco.

Muma miró como Goedi corría por la amplia calle y soltó un hondo suspiro cargado de alivio: lo último que les faltaba es que tuvieran a los agentes de ese tal Uno detrás de ellas dos. 

—Ay, Nunanejo... Mira que eres problemática... Al final eso de que te volvieras coneja no fue tan malo porque seguramente te habrían reconocido... —le dijo Muma mientras le acariciaba la cabecita de pelaje suave —. En fin, que se le va a hacer, lo mejor es andarse con cuidado, buscar a Serren, hacer que te convierta en una chica de nuevo y largarnos de inmediato de esta isla. Seguramente no será demasiado complicado. 

Iba a ser bastante complicado. 

Muma I (Finished)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora