El miércoles siguiente llegó, cuando tocaba la siguiente clase de la semana y Betty iba dispuesta a hablar con aquella profesora.
Betty entró con Sarah tomada de la mano, notó que no habían llegado muchas ya que intentó llegar más temprano para poder hablar con la profesora.
- Entra linda, hablaré con la señorita Fischer. -la niña asintió, dejando un beso en la mejilla de su madre para dirigirse a su salón.
Amelia Fischer, la profesora de las niñas, se encontraba a unos metros del salón sentada frente a una mesa anotando algo en una libreta.
Betty se acercó y la saludó amablemente.
- Hola, señorita Fischer. -le sonrió. - Quisiera hablar con usted. -pidió.
Ella ni la miró, solo señaló con su mano la silla frente a ella y Betty suspiró para sentarse.
- Bueno emm... Sarah la clase pasado como sabe se fue llorando y estuvo bastante desilusionada y decaída estos días porque cree que no es buena en lo que hace, y que no se esfuerza lo suficiente. -comenzó a explicar. - Ellas son niñas, ¿Sabe? Y no digo que no la corrija, despues de todo usted es la profesional aquí, pero considero que como usted les habla no es la manera correcta de enseñar.
La mujer soltó el lapiz, dejando sus codos sobre la mesa y reposó su mentón en sus manos, sonriéndole falsamente.
- Señora Cooper, he bailado ballet durante toda mi vida. Y he pasado por muchas cosas para llegar a donde estoy y ser bailarina profesional. He tenido todo tipo de profesores en mi vida que me hicieron sentir de muchas formas, y aún así logré muchas cosas. Y yo soy así, esta es mi manera de enseñar, ya está en usted si decide dejar a su hija conmigo o no. -se encogió de hombros con indiferencia. - No es mi culpa que no tenga material para bailarina. -se burló.
Betty se levantó, indignada. - Usted es una desubicada.
- Ya se lo dije: si no le gusta puede llevarse a la niña. No me importa. -le sonrió, levantándose para entrar al salón, cerrando la puerta tras ella.
La rubia tomó una profunda respiración y caminando con molestia se dirigió a la puerta de la academia, donde tropezó con un cuerpo.
- Lo siento. -se disculpó y al bajar la mirada, vió a Valerie.
- Oh, ya entraron papi. -la niña le dijo a su padre y lo abrazó, corriendo para entrar.
- Adios, princesa. -el pelinegro se despidió de su hija y llevó su vista hacia Betty.
- Lo siento mucho. -ella repitió de nuevo. - No vi por donde iba...
- Tranquila. -el le quitó importancia. - Eres la mamá de Sarah, ¿No? -preguntó con una ceja enarcada.
- Sip, Betty Cooper. -se presentó, estirando su mano.
El sonrió, estrechandola. - Jughead Jones. Y que bueno que nos encontramos, quería disculparme contigo.
- ¿Por..? -preguntó confundida.
Jughead suspiró. - Por lo que sucedió la clase pasada, Valerie me contó y estaba bastante apenada por como la profesora le habló a Sarah, ella piensa que es su culpa...
La rubia negó rapidamente. - No tienes porqué preocuparte. -explicó. - Se que no es culpa de ella, ni de nadie además de la señorita Fischer... -rodeó sus ojos. - Antes de tropezarme contigo intenté hablar con ella y simplemente me dijo que esa era su manera de dar clases y que yo no podría cambiarlo, que si quería me fuera con Sarah y listo. -se quejó.
Jughead enarcó una ceja. - Eso fue grosero de su parte, la verdad. ¿Entonces vas a llevarte a Sarah de aquí? -preguntó.
- No. -Betty negó. - Se que le gusta aquí, simplemente hablaré con la directora ya que vuelve la próxina semana, ahora debo irme.
El asintió. - Bueno, que bueno que pude aclarar las cosas contigo. No quiero que haya mal entendidos entre nuestras niñas por culpa dd terceros...
- Ni yo. Y gracias por preocuparte. Te veo luego.
El le sonrió, y ella se fue de ahí.
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Dos horas despues, Sarah ya había salido de su clase y estaba junto a su madre en el auto de camino a casa.
Betty frunció el ceño, desde que fue por ella notó que había estado muy callada.
- ¿Sarah, te pasa algo? -le preguntó con su vista en el camino. Ella simplemente negó. - Sé que te pasa algo. -insistió.
- Valerie quiso hablarme. -dijo molesta. - ¿Que se cree? Por su culpa la señorita Fischer me odia. -se quejó con los ojos cristalizados.
- Linda, ya te dije que no es culpa de Valerie. -suspiró. - Ella tal vez quería disculparse.
- Si, es su culpa. -sonó molesta. - Yo también me esfuerzo mucho, y aún así a la señorita Fischer nada le gusta, pero si lo hace Valerie todo es perfecto. -limpió una lagrima con rabia. - Me cae mal.
Betty suspiró, pensando como podría explicarle a su niña como eran las cosas, para que cambiara su pensamiento acerca de la otra niña.
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Ballerinas | Bughead | +18
FanfictionEl destino se encarga de juntar a una hermosa pareja a través de sus hijas y tal vez un inconveniente sea solo el principio de una hermosa vida juntos. ¿Quién sabe? Jughead Jones y Elizabeth Cooper pueden ser unidos por el amor, y también... Por do...